Madrugar. Triste condena a la que estamos obligados por razones académicas o laborales, pero a la que nunca conseguimos habituarnos. El despertador es, en ocasiones, como las alarmas antiaéreas de la Segunda Guerra Mundial que nos obligan a abrir los ojos con una mezcla de pánico, sobresalto y horror… Sonido inhumano que nos arranca del plácido sueño, de la cama calentita y placentera donde nos hallábamos sumidos en un agradable descanso.
Sabemos que son muchos los que por su parte, adoran levantarse pronto aunque sea fin de semana, se aprovecha más el día y se disfruta más del tiempo libre. No hay duda. Ahora bien, ¿qué ocurre con todos aquellos que, decididamente, odian madrugar sea el día que sea?
¿Te sientes identificado? Entonces no dudes en leer este artículo para comprobar si encajas también en estos puntos.
1. Estás cansado de que te llamen vago porque odias madrugar
Lo dicen hasta en los manuales de autoayuda: «Madrugar te ayuda a ser más productivo y a disfrutar más de la vida. Las personas con éxito se levantan dos horas antes, salen a correr, hacen yoga y desayunan plácidamente.»
¿Quiere esto decir que los que se levantan pasado el medio día, son irremediablemente infelices y jamás tendrán éxito en sus vidas? Si eres de los que se quedan unas horas más en la cama, seguro que estarás cansado/a de oír esas llamadas a la puerta para indicarte qué hora es, para preguntarte si estás bien… O peor aún, en más de una ocasión te habrán dejado caer aquello de «pero qué vago eres».
2. Lo que la mayoría no sabe: somos más productivos por las noches
No, las personas que odian madrugar y que empiezan a vivir pasado el medio día, no son todas vagas ni todas improductivas. Generalmente, ocurre algo que la mayoría pasa por alto: su nivel de productividad, de inspiración y de creatividad, acontece generalmente cuando la mayoría de las personas están dormidas.
Si te gusta escribir, dibujar, componer o tienes otra faceta artística, es muy posible que sea precisamente en los momentos de la madrugada cuando te sientas más inspirado. Es la hora de las musas y eso es algo que el resto del mundo, a veces, no entiende.
3. Eres joven y, en consecuencia, te etiquetan de «vago» por no madrugar
Muchas personas tienen un olfato especial para etiquetar a las personas a la ligera. Si te ven levantarte a las dos del medio día, te miran con cara de escepticismo. «A buenas horas te levantas, ¿eh?», comentan.
Ése es el momento en que no tienes más remedio que decirles la verdad: Estudias por la mañana, y por las noches trabajas en una cafetería para pagarte tus estudios.
¿Te ha ocurrido alguna vez? ¿Has vivido esta misma situación?
4. El problema de la melatonina
Puede que en alguna ocasión te hayas preguntado por qué te cuesta tanto madrugar y, sobre todo, por qué empiezas a ser más productivo a últimas horas del día. En el libro «Sleep: A Very Short Introduction» de los profesores Steven W. Lockley y Russell, nos explican que, seguramente, la razón esté en nuestra melatonina, la cual empieza a secretarse más tarde, de ahí que podamos estar despiertos cuando a otros ya se les cierran los ojos.
Generalmente, aquellas personas que se sienten más despiertas por la noche, tienen su día circadiano alterado, de modo que su energía está a un nivel más bajo por la mañana y más elevado a medida que cae la tarde. Esto podría corregirse si nos pusiéramos unos hábitos más estrictos, respetando y aprovechando los ciclos de luz para regular la secreción de melatonina, acostándonos más temprano, por ejemplo, pero a medida que alargamos el hábito de levantarnos tarde, más resienten estos ciclos.
No obstante, tal y como nos dicen los expertos, para corregirlo, se trataría simplemente de descubrir cuándo eres más productivo para ajustar así tu vida laboral, pero obviamente, esto no siempre es posible. La vida se establece siempre en horarios diurnos, de ahí que las personas nocturnas, tengan tanta dificultad para adaptarse a estos ciclos.
Y ahora cuéntanos, ¿eres de los que odia madrugar? ¿De los que son quizá mucho más creativos y productivos por las noches? Háblanos de tus hábitos y experiencias. Y, recuerda, si te ha gustado este artículo, descubre también 10 cosas curiosas que pueden pasarte mientras duermes.