Nos encantaría poder mostrarte una fotografía de su rostro, y que su cara hablara por sí misma ante todo el sufrimiento vivido, y la sensación que a día de hoy, debe albergar su corazón. No obstante, el hombre al que se le considera la persona más solitaria del mundo, es muy esquivo y nadie puede comunicarse con él porque desconocemos qué lengua habla.

Estamos en la selva amazónica, en concreto en el estado de Rondónia y en una región de Tanarú, ahí donde el tiempo y la modernidad ha querido pasar con el salvajismo propio de quien se cree dueño y señor para cambiar todo un ecosistema, toda una forma de vida, y robar cada uno de los derechos de los indios de la maravillosa selva amazónica.

Hablemos hoy de una historia que sin lugar a dudas, nos debe invitar a la reflexión.

El hombre del hoyo, el último de su pueblo

Según nos explican desde la Fundación Nacional del Indio (FUNAI) a día de hoy son muchas las tribus que siguen habitando la selva amazónica con su relativo hermetismo. Continúan con su estilo de vida pero en territorios muy escasos, condenados poco a poco a ir desapareciendo.

Esto es lo que le debió ocurrir al «hombre del hoyo». Una persona ya de edad avanzada tan esquiva como misteriosa. Se le ha visto en numerosas ocasiones, y casi siempre, escondido en un agujero que él mismo cava en el suelo. De ahí su nombre, de ahí que sea para todos «el hombre del hoyo». ¿Y por qué lo hace? Te preguntarás, ¿por qué excava la tierra y se introduce en ella? Lo hace para cazar, y para esconderse, para sentirse a salvo.

14219484078_2cfde68f7f_b (Copy)

Todo esfuerzo por acercarse a él es muy complicado, y cuando se ha conseguido, nadie ha podido saber qué lengua habla. Desde FUNAI nos cuentan que lo más probable es que él sea el último de un grupo social ya extinto, que su tribu haya desaparecido, y que a día de hoy, siga sobreviviendo tal y como lo hacían los suyos.

Se sabe que almacena agua en calabazas, que utiliza un antorcha hecha con resina y que se alimenta de frutos secos, de yuca, de papaya y de maíz. Suele recolectar estos alimentos siempre de noche, y por el día se queda aislado en sus «hoyos» protegidos a menudo con ramas secas bien afiladas.

8024291312_fca5089537_o (Copy)

Una de las teorías más aceptadas sobre el «Hombre del Hoyo» es que su pueblo fue víctima de los ganaderos, esos mismos que no hace aún demasiados años, querían las tierras de los indígenas para su explotación. Se sabe por ejemplo que en el 2009 unos hombres intentaron matar a nuestro protagonista. Se encontraron cartuchos en las inmediaciones de su refugio, y los guardias encargados de proteger el equilibrio de estas zonas, vivieron en piel propia el claro descontento de los ganaderos, quienes una vez más no veían con buenos ojos que aquel pequeño indígena, tuviera para él solo unas 8.000 hectáreas.

¿Y cuál es la situación de nuestro desconocido del territorio de Tanaru a día de hoy? Desde Funai se ha decidido no volver a molestar al hombre del hoyo con más acercamientos o intentos por establecer contacto con él. Se le ha dado 3.000 hectáreas más para ampliar la zona de protección en el medio que le sirve de vida, y donde no hace mucho, habitaban los suyos.

8227355538_7b1602c2ed_k (Copy)

A día de hoy es territorio fantasma, tierra de recuerdos para el hombre más solitario del planeta que, seguramente, no acaba de entender el por qué de esa masacre, el por qué de esa animadversión hacia ellos... Algo que nos hace pensar y desear ante todo, que se siga respetando sus derechos y su forma de vida por encima de todo.

¿Estás de acuerdo?