Si algo ha caracterizado a los cubanos en las últimas décadas es su creatividad, especialmente cuando se trata de supervivencia. Así es justamente cómo los cubanos han encontrado una solución casera para elaborar vino sin requerir herramientas de fermentación de alta tecnología: usan condones para ello. ¿Qué? ¡Aquí te contamos!
¿Fabricar vino casero con condones? ¡Es una realidad!
Si bien se conoce a Cuba por su amor al ron y a las bebidas alcohólicas, para aquellos que viven la realidad cubana, el vino hecho en casa resulta mucho más asequible que el vino importado que, de acuerdo con Associated Press, alcanza precios que igualan a la mitad de salario mensual promedio en la isla.
Un enólogo cubano, Orestes Estevez, tiene cientos de jarros de vidrio con fruta sellados con condones. Estevez explicó que usa los condones para saber exactamente cuándo la fruta está fermentada y lista para pasar a ser embotellada.
Para fermentar las uvas hasta que sean vino, la levadura se alimenta de los azúcares encontrados en la fruta y el dióxido de carbono, de acuerdo con lo que le dijo Kathleen Arnink, profesora y experta en viticultura: “El gas infla los condones a medida que la fruta se fermenta, y cuando los condones vuelven a desinflarse, es señal de que la fermentación está completa”.
«He visto usar globos, pero cualquier cosa que encaje en el cuello de la botella y la trampa del gas funcionaría», dijo Arnink. «Creo que el control de la natalidad ha sido más importante en Cuba que la fabricación de animales de globos, por lo que tenían más condones disponibles que globos».
«Poner un condón en una botella es como con un hombre», dijo Estevez a la AP. «Se levanta, el vino está listo, y entonces el proceso se completa».
Estevez, que convirtió la elaboración de su jardín en una bodega, dijo a la AP que vende un promedio de 50 botellas al día por unos 40 centavos cada una. La pequeña bodega se ha convertido en una atracción de la localidad gracias al vino casero y la extraña visión de las jarras de vino con preservativos de tapa.
Y, claro que sí, en el mundo hay mejor tecnología para elaborar vino, pero, según la profesora Arnink, usar globos o condones es un método muy aceptable para una operación improvisada de fermentación en casa.
¿Qué te ha parecido? En tiempos de crisis la creatividad se vuelve en una gran aliada. Es curioso y realmente satisfactorio ver cómo siempre podemos encontrar una manera de hacer funcionar las cosas.
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