«2017, China, el primer trasplante de cabeza ha sido realizado». Sí, puede que en 2017 los noticiarios de todo el mundo abran con esta cabecera. Al menos esto es lo que quiere conseguir el doctor italiano Sergio Cavanero y ha explicado que realizará la operación en China.
El paciente
¿Quién se ha ofrecido como conejillo de indias para la operación experimental? Un hombre de nacionalidad rusa llamado Valery Spiridonov. Es un programador afectado por una enfermedad que le atrofia los músculos y le impide la movilidad.
Cree que con esta operación tendría un cuerpo sano y está dispuesto a arriesgarse. Mantiene la esperanza de mejorar a pesar de saber que su cabeza permanecerá separada del cuerpo durante varios minutos y el postoperatorio -en caso de sobrevivir- será muy complejo, incluyendo un largo tiempo en coma.
El médico y la operación
El Dr. Cavanero pretende utilizar una sustancia llamada polietilenglicol para unir los huesos. El problema, según los expertos, no está en unir los huesos, sino en que lleguen desde el cerebro las corrientes a las extremidades a través de la médula espinal. Al final aunque trasplantases la cabeza, el resultado sería una persona afectada de tetraplejia.
La operación costará 11 millones de dólares y el doctor cree que él y su equipo estarán en condiciones de llevarla a cabo a finales de 2017. La harán en China porque este país quiere convertirse en un referente en todo tipo de intervenciones punteras y está dispuesto a apoyarla.
Cavanero ve la intervención como un paso de gigante hacia la inmortalidad del ser humano. De momento, intenta convencer a los científicos de varios países de que su intervención es posible.
La opinión de la comunidad científica
Sin adentrarse en temas éticos, los científicos, en general, opinan que esta intervención es imposible. Son muy críticos con el Dr. Cavanero. Hoy por hoy, es factible unir arterias y venas, pero es imposible efectuar la unión de médula y cerebro de forma que funcione efectivamente.
El camino que está siguiendo la comunidad científica en este sentido pasa por las células madre y, con el estudio de éstas, llegar primero a la regeneración de la médula espinal y, por lo tanto, a la curación de parapléjicos y tetrapléjicos. Cuando se haya resuelto ésto, se podrá empezar a hablar de trasplantar una cabeza. Quizá en un futuro lejano pueda realizarse, pero por el momento no es así y no hay perspectivas de que vaya a ocurrir en breve.
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