Hay tres enfermedades que podrían considerarse como emblemáticas del siglo XX y contra las que los humanos siguen luchando: el cáncer, el sida y el Alzheimer. Las dos últimas tienen en común el haber dominado la atención mundial de las décadas postreras del pasado siglo, quizás por tocar dos aspectos sumamente sensibles de nuestras vidas, como son la sexualidad y la salud mental. Ahora podría haber otro aspecto en común entre estas dos patologías, y es que el Alzheimer también podría ser transmisible.

El Alzheimer, ¿puede ser transmisible?

Existe una enfermedad neurológica conocida como la Enfermedad de Creutzfeldt-Jacob (ECJ), que afecta a un promedio de una persona por cada millón de habitantes. Es una enfermedad hereditaria, degenerativa y que conduce inevitablemente a la muerte, y que estamos mencionando porque justamente fue a través de ella que se empezó a vislumbrar la posibilidad de que otro mal neurológico, más común y extendido, el Alzheimer, pudiera transmitirse de varias maneras.

En 2015, en 6 de 8 autopsias realizadas a cerebros de pacientes muertos por ECJ, se detectó la presencia de una proteína asociada a la enfermedad de Alzheimer. El estudio fue realizado por la University College de Londres (Inglaterra) y determinó que esta proteína (la proteína beta amiloide) llegó a los pacientes a través de un tratamiento con hormonas de crecimiento extraídas de glándulas pituitarias de cadáveres humanos.

alzheimer2Aunque los pacientes no murieron de Alzheimer sino de ECJ, ésta sería la primera evidencia concreta de que la enfermedad puede transmitirse entre humanos. Sin embargo, el neuropatólogo Alberto Rábano, de la Fundación CIEN (Centro de Investigación de Enfermedades Neurológicas) y del Centro Alzheimer de la Fundación Reina Sofía ha intentado matizar este descubrimiento:

“Si bien es cierto que se trata de una primera evidencia, no se habla de alzheimer. De hecho, no hay presencia de la otra proteína implicada en el alzheimer: la proteína tau”.

Rábano además cree que de no haber muerto estos pacientes igualmente hubieran desarrollado la enfermedad de Alzheimer, incluso sin haber recibido trasplantes contaminados.

Varios años atrás la revista científica Nature publicó un estudio en el que se demostraba que los síntomas del Alzheimer podían transmitirse entre animales. Este estudio podría ser una primera evidencia en torno a que la enfermedad podría pasar de un humano a través de instrumentos quirúrgicos.

Unos meses después, en enero de 2016, la revista Swiss Medical Weekly publicó los resultados de una segunda investigación en la que también se realizaron autopsias a pacientes muertos por la enfermedad de Creutzfeldt-Jacob que habían recibido el mismo tratamiento con hormonas de crecimiento extraídas de cadáveres, y que también mostraron la presencia de la proteína beta amiloide. Pero este nuevo estudio reveló que 5 de los cerebros mostraban señales evidentes de deterioro por Alzheimer, lo que contrastaba con los resultados de otros 21 cerebros analizados de pacientes muertos por ECJ que no recibieron hormonas, y que tampoco mostraban señales de Alzheimer.

alzheimer1Estos estudios constituyen un aporte en la búsqueda de explicación de por qué el Alzheimer se ha vuelto más frecuente en nuestro mundo, más allá del hecho de que también ahora seamos más humanos los que sobrepasamos la barrera de los sesenta años.

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