Tengo un amigo, llamémoslo Jesús, que a los diez años cayó de un muro y se dio un fuerte golpe en la cabeza que lo condujo al hospital, donde le tomaron algunos puntos de sutura y lo examinaron cuidadosamente para descartar lesiones mayores. Aparentemente estaba bien, y pasarían varios años antes de que se diese cuenta de que no percibía los olores, que en el golpe había perdido uno de los sentidos aparentemente más inocuos con el que nos conectamos al mundo: el sentido del olfato; pérdida a la que la medicina denomina anosmia.
Treinta años más tarde, después de superar un fuerte resfriado, Jesús descubrió que su capacidad para oler el mundo había regresado, y desde entonces no ha dejado de celebrarlo de variadas maneras, por ejemplo, haciendo cursos de cocina y experimentando nuevos platos con olores y sabores cada vez que puede y sus recursos financieros se lo permiten.
No es el caso de Boak Duncan, natural de Leeds (Reino Unido), que después de sufrir una lesión grave en la cabeza, también por una caída siendo un niño de siete años, perdió el sentido del olfato para siempre. Según Duncan vivir sin oler es como ver “la vida a través de un espejo”.
Cuando tienes anosmia, y quizás hayas pasado por ella gracias a un resfriado muy fuerte, la comida no te sabe a nada, porque el 80% de lo que saboreamos proviene del olfato. Ahora imagina un mundo en el que no puedas sentir ni buenos ni malos olores: podrías comerte un alimento que se encontrase en descomposición, o no oler el peligro de un incendio que se aproxima adonde estás, o el olor del perfume o la colonia del ser querido.
Causas y efectos de la anosmia
Por los casos que hemos mencionado ya sabes que la anosmia puede ser producto de una lesión o manifestarse como síntoma de un resfriado, o de la sinusitis, como efecto secundario con el uso de algunos medicamentos, o puede ser también un síntoma de alguna enfermedad neurológica.
Además de la pérdida del olfato, la anosmia puede hacer que el afectado se distancie de su entorno social y eventualmente caiga en estados depresivos. No hay que olvidar que los olores pueden alegrarnos o entristecernos, y están fuertemente asociados a la memoria.
Aunque puede tratarse con cirugía –especialmente cuando es resultado de una infección crónica o de una malformación en las fosas nasales– y con otros tratamientos, cuando es resultado de una lesión en la cabeza o de una enfermedad neurológica la anosmia tiende a durar toda la vida.
Duncan y el quinto sentido
Boak Duncan no está solo en el Reino Unido, donde se calcula que hay unas tres millones de personas con anosmia, y está decidido a trasmitir su gusto por la cocina, por lo que ha creado una grupo llamado Quinto Sentido, con el propósito de entusiasmar por la comida, y por el gusto de vivir, a los afectados por esta enfermedad, loable iniciativa que desde Supercurioso celebramos.
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