Si eres una de esas personas que tienen pánico a viajar en avión, y que sufren una alta ansiedad con todas esas historias relacionadas con accidentes aéreos, te recomendamos no seguir leyendo este artículo. No obstante, si la curiosidad puede más que el miedo… adelante.
A pesar de que sea el medio de transporte más seguro y que el índice de accidentalidad siempre sea muy bajo, los desastres aéreos se dan de vez en cuando, ahí donde es más que frecuente que pierda la vida todo pasajero y tripulante a bordo de la nave.
Ahora bien, si hay algo que nos llama la atención, es el caso de esas personas que logran sobrevivir. El cine los suele llamar «protegidos», «únicos supervivientes» o incluso niños milagro, porque de alguna forma, es frecuente que casi siempre sean criaturas las que logran salir con vida de este tipo de desastres. El tema, sin duda, es interesante, de ahí que te invitemos a conocer 5 casos increíbles.
Erika Delgado, 9 años
Erika era una niña que viajaba en avión con su familia aquel 13 de Enero de 1995. Se realizaba la ruta Bogotá-Cartagena de Indias, cuando de pronto, y casi en el ecuador del viaje, el avión empezó a tener problemas y el piloto se vio obligado a realizar un aterrizaje forzoso y muy peligroso: en un pantano.
Fue terrible. Fallecieron 51 personas tras que la nave se partiera en dos y explotara. Nos impacta en especial la historia de la propia Erika: su madre, antes de quedar completamente abrasada, tuvo tiempo de lanzarla fuera del avión para que cayera al agua. La niña solo se rompió un brazo.
Puede que pienses que la historia terminó aquí, lamentablemente el recuerdo de Erika conserva un gesto de lo más desagradable. Justo cuando un hombre apareció ante ella y pensaba que por fin le iban a ofrecer ayuda, le robaron lo único que conservaba de su madre: un collar. El avión estaba siendo saqueado y tardaron varias horas en atender a la única persona que había sobrevivido. Ella.
Cecilia Cichan, 4 años
Cecilia es a día de hoy una buena psicóloga. De aquel desastre que vivió con solo 4 años recuerda breves y duras escenas que la acompañarán de por vida. Estamos en 1987, un 16 de agosto cuando desde Detroit despega un avión con 154 personas.
No llegaron a alcanzar el cielo, a los pocos minutos se estrelló causando un gran desastre: todos los cuerpos yacían en caótico drama entre el fuego, fuselaje, resto del avión y los equipajes. Sólo se salvó una niña: Cecilia Cichan, sentada en su asiento rodeada de los cuerpos sin vida de sus padres y su hermano. Terrible, no hay duda.
George Lamson, 17 años
El avión de la compañía “Galaxy Airlines”, se estrelló un 21 de enero de 1985 cuando realizaba el trayecto Nevada-Minessota. A bordo iban 71 personas.
En este caso la casualidad y la extraña magia del destino quiso que durante el impacto, un solo asiento saliese disparado fuera del avión: era el del joven George, de 17 años. ¿Sabes lo que hizo después de recibir el golpe de la caída? Desabrocharse el cinturón del asiento casi al instante. Algo dentro de él, y a pesar de las heridas, le decía que se fuera de allí cuanto antes. Sin saber muy bien cómo, echó a correr antes de que el avión explotara. Esa voz interior le salvó la vida. Increíble.
Ruben Van Assouw, 9 años
Ruben Van Assouw tenía 9 años y acababa de pasar unas vacaciones inolvidables con su familia aquella semana de primeros de mayo del 2010. Era holandés, y viajaba con los suyos rumbo a Trípoli en el vuelo 8U771.
No llegó a su destino. El avión se estrelló dejando 103 víctimas casi en el acto, a excepción de nuestro protagonista, quien a pesar de sufrir múltiples fracturas y un traumatismo craneoencefálico, se recuperó rápidamente. En dos semanas fue dado de alta, no obstante, era el momento en que empezaba lo peor: procesar todo lo ocurrido, y aprender a vivir sin su familia.
Bahia Bakari, 13 años
De nuevo, una niña. Estamos en la compañía “Yemen Airlines”, en un avión con 152 pasajeros. Cabe decir que más tarde se averiguó que el avión tenía fallos técnicos y que no contó con el permiso para volar, sin embargo, el viaje se llevó a cabo con un final dramático pero previsible para muchos.
Cayó en el océano indico, todos fallecieron a excepción de la joven Bahia, quien tuvo que pasar varias horas sujetándose en los restos del avión viendo como a su alrededor, flotaban no solo los cadáveres de los pasajeros, sino también hubo de hacer frente a un mar revuelto con varios tiburones. Los agentes de salvamento dieron con ella cuando ya estaba sin fuerzas y desmayada. Aquel día volvió a nacer… Solo el tiempo borraría las heridas internas experimentadas aquel terrible 30 de junio de 2009.
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