Los asilos de las Magdalenas fueron unas instituciones religiosas presentes sobre todo en Irlanda y financiadas por el estado en las que se acogían a las «mujeres caídas» (hablaremos de este término más adelante), en principio para darles un hogar,. Y decimos esto porque, en realidad, suponían un durísimo castigo en el que se las explotaba con exigentes trabajos físicos e incluso con abusos.
El escándalo de los asilos, también conocidos como las lavanderías de las Magdalenas, estalló en 1993, cuando se descubrieron 155 cadáveres en una fosa común en el patio de uno de los asilos. Este desagradable suceso fue el detonante para que se desvelaran las situaciones de abuso y explotación que vivieron algunas de las mujeres acogidas en la institución. En Supercurioso te contamos todos los detalles.
La terrible historia de los «asilos de las Magdalenas»
1. Las inquilinas de los asilos
Entre las curiosidades de Dublín encontramos que allí se fundó la primera lavandería o asilo de las Magdalenas en 1765, cerrándose el último en 1996. Tal como comentábamos, aunque la intención de los asilos era buena (proporcionar un hogar a mujeres desamparadas, como prostitutas o madres solteras sin hogar) pronto el tipo de inquilinas que recibían empezó a ser más amplio.
En aquel entonces, aunque se consideraba que una «mujer caída» era una prostituta, la expresión pronto empezó a volverse más general y a los asilos no solo llegaron mujeres de la vida, sino también madres solteras o incluso chicas que simplemente eran demasiado coquetas o que habían tenido algún desliz. Las mujeres ingresaban especialmente por petición de un familiar o de su sacerdote.
2. El objetivo de los asilos
Como decíamos, el objetivo de los asilos era dar un hogar a estas mujeres que la sociedad consideraba necesitadas y al margen de la gente “de bien” (otra prueba del hecho que cuando una mujer no encaja en lo aceptado socialmente, se la margina y se la castiga). Sin embargo, y como es imaginable, a pesar de querer cambiar la sociedad y eliminar la lacra de la prostitución, los asilos consiguieron más bien poco. Tal vez si hubieran ido a los que solicitaban los servicios de las prostitutas, otro gallo cantaría.
En todo caso, para los asilos de las Magdalenas esta situación no les resultaba del todo negativa, ya que podían tener mano de obra prácticamente gratis durante el tiempo que las internas estuvieran ingresadas.
Por estas dos razones (mantener la rancia moralidad de la época y la mano de obra gratis) los asilos se fueron haciendo cada vez más comunes. Y, ¿recuerdas que antes hemos dicho que la expresión “mujer caída” no solo se refería a las prostitutas? Un estudio de Frances Finnegan llamado Arrepiéntete o muere: un estudio de los asilos de las Magdalenas en Irlanda (Do Penance or Perish: A Study of Magdalen Asylums in Ireland) afirma que fue precisamente en este punto, cuando empezaron a aparecer asilos como setas en toda Irlanda y no había suficientes internas para llenarlos, el término “mujer caída” empezó a englobar a muchos otros tipos de mujeres.
3. Los secretos de los asilos de las Magdalenas
Se desconoce cuántas internas hubo en los asilos, aunque se estima que solo durante el silo XIX y el XX fueron unas 30.000. Es difícil conocer este tipo de cifras, así como los expedientes de las internas, aun en propiedad de la iglesia a día de hoy.
El escándalo, como comentábamos, saltó a partir del descubrimiento de una fosa común con 155 cuerpos en uno de estos asilos, cuando sus propietarias, las hermanas de Nuestra Señora de la Caridad, perdieron dinero al invertir en bolsa y decidieron cubrir parte de las pérdidas vendiendo el edificio.
Los cuerpos fueron exhumados y cremados, pero ya era tarde para evitar el escándalo. Supervivientes de los asilos contaron escalofriantes historias de abusos físicos, psicológicos y sexuales en el documental Sex in cold climate y, más tarde, incluso vio la luz una película basada muy ligeramente en el documental, llamada The Magdalene sisters (aunque las supervivientes la califican de demasiado suave).
4. El maltrato de las inquilinas
Aunque la vida en los asilos era muy opaca, principalmente a causa del secretismo de la iglesia, hay varios testimonios de internas que ponen los pelos de punta. En el documental Sex in cold climate, por ejemplo, una de las supervivientes cuenta cómo la trasladaron a un asilo desde el orfanato en el que creció por ser “demasiado guapa”, mientras que otra es trasladada al asilo después de ser abusada sexualmente por su primo y otra, por tener un hijo fuera del matrimonio.
Una vez llegada a la institución de las Magdalenas, las monjas obligan a las madres solteras a dar a su hijo en adopción. Además, las internas tienen prohibido hablar entre ellas (una de las monjas le cortó el pelo a una de ellas por haber hecho amistad con otra de las internas) e incluso les cambian el nombre.
5. El final de los asilos
Con el cambio de la moralidad sexual, que poco a poco se ha ido abriendo más, el último asilo de las Magdalenas cerró en el año 1996. Sin embargo, no fue hasta el año 2013 que las supervivientes reciben una nota de perdón por parte del estado, que consideró los asilos “la vergüenza del país”.
La historia de los asilos de las Magdalenas es terrible, ¿verdad? Cuéntanos, ¿conocías este aspecto de la historia? ¿Te ha indignado tanto como a nosotros? Recuerda que puedes contarnos lo que quieras, para hacerlo, ¡solo tienes que dejarnos un comentario! 🙂