Julio de 1948. Las heridas de la II Guerra Mundial todavía están muy abiertas en Europa, en especial en países como Italia. La tensión en el país era máxima, y por si fuera poco el líder del comunismo italiano Palmiro Togliatti sufría un atentado. Un disparo en el cuello dejaba a Togliatti en el hospital debatiéndose entre la vida y la muerte, y con Italia al borde de la guerra civil. En las antípodas del comunista Togliatti estaba Alcide de Gasperi, de la conservadora Acción Católica, que recurrió para evitar la guerra… al ciclista Gino Bartali.
Porque julio es el mes por excelencia del Tour de Francia, y Gino Bartali, un ídolo en la Italia de la postguerra, recorría las carreteras francesas, aunque con un papel secundario. Bartali y de Gasperi eran viejos amigos, y el político le contó al ciclista que el país estaba al borde del caos y que una victoria suya en el Tour sería de gran ayuda. Bartali perdía 20 minutos con el líder, Louison Bobet, a las puertas de una etapa alpina que unía Cannes y Briançon pasando el Izoard, más duro si cabe por culpa de una nevada.
Paralelamente a la etapa, exhibición incluída de Bartali, se celebraba una reunión en la Cámara de los Diputados italianos. En un momento de caos, alguien gritó anunciando la victoria del ciclista italiano en Briançon. Pero su gesta no acabó ahí, porque Bartali ganó las otras dos etapas alpinas del Tour de 1948, primero en Aix-les-Bains y luego en Lausana. Tres victorias seguidas que dejaron al italiano con la victoria prácticamente asegurada y ayudó a rebajar la tesión en el país.
Años después, el histórico político italiano Giulio Andreotti aseguró que las victoria de Bartali en Francia “contribuyeron a aliviar las tensiones” en el país, aunque matizaba que era excesivo asegurar que la guerra se evitó gracias a la gesta del ciclista. Finalmente, Togliatti sobrevivió al atentado y se dice que una de las primeras cosas que hizo tras despertarse de la operación en el cráneo fue preguntar por los resultados de Bartali.
Salvó a cientos de judíos
Bartali es el único ciclista capaz de ganar dos Tour de Francia con 10 años de diferencia (1938 y 1948), aunque quizá podría haber ganado más de no haber coincidido en su carrera con Fausto Coppi, otro mito del ciclismo italiano, y con la II Guerra Mundial. La Guerra paró su carrera, pero Bartali también salvó la vida a más de 800 judíos, una historia de la que no se supo nada hasta 2003, tres años después de su muerte.
Entre 1943 y 1944 mientras entrenaba por las carreteras de la Toscana colaboraba junto a un contable judío de Pisa y una red de sacerdotes y religiosas transportando en el cuadro de su bici fotos y documentos que permitieron fabricar carnets de identidad. Los dejaba en un convento donde se falsificaban en una imprenta clandestina, y los 800 judíos evitaron su deportación a los campos de concentración. Su hijo Andrea asegura que Bartali nunca les había contado esta historia, y añade una frase del ciclista: “en la vida hay cosas que se hacen y basta”.
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Imagen: Ottavio Calzone, Fondazione ISEC