En la criogenia podría estar la clave para la prolongación prácticamente indefinida de la vida humana. Muchas personas con recursos están acudiendo a este sistema con la esperanza de algún día poder revivir a sus seres más queridos, como es el caso de la pequeña Matherym Naovaratpong, quien se convirtió en la persona más joven en ser congelada mediante este proceso.

La criogenia o biocriopreservación

La criogenia o biocriopreservación es el proceso mediante el cual el cuerpo es sometido a temperaturas muy bajas para ser preservado. El objetivo es que los científicos del futuro logren revertir con éxito el proceso y revivir a la persona.

En los últimos años muchas personas con recursos están solicitando cada vez más que sus cuerpos o el de algún familiar sean sometidos al proceso de criogenia inmediatamente después de la muerte.

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En la mayoría de los casos se trata de personas con enfermedades terminales para las que todavía no existe cura en nuestros días. El objetivo es bastante simple, la idea es que cuando surja una cura para la enfermedad que afectaba a la persona, ésta sea “resucitada”.

Claro está, que todavía no se cuenta con la tecnología para revertir ese proceso de congelación. Por lo que las personas que están recurriendo a este método están apostando al avance de la medicina tanto en el proceso de reversión del proceso de criogenia como también de curación de su enfermedad.

En Estados Unidos ya existen diversas compañías especializadas en la biocriopreservación de cuerpos o cabezas. Las personas están pagando altas sumas de dinero con la esperanza de que puedan ser revividos en el futuro, cuando la tecnología y medicina esté lo suficientemente avanzada en ese aspecto.

El caso de Matherym Naovaratpong

Matherym Naovaratpong es uno de los casos más emblemáticos, puesto que con tan solo 2 años, se ha convertido en la persona más joven del mundo en ser congelada. La pequeña desarrolló un inusual cáncer cerebral que le fue diagnosticado al poco tiempo de su segundo cumpleaños.

La medicina actual no le ofrecía ninguna posibilidad de curación a Matherym. Por lo que sus padres, ambos ingenieros médicos, decidieron darle lo que ellos consideran como “otra oportunidad de vivir” y congelaron su cerebro para cuando exista una cura.

El cerebro de la niña, quien murió el 8 de Enero del 2015, se colocó en un proceso de congelamiento muy profundo, hasta que en algún punto del futuro exista una cura para su enfermedad y pueda ser revivida. Llegado ese punto habrá que crearle otro cuerpo a la pequeña.

Los padres de Matherym se muestran completamente seguros de su decisión. Los científicos aseguran que este proceso de resucitación está cada vez más cerca y creen que posiblemente en 30 años pueda ser una realidad.

¿Qué opinas de la criogenia? ¿Te gustaría que congelaran tu cuerpo y pudieras revivir en el futuro?

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