Una variedad de reportes científicos constatan que ciertos alimentos, al ser consumidos en exceso, son especialmente perjudiciales para nuestro organismo. De estos análisis se han elaborado listas con un número considerable de comidas “no recomendadas”, que incluyen principalmente nuestros manjares favoritos, para desdicha nuestra.
Pero hoy traemos noticias realmente buenas para quienes están de acuerdo con que comer es uno de los más grandes placeres de la vida. Todavía mejor, este anuncio hará muy felices a los amantes del helado, debido a que unos investigadores japoneses probaron que este postre, además de exquisito, te hace ser más inteligente según los resultados del siguiente estudio.
El INESPERADO alimento que desayunar para ser más inteligente
Sí, aunque difícil de creer, una investigación científica reciente, encabezada por Yoshihiko Koga, profesor de la Universidad Kyorin de Tokio, Japón, nos alienta a consumir helado -con moderación- por propósitos que van más allá de satisfacer al paladar. Pues, los expertos descubrieron que para ser más inteligente, comer una porción de este postre en el desayuno es tan eficiente como lo es el cacao para la concentración.
¿Cómo llegaron a esta conclusión? Los especialistas reunieron a un grupo de personas a las que les proporcionaron tres cucharadas de helado a primeras horas de la mañana. Luego de recibir tan delicioso estímulo, debían resolver algunos ejercicios de habilidad mental en un computador para explorar de qué manera pudiera influir la ingesta de este dulce en la destreza de los involucrados al momento de responder a la prueba. Por supuesto, para contrastar los resultados también observaron a otro grupo que no recibió ni una pizca del postre.
Al profesor Koga le sorprendió que el primer grupo, aquel que consumió las tres cucharadas de helado, ejecutara la prueba con mayor rapidez y que demostrara mejor captación de la información, con respecto al otro grupo.
Todas estas observaciones concordaban con los registros de las ondas cerebrales de los participantes, los cuales arrojaban un incremento en las ondas alfas, asociadas a estados de relajación, concentración y coordinación mental.
¿Pero qué provocó el estado de alerta mental en estas personas? ¿Se trató de un efecto asociado a la temperatura del helado? El profesor Koga, contemplando probabilidades, ordenó que los objetos de estudio probaran agua fría en lugar de tres cucharas de helado. Y aunque sí notaron cierto aumento en el estado de alerta, no fue tan relevante como los resultados que recibieron a partir del primer elemento.
Koga, quien es experto en psicofisiología, una rama de la psicología que se ocupa de la interacción entre el cuerpo y la mente, se plantea otra teoría en la que analiza si la razón de que el helado nos vuelva un poco más despiertos y enfocados recae totalmente en su composición o en otros factores que guardan relación a este dulce. Como pudiera ser la influencia que ejerce en nosotros comer algo fuera de lo común en este ciclo del día, el nivel de satisfacción que proporciona y cómo esto se traduce en el funcionamiento de nuestras habilidades cognitivas.
Cualesquiera sean las posibilidades, las evidencias de que estas personas mejoraron su desempeño cerebral con la ingesta moderada de helado, en el desayuno, es un resultado que a nosotros nos llama poderosamente la atención ¿y a ti qué te parece? ¿Te animarías a intentarlo?
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