Muchos de los grandes descubrimientos de la humanidad han sido fruto del estudio, de la experimentación o de la observación. Pero otros muchos han tenido un origen mucho más sencillo: la simple causalidad. El azar, y por supuesto la perspicacia de aquellos que dieron con esos descubrimientos por casualidad, ha hecho que podamos disfrutar de avances hoy imprescindibles. ¿Quieres conocer algunos?
5 descubrimientos fortuitos sin los que hoy no podríamos vivir
La lista de descubrimientos e invenciones en los que la causalidad ha sido fundamental es larga, algunos han sido anecdóticos, pero otros resultaron ser revolucionarios. Compruébalo por ti mismo.
1. Penicilina
Su descubrimiento supuso un paso de gigante en lo que a la salud se refiere ¿Pero sabías que se debió a un despiste? Sí, Alexander Fleming era un investigador un tanto “descuidado”. En una de las ocasiones que se marchó de vacaciones olvidó unas placas con cultivos de bacterias. Al regresar se dio cuenta de que estaban llenas de moho.
Lejos de deshacerse de las placas contaminadas, las observó al microscopio, percatándose entonces de que justo donde había moho las bacterias habían desaparecido. Un despiste y una causalidad que ha salvado la vida de millones de personas.
2. Viagra
Seguimos en el ámbito médico con otro revolucionario descubrimiento en el que el azar tuvo un papel esencial. En este caso se investigaba un nuevo fármaco para tratar la angina de pecho y la hipertensión. Al probar el nuevo medicamento se comprobó que tenía algunos “efectos secundarios”, entre ellos uno inesperado hoy en día de sobra conocido.
Así, lo que iba a ser un fármaco para problemas coronarios se convirtió en la salvación de muchos hombres con problemas de disfunción eréctil.
3. Rayos X
Otro gran descubrimiento accidental. En 1895 Wilhelm Röntgen realizaba experimentos con tubos de rayos catódicos cuando le llamó la atención un ligero resplandor sobre un cartón que tenía una solución química. Al intentar hacer una fotografía se percató de que la placa se había velado. Eso desató su curiosidad y siguió investigando, comprobando que esos rayos eran capaces de atravesar la materia e impresionarse en una emulsión fotográfica.
¿Qué pasaría con el cuerpo humano? Röntgen utilizó de cobaya a su propia esposa. La de su mano es la primera radiografía de la historia. Por cierto, ¿sabes por qué se llaman rayos X? Porque realmente el científico no sabía determinar su origen.
4. Acero inoxidable
Conseguir una aleación resistente a la corrosión y a la oxidación fue el desvelo de infinidad de estudiosos e investigadores. Pero fue Harry Brearley quien lo descubrió. Este científico buscaba aleaciones de acero para cañones de pistola, probó y probó con diferentes mezclas sin resultado.
Las muestras las iba arrinconando, pero la casualidad hizo que un día, paseando entre todo eso que había desechado, se diera cuenta que de precisamente una de esas muestras no se había oxidado con el tiempo.
5. Caucho vulcanizado
Con infinidad de usos, es otro de esos inventos en los que el azar fue el gran protagonista, en colaboración con Charles Goodyear. Durante años intentó encontrar la solución para conseguir dar mayor resistencia al caucho. Experimentos que no dieron resultado y, lo que es peor, acabaron arruinándole.
Pero una noche de 1839 encontró lo que buscaba por puro descuido ¿Cómo? Al volcar sin querer un recipiente con caucho natural y azufre sobre una estufa comprobó cómo se solidificaba, justo lo que llevaba tanto tiempo buscando sin éxito.
El grafeno, el teflón, el velcro o incluso el marcapasos son algunos de esos otros descubrimientos e inventos que han marcado un antes y un después y en los que la casualidad ha tenido mucho que ver.
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