Cuando te intriga leer las emociones de alguien más, ¿qué es lo primero en lo que te fijas? Previo al estudio del que te hablaremos a continuación, los especialistas recomendaban observar detalladamente antes que escuchar. Así procesamos la información que se envía de manera involuntaria a través del lenguaje corporal y, sabiendo interpretarla, podríamos descubrir lo que ocurre en realidad en la mente de la persona en cuestión.
El FBI lo ha aplicado durante décadas en interrogatorios para descubrir las intenciones ocultas de quienes investiga. Sin embargo, un nuevo hallazgo replantea esta teoría y sugiere que escuchar es mucho más eficaz que observar a la hora de leer las emociones. ¿Quieres saber por qué? ¡Aquí vamos!
Para leer las emociones en otros…no los veas, mejor escucha
Hemos escuchado en reiteradas ocasiones que los ‘humanos somos animales sociales’. Lo cual es cierto. Intrínsecamente sentimos la necesidad de conectar con otros, de comunicarnos e identificarnos de una u otra manera con la gente. Pero si somos tan sociales, ¿cómo es que todavía no somos capaces de discernir adecuadamente las emociones ajenas? Se debe a que nos falta aprender a escuchar mejor.
Para el autor de este estudio, Michael Kraus, con doctorado en Ciencias Sociales en la Universidad de Yale, «depender de una combinación de señales vocales y faciales, o únicamente señales faciales, puede no ser la mejor estrategia para reconocer con precisión las emociones o intenciones de los demás».
A esta conclusión llegó Kraus tras realizar cinco experimentos en total, con la colaboración de más de 1,800 personas en Estados Unidos. El estudio fue conducido de esta manera:
- Se le pidió a un grupo de personas que interactuaran frente a frente, como lo hacemos regularmente
- Otros participantes solo podían escuchar y no mirar a su interlocutor
- También hubo personas a las que se les permitió observar, pero no escuchar
- Para explorar este fenómeno en distintas direcciones, en otro grupo usaron una voz computarizada que transcribía una interacción espontánea. Con ello pretendían verificar si era posible leer las emociones, sin que esta distorsión ejerciera algún tipo de influencia.
Como resultado, las personas que solo usaron la audición para leer las emociones de otros pudieron realizar con mayor precisión esta lectura en comparación con el resto de los grupos. Desde luego, aquellos que fueron sometidos al análisis de la voz robótica obtuvieron el peor de los resultados.
De acuerdo con Kraus, este hallazgo supone que para desvelar los estados internos en otros, debemos concentrarnos en estudiar las vocalizaciones de las emociones, ya que la voz posee gran parte del contenido que necesitamos para comprender aquello que es invisible para los ojos.
Por lo que nos dicta la experiencia, los humanos contamos con más práctica en la tarea de disfrazar las emociones con expresiones faciales fingidas. Pues, ¿cuántas veces has tenido que falsear una sonrisa cuando no hay motivos para liberarla? ¿Y qué ha sido más difícil: fingir una sonrisa o disimular un quiebre de emociones con la voz? son fundamentos lo suficientemente coherentes como para apostarle a escuchar, interpretar el tono y la calidad de los sonidos, ¿no te parece?
Klaus agrega a esta explicación que la psicología cognitiva establece: mientras menos información recibamos, mejor será el procesamiento del mensaje. Puesto que si realizamos dos tareas a la vez con la misma concentración, en este caso sería escuchar y observar, el rendimiento no sería el mismo. En parte porque el lenguaje corporal está cargado de detalles que nos abstraen de lo esencial: escuchar mejor para leer las emociones. ¿Tú qué opinas sobre esto?
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