Puede que en alguna ocasión te hayas preguntado cuál es la población más alejada del mundo. Ésa cuyos vecinos, rara vez se tropiezan con gente de otras comunidades o países. Personas que, para ver un gran centro comercial tienen que hacer un largo, larguísimo viaje en barco. Ésas a quienes les tarda mucho en llegar el correo y quienes al asomarse por las ventanas de sus casas, solo ven el silencio, equilibrio natural y ni un atisbo del rumor de las ciudades.
Descubre hoy con nosotros cuál es la población más aislada del mundo.
Una isla lejana con 271 habitantes
¿Su nombre? Tristán de Acuña. Estamos en el Atlántico Sur y forma parte de un pequeño archipiélago británico junto a dos pequeñas islas deshabitadas más, con nombres tan llamativos como «Inaccesible» y «Nightingale». Este rincón tan peculiar del océano, se alza como la máxima distancia mundial de cualquier otra población. Una isla «casi perdida» entre el océano Atlántico y casi en el centro entre África y América.
La isla de Tristán de Acuña no es muy grande, pero es realmente bella: verdes parajes y con un llamativo volcán en su centro, cubierto de nieve por completo en la estación invernal. Es un lugar idílico, la típica imagen que un niño dibujaría si se le pidiera que imaginara una isla perdida en medio del océano. Es reserva natural y Patrimonio de la Humanidad, un lugar que bien merece visitarse si no fuera tan inaccesible.
Si ahondamos en su pasado descubriremos que se trata de un rincón del mundo no exento de cierto interés histórico: la isla fue descubierta en 1506 por el marino portugués Tristão da Cunha. Quién a pesar de darle nombre nunca llegó a conocerla en persona. De hecho, no puso ni un pie en esta tierra. Le pareció demasiado abrupta, con demasiados acantilados como para explorarla. Quizá por ello no fue hasta 400 años después, cuando los británicos empezaron a ocuparla poco a poco, como humildes asentamientos temporales en épocas de caza de focas y ballenas.
También Estados Unidos la usó con el mismo fin, aunque llegado el siglo XX y a mediados de los años 50, los asentamientos temporales se volvieron fijos cuando se desarrolló la industria de la langosta y otros tipos de pesca bastante rentables. Era el momento de poblarla y de echar raíces.
Puede que ahora te estés preguntando por las modernidades que dispone a día de hoy Tristán de Acuña. Bien, te diremos en primer lugar que no, no hay aeropuerto, el único contacto con el exterior llega, de hecho, una vez al año. ¿Cómo? Por mar y gracias al barco RMS Saint Elena que llega siempre cargado de medicinas, libros, revistas, correo… y con alguna persona que quiera quedarse y se lleva al que quiera marcharse de la isla. Es un viaje de ida y vuelta que muchos suelen aprovechar.
¿Y qué hay del WiFi? Sí, Internet llegó a la isla en el 2001, aunque la televisión llegó unos años después gracias a un técnico inglés que se responsabilizó de que los habitantes de Tristán de Acuña, pudieran distraerse con algo más que con el bello paisaje y su amenazante volcán. Aunque como ya debes deducir, quien viva aquí se debe únicamente a una clara elección personal muy firme. De hecho, y como curiosidad, te diremos que en 1961 la actividad volcánica hizo que todos los habitantes tuvieran que ser evacuados a Londres. ¿Imaginas la expectación?
El contraste de escenario debió ser sobrecogedor y asombroso. Pero, ¿piensas que alguien de ellos eligió quedarse en la capital británica en lugar de volver? En absoluto, todos regresaron. Ahora bien, existe un inquietante problema con la población de Tristán de Acuña: la endogamia. Son 271 habitantes que forman 8 familias, ocho apellidos básicos. Un lugar al que los científicos suelen acercarse para estudiar muy de vez en cuando por su claro interés genético.
Si deseas saber algo más de esta isla, podrás encontrar por ejemplo su referencia en uno de los cuentos de Edgar Allan Poe: «Las aventuras de Arthur Gordon Pym». Mientras, te dejamos con otro interesante artículo: La tribu con los pies de avestruz»