En Supercurioso nos hemos interesado previamente en el vasto mundo de lo judicial, por ejemplo, repasando las leyes más absurdas y en la terrible historia del nazismo, como cuando investigamos sobre Josef Mengele. En esta ocasión queremos mezclar ambos y presentarte al Abogado del Terror. ¿Quieres saber quién fue?
El hombre que estaba dispuesto a defender a Hitler
Con la condicionante de que se declarasen culpables, este abogado Francés estaba dispuesto a defender incluso a Hitler, pues tenía la firme convicción de que cualquier ser humano podía ser defendible ante un tribunal. Con una habilidad de oratoria exquisita fue el defensor de criminales nazis, terroristas palestinos y dictadores africanos, lo cual le valió una carrera repleta de polémica.
Jacques Vergès, mejor conocido como “El abogado del terror”, debido al documental del cineasta galo Barbet, fue uno de los más controvertidos y temidos juristas de Francia, pues estuvo siempre ligado a la defensa de personajes como: el criminal de nazi Klaus Barbie; el camboyano Khiev Scampha, quien era tenido como la cabeza del régimen del terror impuesto por el Jemer Rojo; y del terrorista venezolano “Carlos el chacal”.
A este controvertido jurista, apodado por sus opositores como «el chino», se le conoce también como el creador de la llamada «estrategia de ruptura», en la que en lugar de intentar minimizar los hechos y obtener la indulgencia de los jueces, cuestionaba el sistema judicial y negaba la legitimidad del tribunal.
El caso que causó revuelo
Además de los que ya te hemos mencionado, en su lista de defendidos figuran también, según los medios franceses: integrantes de la extrema izquierda europea, el ex presidente serbio y yugoslavo Slobodan Milósevic y los terroristas libaneses Georges Ibrahim Abdallah y Anis Naccache; fue, incluso, asesor de Sadam Hussein.
Siendo el más relevante de sus casos la defensa en 1987 de Klaus Barbie, el jefe de la Gestapo en la Francia ocupada por los nazis, conocido como “El carnicero de Lyon”. Juicio en el cual Vergès deslegitimó, una vez más, al sistema judicial de Francia, al que acusaba de arrastrar una historia de crímenes de guerra.
«¿Qué nos da derecho a juzgar a Barbie cuando nosotros, en conjunto, como sociedad o como nación, somos culpables de crímenes similares?», preguntó Vergès durante el proceso en el que Barbie acabó condenado a cadena perpetua y falleció en la cárcel enfermo de leucemia.
Encuentra el amor en la sala de torturas
Autodefinido como: “Un brillante bastardo y agitador anticolonialista”, Vergès no sólo fue miembro del partido comunista, sino también defensor del tercer mundo y de la descolonización. Era tal la entrega a sus convicciones, que conoció el amor tras salir de una sala de tortura en 1957; durante la de defensa encomendada por el Frente de la liberación Nacional Argelino (FLN) con apenas 18 meses de experiencia; caso en el que se condenaba a la emblemática Djamila Bouhired a muerte, después indultada (sin solicitarlo); con quien Vergès se casó en 1960 y tuvo dos hijos.
Su trayectoria casi novelesca, finaliza en París el 15 de agosto de 2013, luego de fallecer por insuficiencia cardíaca en la misma sala en donde murió en 1778 el filósofo Voltaire, en el Quai Voltaire, para ser exactos; llevándose a la tumba el secreto de aquellos 8 años de ausencia entre 1970 y 1978, en los cuales se sospechaba había participado con los jemers rojos, en Pekín, el Líbano o Moscú; pues varias de sus contestaciones respecto a este asunto fueron tales como: “Pasé al otro lado del espejo. Es mi parte de sombra” o “Estuve muy al este de Francia”, alimentaban dichos rumores.
“Un abogado no es un mercenario, es un caballero. Y Jacques Vergès era un caballero” (Ex presidente del Consejo Nacional de la Abogacía, Christian Charriére-Bournazel).