A lo largo de la historia, la cuestión de la masturbación femenina ha supuesto un verdadero tabú en nuestra sociedad, tratándose de un tema que despierta siempre numerosas controversias. Por suerte, en la actualidad se trata de una práctica común entre las mujeres, por lo que la presencia de vibradores de todos los tipos y juguetes sexuales en distintos ámbitos de nuestro día a día está mayoritariamente aceptado. De hecho, la masturbación femenina cuenta con el apoyo de diversos estudios que demuestran sus beneficios, los cuales abarcan desde la mejora de las relaciones sexuales hasta la prevención de posibles enfermedades. A pesar de que el nacimiento de los consoladores y vibradores también tiene un fundamento médico, el principal fin de su uso era la cura de una enfermedad: la histeria femenina. En este artículo de Supercurioso te contamos todo sobre la historia del consolador, ¡no te lo pierdas!
La historia del consolador: un invento para tratar la histeria femenina
La historia del consolador se remonta a la época victoriana, en la Inglaterra de 1880. Como comentamos anteriormente, su invención presenta unas motivaciones muy alejadas de la función que hoy en día se le atribuye, ya que se creó con el objetivo terapéutico de tratar la histeria femenina, una enfermedad detectada en una de cada cuatro mujeres de la época.
Los síntomas de esta enfermedad eran muy diversos: desde dolores de cabeza o corporales, hasta espasmos musculares, ataques de risa y llanto, insomnio, desmayos, pesadez abdominal, parálisis e incluso ceguera. No obstante, la cura era la misma en todos los casos: la estimulación de la zona genital hasta provocar un paroxismo histérico, lo que hoy en día conocemos como orgasmo.
Empero, la realización del masaje pélvico (que podía durar hasta dos horas) tenía una contrapartida: el cansancio de los doctores, quienes podían llegar a sufrir calambres y terminar con la mano prácticamente inmovilizada a causa del exceso de trabajo. Uno de ellos era el doctor Joseph Mortimer Granville; fue él quien dio con la solución al problema: la invención de una máquina con forma fálica que fuera capaz de introducirse en la cavidad vaginal sin llegar a lastimarla. Con el tiempo, el doctor patentó su creación, convirtiéndolo en un éxito comercial y transformando la historia del consolador.
¿Cómo era el consolador de Granville?
Como ya mencionamos, el origen de los consoladores, a lo menos de los que hoy en día conocemos, se remonta a la magnífica creación del doctor Granville, sin embargo, no sobra mencionar cuáles eran las características fundamentales de este aparato. Este consolador era un instrumento que se conectaba a una batería y que tenía puntas de goma intercambiables. El aparato fue distribuido en Europa y Estados Unidos por la Weiss Company, con un costo aproximado de 5 dólares.
Empero, y seguramente debido a la gran popularidad de su invento, Granville se dio cuenta que la sintomatología de la histeria podía ser una distorsión del funcionamiento de la sexualidad femenina, lo que implicó un gran negocio para los médicos. Esta fue la razón por que la que doctor se negó a utilizar el dispositivo en mujeres diagnosticadas con histeria. Unos años más tarde, en 1952, la Asociación Americana de Psiquiatría excluyó a la histeria femenina de la lista de enfermedades mentales.
Ese momento fue decisivo en la historia del consolador, ya que sería el impulso necesario para convertirse en un elemento de puro placer sexual.
De la consulta médica a las películas subidas de tono
Después de su nacimiento y la validez médica de la que gozaba, la historia del consolador lo convirtió en uno de los inventos más popularizados del siglo XX; se adentró tanto en el mercado que empezó a competir con la compra de planchas o aspiradoras. No obstante, por aquel entonces seguía asociándose a una cuestión de salud.
No sería hasta los años 20 que los consoladores comenzarían a participar en películas pornográficas de la época. Sin embargo, se consolidaría su concepción como juguete sexual con la llegada de la revolución sexual de los años 70, momento en el cual emergió una venta masiva de esta máquina.
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