Si piensas que el ser humano tiene tanto dominio sobre la Naturaleza que está en lo más alto de la cadena trófica, me temo que estás a años luz de la realidad. En este artículo vamos a adentrarnos un poco en qué es eso de la cadena alimenticia y, sobre todo, en qué posición estamos los humanos. ¿Preparado para sorprenderte?
Cadena alimenticia. ¿En qué posición estamos los humanos?
Seguro que si has visto «El Rey León» de Disney te suena ese equilibrio del que hablaba Mufasa, el padre de Simba, refiriéndose al ciclo de la vida. Según las leyes de este ciclo mientras unos animales comen hierba, otros se alimentan de estos y cuando los segundos mueren, terminan nutriendo a las plantas de las que de nuevo obtendrán energía los primeros. Toda su explicación -de un modo simplificado- estaba dirigida a hacer entender a su cachorro cómo funciona la cadena alimenticia. ¡Vamos a descubrir más de ella!
Qué es la cadena alimenticia
La cadena alimenticia, también llamada cadena trófica, establece las relaciones alimenticias entre los seres vivos. Es decir, qué animal se come a qué animal. Atendiendo a esta lógica, los seres vivos que habitan el planeta se pueden dividir en distintos niveles.
¡Vamos a descubrir cuáles son y dónde estaría, por ejemplo, un león como Mufasa o Simba!
Niveles de la cadena alimenticia
Como te decíamos dependiendo de cuál es la fuente de energía, de alimentación, de cada criatura se establecen unos grupos, con tal de organizarlos para situarlos dentro de la cadena alimenticia. Hay seis niveles:
1. Productores
En este primer nivel se encontrarían organismos como las plantas y algas, pues producen su propia energía a través de la fotosíntesis. Energía que, posteriormente, se trasladará a otro ser vivo que corresponda a un nivel superior de la cadena alimenticia.
2. Consumidores primarios
Son básicamente los herbívoros, es decir, aquellos animales o insectos que se alimentan exclusivamente de las plantas. En este apartado encontramos a las vacas, los conejos o, mismamente, las mariposas.
3. Consumidores secundarios
Son aquellos animales que se alimentan de consumidores primarios. Es decir, son carnívoros, como lo son los gatos (aunque el gato doméstico haya incluido algo de vegetales en su dieta) o los zorros, cuya alimentación se basa fundamentalmente en animales herbívoros. Hay que destacar que, en este apartado, entrarían también los animales omnívoros, dentro de los cuales caben los cerdos, algunas especies de pirañas y, por supuesto, los humanos.
4. Consumidores terciarios
En este nivel, se encuentran los carnívoros que, a su vez, se comen a otros animales carnívoros, como las hienas.
En este apartado podríamos añadir también al león, ya que si bien es cierto que no es algo común, se les ha visto dando caza y devorando, por ejemplo, a hienas.
5. Superdepredadores o consumidores cuaternarios
Son los animales que se encuentran en lo más alto de la cadena y, por ende, no están amenazados por ningún depredador. En este nivel encontramos a las aves de presa, los osos polares, los tigres, las orcas o los tiburones, entre otros muchos grandes depredadores.
6. Descomponedores
Cabe decir que este nivel no siempre se incluye en la cadena trófica, pero es interesante mencionarlo para confirmar que todo este proceso es una cadena que, al terminar, se prepara para un nuevo inicio. Los descomponedores son aquellos organismos, como hongos o bacterias, que se alimentan de la materia muerta y deshechos de los seres vivos, la descomponen y liberan nutrientes que serán utilizados por los productores.
El nivel trófico es, pues, “el número de intermediarios entre los productores y los principales depredadores“, explica el Instituto Francés de Investigación para la Exploración del Mar (IFEMER).
¿En qué posición estamos los humanos en la cadena alimenticia o cadena trófica?
En el año 2013, el IFEMER utilizó datos de «teoría ecológica, demografía y socio-economía para calcular el nivel trófico humano«, señala Curiosity. La respuesta de este estudio fue contundente: ni mucho menos somos los primeros de la fila.
En una escala del 1 al 5, los humanos tienen un nivel trófico de aproximadamente 2’21, un dato que está basado en nuestra dieta. Teniendo en cuenta que el nivel 1 corresponde a los productores y el 5 a los superdepredadores, se podría decir que estamos más cerca de una sardina o una mariposa que de un tiburón, el gran depredador acuático. De hecho, tenemos un nivel trófico muy similar al del cerdo o la anchoa.
Obviamente, el nivel trófico humano varía según la región, pues cada país tiene una dieta distinta, con más o menos carne y pescado. Según el estudio, Burundi obtuvo la puntuación más baja con un 2,04, pues en este país africano abunda una dieta basada en plantas. Por el lado contrario, la máxima puntuación se la llevó Islandia con un nivel de 2,54. Por lo visto, los islandeses son los más carnívoros del planeta, pues comen mucho pescado.
Aunque, para desgracia de los vegetarianos y veganos, la tendencia en los últimos años es que el nivel trófico humano ascienda ligeramente a nivel mundial. Según estimaciones del estudio, se ha pasado de una cifra de 2,15 en el año 1961 a 2,21 en 2013, es decir, un 3% más. Los investigadores alertaron de que estos cambios en la forma de alimentación podían suponer un riesgo para «la durabilidad de la explotación de los recursos naturales», ya que cada paso a un nivel trófico superior implica la pérdida de un 90% de la energía. Sylvain Bonhommeau, autor principal del estudio, señaló que “el impacto del hombre sobre el ecosistema es mucho más grande que su alimentación».
Para realizar los cálculos de este estudio, los investigadores hicieron uso de los datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) sobre el consumo humano entre los años 1961 y 2009.
¿Qué te han parecido conocer la cadena alimenticia y nuestra posición en ella? ¿Tú también pensabas que teníamos un mayor nivel dentro de la misma?