Parecen de juguete, sacadas de un mundo de fantasía donde lo diminuto cobra poder y color. Estas ranitas que ves en nuestro artículo pertenecen al género Brachycephalus y acaban de descubrirse hace muy poco, en un rincón idóneo de nuestro planeta, ahí donde la diversidad biológica aún obra milagros como este: en Brasil.
Estamos seguros de que te va a encantar conocer más datos sobre la rana dorada.
Los anfibios más pequeños que existen en la Tierra
La mayoría ni siquiera alcanza el centímetro de largo. Aunque hay algo que debemos tener en cuenta. Su intenso color amarillo nos advierte de que posee unas poderosas toxinas, un aspecto que permite a estos pequeñísimos anfibios el ponerse a salvo de la mayoría de los depredadores de su entorno.
Si bien es cierto las Brachycephalusque ya fueron descubiertas en 1824, no se conocía entonces la amplia variedad de los que se consideran los anfibios más pequeños del mundo. Tanto es así, que el pasado mes de junio, se hallaron 7 especies más en una de las zonas más montañosas del sureste de Brasil. Se intuye pues que pueden haber muchos más tipos, ranitas de más colores que hasta el momento, permanecen ocultas a ojos de los siempre impacientes biólogos ansiosos por ampliar nuevos especímenes en las revistas especializadas.
Las llaman microranas, y aunque te parezca que el ejemplar que encabeza este artículo es muy diminuto (mide unos 0,9 mm), se sabe que la más pequeña hallada hasta el momento se encuentra en Papua Guinea. Sería la Paedophryne amauensises, con unos 7,7 ml de largo y descubierta en el 2012.
La razón por la cual se descubren nuevos ejemplares al cabo de los años, es porque estos animales suelen quedarse muy aislados en sus hábitats. Adoran las zonas húmedas, muy montañosas, ahí donde los bancos de niebla van y vienen dibujando escenarios muy escarpados para el género humano. No obstante, esta puede ser su mejor ventaja.
Marcio Pie, profesor de la Universidad Federal de Paraná en Brasil, fue quien las descubrió este mismo año junto a su equipo. Prepararon una expedición hacia los bosques nubosos en los estados de Paraná y Santa Catarina, en el sur de Brasil, sabiendo que era un contexto ideal para encontrar nuevos tipos de ranas. Y así fue, el éxito fue rotundo y nos ofrecieron las primeras imágenes de estos pequeños amigos. Son pequeñisimas, y además, algo torpes, porque aunque nos sorprenda, no disponen de una adecuada capacidad para saltar.
Un aspecto que debemos tener en cuenta es que a pesar de que su aislamiento respecto al hombre siempre es positivo para su supervivencia, ya no lo es tanto el medio tan puro natural y delicado en el que viven. El cambio climático está alterando muchos aspectos de esos entornos tan mágicos, y cualquier variación, afecta de inmediato a la flora y a la fauna.
Y aún hay más… Esos bosques nubosos de Brasil en los que viven, están amenazados a su vez por la deforestación. Son muchas las empresas que desean plantar pinos en esa zona para la industria maderera, o utilizarlos como terreno para la ganadería. Algo lamentable que debe obligarnos a reflexionar sobre qué estamos haciendo con nuestro maravilloso planeta, y con su diversidad.
Estas ranas no son únicas solo por su tamaño. Son únicas porque solo habitan aquí, en los bosques de Brasil. Esperemos pues que las organizaciones de protección ambiental y forestal puedan hacer todo lo posible por proteger estos increíbles entornos.
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