Es muy posible que en alguna ocasión te hayas encontrado con esta palabra: «Petricor», si su sonoridad ya es de por sí tan curiosa como agradable, aún lo es más el término al cual da significado.

Petricor es el olor que desprende la tierra cuando está húmeda. Es esa fragancia que nos envuelve y nos atrapa, una sensación que nos hace despertar por dentro y unirnos a esa atmósfera pura que nos revive y hace que nos chispee el alma.

Ahora bien, sabemos que esta fragancia, que este olor único es el preferido de millones de personas, pero… ¿hay alguna razón para que esto ocurra? Hoy en Supercurioso queremos desvelarte el por qué de esta singular atracción.

¿Nos acompañas?

Petricor, el aliento esencial de la madre tierra

No solo a ti te gusta el olor a Petricor. O la fragancia de césped recién cortado, o esa bruma tibia que se levanta en los bosques después de las tormentas. A muchos animales también les atrae.

Podríamos hablar casi de «instinto», en especial si nos vamos a zonas desérticas donde la lluvia no es muy común. Suele decirse, por ejemplo, que los camellos tienen un olfato único para encontrar agua, y que pueden guiarse a lo largo de kilómetros para encontrar esa zona en la cual, acaba de llover.

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Todo ello se debe a la «geosmina». Es aquí donde una vez más, nos encontramos con algo curioso: geosmina, en griego significa «olor a tierra», y a su vez bautiza a una sustancia química que produce un tipo de bacteria: la bacteria de Albert. Es ella, junto a una serie de cianobacterias más, las responsables de dejar escapar en la atmósfera esta sustancia química tan especial.

En el momento en que la lluvia desciende y humedece dichos organismos, e incluso un tipo de hongos como el Penicillium expansum, se desprende la tan apreciable y cautivadora geosmina. Y no, no importa lo pequeña que sea o que se encuentre en una bajísima concentración en el ambiente, nosotros la captamos de inmediato, así como muchos animales e incluso insectos, los cuales, necesitan acudir a esos escenarios húmedos para hidratarse, en especial si viven en zonas muy áridas.

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Señalarte también que existen algunos cactus y flores en el Amazonas que son capaces de producir geosmina para que así, los insectos no puedan resistirse a acudir hasta ellos, y así, polinizarlos. La naturaleza como ves, es sencillamente maravillosa.

Es posible que la tierra húmeda despierte también en nosotros determinados instintos, o esa unión mística y especial con la lluvia, con la tierra que nos ampara y que de algún modo, nos ofrece la vida.

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Sea como sea, el Petricor se alza como ese tipo de cosas que no requieren dinero para disfrutarse, que nos aporta felicidad y esa belleza sencilla que se esconde en las cosas más elementales.

Y ahora dinos… ¿también a ti te gusta el Petricor?