Es una polilla. Una fantástica polilla que te va a dejar con la boca abierta. Ya conoces las habilidades de muchas especies por mimetizarse con aquello que les rodea. Insectos y pequeños animales capaces de cambiar por ejemplo el color de su piel, para así, despistar efectivamente a los depredadores.
Pero ¿y si te dijésemos que existe una polilla que dispone en su cuerpo de una escena perfecta para pasar inadvertida? Increíble ¿no es así? Hoy en Supercurioso, te invitamos a descubrir a la Macrocilix maia.
La Macrocilix maia, una artista del camuflaje
Imagina que nuestra polilla, se sitúa en el tronco de un árbol. A su lado, hay una mosca cualquiera. Un insecto que descansa junto a ella en esa cálida mañana de verano. Si nuestra polilla es una Macrocilix maia, se pondrá a su lado con total tranquilidad para disfrutar de ese día. No tendrá miedo alguno de los depredadores. Normalmente, son los pájaros los enemigos más temibles de estas apreciables polillas que siempre les ofrecen un buen bocado.
Pero la verdad, es que el pájaro no le prestará demasiada atención. Puesto que cuando mire esa parte del árbol, no verá una mosca, tampoco una polilla. Lo que verá en realidad son 3 moscas. ¿Cómo puede ser? Básicamente porque la naturaleza, ha dibujado en este singular insecto un lienzo perfecto para su supervivencia. En cada una de sus alas lleva impresa una mosca.
¿Una mosca? Puede que para muchos no sea más que un borrón de curiosos colores que perfilan una forma imprecisa, pero si te das cuenta y observas bien, es una mosca perfecta. Visto desde arriba, la ilusión óptica es perfecta. Asombrosa. Pero aún hay más. Vuelve a mirar las alas de nuestra amiga Macrocilix maia. Si te das cuenta las dos «falsas moscas» están orientadas hacia el centro del cuerpo del animal. Ahí donde se encuentra una especie de mancha «amarronada».
¿Sabes de qué se trata? El lienzo que la naturaleza ha inventado para nuestra polilla, escenifica a dos moscas alimentándose de algún excremento de ave. Para garantizar aún más su supervivencia este animal suele además frecuentar también las zonas donde otros animales dejan sus deposiciones. Incluso disponen de un interesante mecanismo de defensa: cuando el depredador se acerca hasta ella, expulsa un desagradable olor a acre que espanta demasiado a aquellos que deseen devorarla.
Sencillamente maravillosa. Para verla en persona deberíamos ir a países como Japón, India, Taiwan, Borneo o China. Aunque lo más probable es que no pudiéramos distinguirla. Entre el mal olor y su asombrosa eficacia para camuflarse, seguramente no notaríamos ni que está a nuestros pies.
Animales increíbles que la naturaleza, siempre artesana y poderosa, regala a este planeta tan increíble que vamos descubriendo cada día.
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