Es seguro que a lo largo de la historia se han acumulado por todo el mundo indignantes y terribles anécdotas que impactaron a más de uno. Sin embargo, su cotidianidad no exime la capacidad de tocar las fibras más sensibles de cualquier ser humano. El caso que estás por conocer puede llegar a ser considerado uno de los más crueles en la historia de la psicología, debido a que implica lamentables muertes y abusos perpetrados de la peor manera posible, te invitamos a conocer el caso de David Reimer, una lamentable pérdida producto de la ignorancia humana.
Desatinos de la vida
Nacido como Bruce Reimer en Winnipeg, Manitoba (Canadá) el 22 de agosto de 1965, hermano gemelo homocigótico de Brian Reimer, el joven que después cambiaría su nombre a David, fue diagnosticado junto con su hermano de un padecimiento conocido como “Fimosis” a los seis meses de nacidos. Esta enfermedad consta de una estrechez anormal en la piel que cubre el pene, la cual provoca infecciones de la piel, de orina, fisuras e incluso, en algunos casos, cáncer. Los padres de Bruce y Brian decidieron someter a los niños a una operación para combatir este padecimiento: la circuncisión. Sin embargo, durante la operación de Bruce, el cirujano no pudo estar presente, por lo que el asistente optó por suplirlo; un inesperado fallo en el proceso de cauterización terminó dañando gravemente el miembro del niño que, posteriormente, comenzó un proceso de necrosis y se desprendió del cuerpo.
Las posibilidades de someter a Bruce a una operación de reconstrucción genital eran mínimas, dado que este campo aún no estaba tan desarrollado, por lo que sus padres se encontraron ante la difícil decisión de apoyar a su hijo, quien crecería sin una parte fundamental de su sexualidad, o buscar más alternativas para que esto no resultara contraproducente para su estado anímico. Jamás imaginarían la tempestad que estaban a punto de desembocar con dicha elección.
La persona incorrecta en el momento incorrecto
El psicólogo Neozelandés John Money, graduado de la Universidad Victoria de Wellington, con maestría en Psicología y otra en educación, así como un doctorado en Harvard, se cruzó en el camino de los Reimer cuando más desesperados se encontraban. Éstos habían escuchado sobre un médico que trabajaba en algunas teorías importantes sobre la sexualidad, defendía que esta podía ser educada y aprendida a voluntad, conforme el individuo se fuera desarrollando. Una vez solicitada su ayuda, el doctor Money se acercó a la familia brindando la hipótesis de que, gracias a la edad aún temprana de Bruce, podían hacer que éste desarrollara caracteres, conductas y comportamientos femeninos y así, ellos pudieran criarlo y educarlo como si hubiese nacido niña.
Los ojos de Money brillaban al tener el caso ideal en sus manos, podría observar los cambios en Bruce durante su transición, mientras vieran las diferencias a la par en el desarrollo de Brian, su hermano gemelo. Money continuaba estableciendo los elementos adecuados para su experimento impulsando a los Reimer a que sometieran a Bruce a una operación de reconstrucción de una vagina artificial. Posteriormente, el plan se llevaría a cabo, el nombre de Bruce cambiaría al de Brenda y por ninguna razón se le informaría sobre el estado de su sexualidad artificial.
El sufrimiento de una teoría excéntrica
Como era de esperarse, el tratamiento al que Bruce fue sometido no daba los frutos que el doctor esperaba, Bruce odiaba los juguetes que se le ofrecían, incluso rasgaba los vestidos de las muñecas. Sus padres se encontraban preocupados con el temor de que su hijo averiguara su condición real, así mismo los problemas se acrecentaron cuando, conforme iba alcanzando la pubertad, Bruce desarrolló caracteres masculinos a pesar de su tratamiento con estrógenos. Su musculatura aumentó al igual que su altura y Brian, llegó a comentar que la única diferencia entre su hermano y él era la gran cabellera de Bruce.
Se han recopilado testimonios de los hermanos Reimer, que no sólo demostraban la falta de ética y la gran estupidez de su doctor, sino que comprometían su carrera por completo. Frecuentemente los hermanos acudían a una visita de rutina con Money para que éste observara el progreso de ambos. Sin embargo, según lo dicho por Bruce, en estas sesiones, Money se encargaba de mostrarle imágenes de temática sexual como una forma de “redirigir” su sexualidad, así mismo afirmaba que el doctor hacía que Bruce se colocara en una posición de sometimiento sobre sus rodillas y sus manos completamente desnudo, mientras su hermano realizaba movimientos y tocamientos eróticos detrás de él en una escena que denominaba “ensayo sexual”. El médico siempre negó estas acusaciones, no obstante su palabra ya se cuestionaba.
Secuelas de una vida arruinada
En el momento cumbre de la adolescencia, Bruce sufría cada vez más entrando en el mundo de las drogas y el alcoholismo, estando al borde del suicidio más de una vez. La familia se alejó del Dr. Money al observar el sufrimiento de su hijo, por lo que decidieron que era el momento de hablarle sobre el experimento al que había sido sometido. Tras enterarse de esto, Bruce decidió comenzar una vida de nuevo como hombre cambiando su nombre al de David, inyectándose testosterona y sometiéndose a varias operaciones como mastectomía (extirpación de senos) y la faloplastía (reconstrucción del pene y los genitales masculinos). Posteriormente, contrajo matrimonio y se convirtió en padrastro de los hijos de su esposa.
No obstante, las cosas empeoraron cuando su caso salió a la luz pública. David fue discriminado, perdió su empleo y su esposa lo abandonó. La crudeza de la realidad se hizo más densa cuando su hermano Brian se suicidó en el año 2002 con una sobredosis de antidepresivos, ya que decía experimentar una culpabilidad intensa, debido a que él había superado la circuncisión exitosamente y su hermano no.
La vida de David terminó el 4 de Mayo de 2004, el joven de 38 años se suicidó de un disparo en la cabeza.
Un amargo legado
A pesar de que su historia repercutió en la ciencia, modificando los conceptos de la época que contrariaban las teorías genéticas, el coste fue demasiado alto para arremeter contra una teoría determinante. Esta es una enseñanza sobre la identidad sexual, la cual no sólo tiene que ver con la estructura física o biológica de un individuo, sino con su voluntad y su derecho para ejercer su sexualidad como le plazca y adoptar las características del género que le acomoden.
La cantidad de prácticas anti-éticas que David tuvo que enfrentar para que un pseudo doctor egoísta y ambicioso pudiera conseguir algo de fama, es una aberración que hasta nuestros días causa impacto e indignación.
El sexo biológico bien puede ser negado por una persona si lo desea, pero he aquí la importante diferencia, debe ser su decisión, está en su derecho de modificar su cuerpo como lo desee, en plena calidad de consciencia y responsabilidad.
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