El mundo de las artes está plagado de misterios y de enigmas en los que nunca podremos profundizar por completo. Basta traer a colación las mentes inquietas de Edgar Allan Poe, Ernest Hemingway, Pablo Picasso o Salvador Dalí, para recordar que todas las expresiones artísticas geniales parecen requerir de una dosis de locura. Hoy en Supercurioso queremos presentarte la historia del pintor El Bosco, dueño de una de las mentes más inquietantes y los pinceles más estremecedores de la historia del arte. Las obras de El Bosco han sobrevivido a los siglos, y aún hoy siguen generando asombro entre aquellos que tienen la suerte de contemplarlas. Acompáñanos a conocer un poco más sobre la vida de este genio peculiar.
¿Cuál es la historia del pintor El Bosco?
El pintor flamenco conocido como El Bosco y autor de cuadros tan conocidos como El jardín de las delicias, se alza como uno de los artistas más peculiares y extraños de la historia. Fue capaz de imaginar mundos fantásticos llenos de simbolismos, en los que el erotismo, el pecado y la moral protagonizaban. Las obras de El Bosco son tan maravillosas como extravagantes, y aún hoy no dejan de inquietar a curiosos y entendidos que ven en su legado, todo un desafío a los sentidos y al entendimiento. Un exponente único de los siglos XV y XVI que nos encanta traer a nuestro espacio.
El pintor El Bosco se popularizó en el mundo entero con este seudónimo, pero su nombre real era Jheronimus van Aken, y después fue conocido como Jerónimo Bosch. Nació en Holanda, en el año 1450. Sus biógrafos señalan que venía de una familia de pintores. Su padre y abuelo parecían dominar el arte de los pinceles, y serían sus primeros maestros. Del resto, poco se sabe sobre sus primeros años. Lo que realmente lo llevaría a la fama sería el hecho de convertirse en el pintor preferido de Felipe II, el Hermoso. Sería este monarca quien compraría muchas de las obras de El Bosco, y quien encargaría una de las más famosas: el Juicio Final, en el año de 1504.
Y aunque la vida del pintor El Bosco esté llena de episodios desconocidos, sobre los cuales no quedaron registros, su obra tienen la potencia para hablar por él. A pesar de ser considerado un maestro de la pintura flamenca, bien supo diferenciarse de todos sus contemporáneos. El análisis de sus obras habla de que el artista probablemente hacía un proyecto detallado antes de la ejecución en el lienzo. Tonalidades contrastadas y atrevidas, personajes santos combinados con otros mucho más comunes. La caricaturización de los personajes se combina con la presentación de ideas grotescas, sarcásticas y plenas de una imaginación onírica alucinante. Entre la influencia de las creencias en la alquimia y la brujería, y los rumores apocalípticos de año 1500, el pintor El Bosco desnuda sus más profundas ideas sobre la moral, de una manera descarnada y abrumadora.
La esencia de su obra
Cuando alguien se detiene un instante ante un cuadro del pintor El Bosco, no alcanza a comprender cómo unas ideas tan arriesgadas aparecían ya con tanta fuerza en un artista del siglo XV. En ocasiones vemos incluso trazos que nos recuerdan mucho a esa locura y genialidad pictórica del mismísimo Dalí. Una modernidad que cautivó a media Europa. Sus cuadros eran monstruosos y oníricos a la vez, donde aparecen hombres con cuerpos de animales, con torsos mitad humanos mitad pez, escenas con alto contenido sexual y las representaciones más inverosímiles.
Las obras de El Bosco nos muestran a un artista auténticamente heterodoxo. No solo gustaba de representar la moral de las personas y las clases sociales, sumiéndolas en el ridículo, sino que también apostaba a la simbología para dejar ciertos mensajes ocultos en sus obras. Estas creencias heterodoxas lo hacían ver y representar el catolicismo de su época desde una perspectiva un tanto desafiante y oscura, muy oscura. Pero pocos parecían ver estos indicios, y menos el propio Felipe II.
Un ejemplo de ello podemos verlo por ejemplo en la obra La Ascensión de los heridos al Paraíso celestial. En ella, vemos una escena bastante estremecedora que a todos nos es conocida por múltiples películas, e incluso declaraciones de personas que dicen haber sufrido este tipo de experiencias. La de haber estado al borde de la muerte y ver ante ellos, la imagen de un túnel resplandeciente.
Pues bien, esta imagen aparece en el cuadro nombrado. Para el pintor El Bosco, la muerte no parecía ser un encuentro con Dios en el paraíso. Para él tenía una imagen un poco más espiritual y original. Solo un túnel donde se dirigen las almas. Algo que sin lugar a dudas hubiera enfurecido bastante a Felipe II, fiel coleccionista de su obra. Un monarca férreamente católico que celebró con alegría aquel día en que fueron asesinados en Francia decenas de miles de protestantes. Felipe II, era sin saberlo, un admirador devoto de la obra de un auténtico hereje.
Las obras de El Bosco más conocidas
El Jardín de las delicias
Los detalles de El Jardín de las delicias nos presentan una obra verdaderamente impactante y de las más conocidas del autor. En este cuadro hecho a modo de tríptico se nos muestra el tercer día de la creación del mundo. Ya en la izquierda y en la parte de arriba podemos ver a Dios junto a la frase: Ipse dixit et facta sunt. Ipse mandavit et creata sunt, qué viene a decir algo como «Él lo mandó, y todo fue creado»
¿Y qué es lo que configuró Dios desde los cielos según el pintor El Bosco? Pues un universo bien caótico. Empecemos desde la izquierda, ahí donde podemos ver un peculiar Jardín del Edén en el cuál aún pervive la lujuria tras las figuras de Adán y Eva. También el mal sigue presente pero oculto en este Paraíso, a través de singulares y desagradables bichejos, alimañas que representan al pecado, y de lechuzas, que simbolizan también el mal.
En el panel central de esta genial propuesta entre las obras de El Bosco, vemos el falso paraíso en la Tierra. Ahí donde la especie humana se ha dejado caer en las «delicias» del pecado y también la lujuria. Aparecen diversas escenas sexuales de varias formas y en imaginativas posturas, dibujándose también representaciones homosexuales. Todo está envuelto en una compleja y fascinante simbología: animales, frutas, criaturas extrañas, burbujas, conchas, frutos y alimentos podridos… el placer de la carne que se corrompe, el vicio humano en esencia. Estanques con símbolos, fuentes de la eterna juventud, circos, acróbatas, bestias, toros, osos, unicornios… todo ello representa la corrupción humana para El Bosco.
El panel derecho representa el infierno, ahí donde los pecados son castigados. Vemos por ejemplo un cuchillo en el aparece la letra m, en referencia a antiguas profecías medievales que decían que el nombre del anticristo, tendría nada más y nada menos que esta inicial. Vemos también extrañísimas criaturas oníricas, monstruos devorando personas y defecándolas a una especie de letrina… escenas que nos ponen el pelo de punta y que nos revuelven el estómago, sin dejar de admitir en ningún momento, la fuerza expresiva de este autor del siglo XV y XVI.
La extracción de la piedra de la locura
Y otra de las grandes obras del pintor El Bosco, con la que genera el impacto de todo el que la aprecia, es La extracción de la piedra de la locura. En esta pintura el artista deja en claro su posición anticlerical, absolutamente disruptiva para la época. Lo que se muestra es una especie de operación quirúrgica, que era un acto que realmente se realizaba durante la Edad Media. El fin era extraer una piedra, que se creía que las personas que se habían vuelto locas tenían en su cabeza. Un curandero o falso doctor dirige la atroz operación, en la que un fraile y una monja funcionan como testigos mudos, siendo la representación de la ignorancia y la superstición religiosa.
Sin duda que las obras de El Bosco tienen un universo propio, que curiosos, críticos, investigadores y fanáticos han podido observar a la distancia, tal como se ve al infinito abismo desde el precipicio, sin poder dar un paso más. Y tu, ¿Conocías la fantástica obra de este genio pintor? Si te ha gustado este artículo y te interesa el mundo de las artes visuales, no te pierdas nuestra selección de las 5 pinturas más hermosas del mundo.