Bien decía el poeta inglés Rupert Brooke en una de las mejores frases de besos, que «Un beso hace que el corazón vuelva a ser joven y borre los años.» En efecto, pocas cosas hacen nacer el romance y la pasión con más potencia, que besar. Pero, a lo que estamos acostumbrados en nuestros días, no siempre fue así. Sociedades lejanas como la del Imperio Romano tenían toda una organización en torno al beso, que a la luz del tiempo resulta, cuando menos, curiosa. Los besos en la Antigua Roma no se daban a diestra y siniestra, sino que estaban sometidos a todo un sistema de organización. Hoy en Supercurioso nos animamos a viajar al pasado, para contarte sobre la esencia de los besos romanos. ¿Nos acompañas?
1. El origen de los besos romanos
Besar… ¿Se te viene a la mente una idea más seductora y sensual que la de un beso? Pues, probablemente no. Pero si viajamos a los años del Imperio Romano, nos encontramos con que el historiador Plutarco nos cuenta que no fue por razones románticas, sino más bien prácticas que se consolidaron los besos romanos. Las mujeres de esta sociedad tuvieron prohibido beber vino hasta muy avanzada la civilización, ya que se consideraba que era algo moralmente reprobable. De hecho, había una ley que dictaba que un marido podía matar o divorciarse de su esposa si la descubría consumiendo alcohol.
Los maridos obligaban a sus esposas a exhalar su aliento cerca de su nariz, pero, por si acaso, acercaban también sus labios a los de ellas, para comprobar que no habían ingerido alcohol. Así, las mujeres terminaron por besar en los labios a sus parientes para demostrar que no habían bebido ni una gota de vino. Con el tiempo, los besos en la Antigua Roma se convirtieron en un hábito. Esta costumbre duró hasta el siglo I a.C., cuando el vino se convirtió en un elemento más de la alimentación romana y acabó por olvidarse.
La prohibición del beso
Las curiosidades de los besos nos hacen navegar por los detalles de una de las manifestaciones de cariño o de pasión más valoradas del mundo. Pero, ¿sabías que durante una época los besos romanos fueron prohibidos? Aunque suene insólito, en efecto pasó. Fue el Emperador Tiberio quien prohibió los besos en la Antigua Roma. Buena parte de las teorías justifican esta medida con el hecho de que, como las mujeres se veían sometidas a besarse con varios miembros de su familia, para comprobar así que no habían bebido vino, entonces la epidemia del herpes empezó a propagarse por el Imperio. La prohibición del beso apareció entonces como una medida para controlarla.
2. Los tipos de besos en la Antigua Roma
El Osculum o beso formal
Abrimos este recorrido por los tipos de besos romanos con el Osculum o beso formal. Este gesto era tenido como una forma de saludo, la manera de dar por sentado un acuerdo o simplemente una señal de respeto. Sería el equivalente a lo que hoy apreciamos con la estrechada de manos. Este era de los besos en la Antigua Roma que se daba en la mejilla y en público, y era bien visto entre ciudadanos romanos que compartían cierto estatus social similar. Es, por ejemplo, el caso de sacerdotes, maestros o políticos. Los ciudadanos romanos de posición social alta podían besar al Emperador en la cara. Los aristócratas menos elevados besaban sus manos. Y las personas más humildes de la sociedad debían besar sus pies, como un acto de sumisión.
El Osculum Pacis o beso sagrado
El siguiente entre los besos en la Antigua Roma es el Osculum Pacis, también conocido como el beso sagrado. Se trata de un tipo de beso que se ofrece como un símbolo de adoración, y que de la tradición romana pasó también al cristianismo. Lo peculiar del Osculum Pacis entre los besos romanos, es que apareció en la escena social en los tiempos en los que el beso en público fue prohibido. Entonces, empezó a permitirse tirar besos al aire. La modalidad de este beso era llevarse una mano a la boca y soplar lanzando un beso, que podía ser dirigido a una persona querida, a algún líder político de relevancia o incluso a los objetos de adoración, como las estatuas de los dioses.
El Savolium o beso erótico
El sexo en la Antigua Roma ha sido objeto de no pocas polémicas. Es mucho lo que se ha dicho sobre el carácter erótico y sensual de los romanos, incluso de sus prácticas homosexuales, posteriormente estigmatizadas por el catolicismo. Justo por eso, especial mención entre los besos romanos merece el Savolium o el beso erótico. La palabra Savolium proviene del término saliva, así que este tipo de beso es el común beso con lengua que conocemos en la actualidad.
Incluso, este es de los besos en la Antigua Roma de los que se conocen más rituales. Uno de ellos proviene del mismo Plutarco, que en su obra Moralia (Obras morales y de costumbres), narra la costumbre de las novias de morder un membrillo con la intención de perfumar su boca antes de entrar en la cámara nupcial y así lograr que el primer beso de la pareja fuera agradable.
El beso de la muerte
Y no todos los besos romanos son de respeto, de adoración o de pasión. También hay algunos realmente tétricos. Es el caso del beso de la muerte. Se mantuvo vigente hasta que el Emperador Tiberio lo prohibió. Pero, ¿en qué consistía? Pues los familiares más cercanos a una persona que estaba a punto de morir, le besaban en los labios antes del último aliento, con la intención de hacer un simbolismo espiritual en el que recibían y conservaban su alma viva entre ellos. Bastante bizarro, ¿verdad?
Y tú, ¿Conocías todos estos tipos de besos en la Antigua Roma? ¿Te imaginas besar a un moribundo? ¿O tener que besar a tu abuelo para comprobar que no tomaste alcohol? Cuando menos, insólito. Y si te ha interesado este artículo, puede que te guste saber por qué nos besamos.