El mundo de la hotelería es tan amplio como fascinante, y se adapta a todos los gustos y estilos viajeros. Hay enormes cadenas de cinco estrellas y con todos los servicios incluidos, en los que disfrutas de bares, piscinas, restaurantes y gimnasios. También hay pequeños hoteles boutique, en los que la atención está puesta en los detalles. Sin duda, también hay hoteles raros, temáticos o peculiares, de los que ya te hemos hablado en otras ocasiones. Pero hoy en Supercurioso queremos profundizar en este tema, para hablarte del hotel más pequeño del mundo, una auténtica curiosidad de la industria hotelera, que aunque ha estado a punto de cerrar sus puertas en varias oportunidades, aun se mantiene como una insignia del rubro. ¡Acompáñanos a conocerlo!
¿Cuál es el hotel más pequeño del mundo?
Para conocer el hotel más pequeño del mundo, es necesario emprender un viaje hasta las hermosas Islas Canarias, en España. El Hotelito de Puntagrande no solo está considerado como bien de interés culturaL, sino que también tiene en Record Guiness por ser el más pequeño de todo el planeta. Cuenta con 600 metros cuadrados y 9 metros de altura, en los que hay cabida únicamente para cuatro habitaciones dobles. Pero, aunque no tenga grandes piscinas o pisos llenos de habitaciones, te aseguramos que la experiencia vale la pena.
Los que se han alojado aquí comentan que es como estar navegando en medio del mar. Y es que las olas suelen salpicarlo de vez en cuando, pues es muy corta la distancia que lo separa del océano y mucho el trayecto que han de recorrer los turistas que deseen pasar la noche aquí. Acompáñanos a profundizar en su oferta e interesante historia.
La historia del hotelito de Punta Grande
La historia del hotel más pequeño del mundo inicia en los lejanos años de 1830, fecha en la cual se erige la construcción como una casa de pescadores, a la que se le llamó «Casa de las Puntas».
Fue la familia Hamilton quien compró esta propiedad, en el año 1887. Llegaron a la isla desde Nueva Guinea con la intención de hacer negocios y vieron la oportunidad desde el punto de vista turístico. Compraron entonces la antigua casa y la ampliaron, construyendo una nueva planta.
Ese primer piso fue destinado a almacenar provisiones como almendras, uvas, higos y aguardiente. Como curiosidad, te contamos que éste fue el primer aguardiente elaborado en todas las Islas Canarias. En el segundo piso se instaló una aduana, que fue también la primera de la isla. En el siglo XX, con la puesta en marcha del Puerto de la Estaca, la aduana quedó en desuso y el inmueble quedó abandonado por un tiempo.
Pero la historia del hotel más pequeño del mundo apenas empezaba. Francisco Padrón Villarreal conoció el lugar y quedó fascinado. Lo compró y reformó, destinándolo a ser su casa privada.
En la década de los 60, se convirtió en discoteca, la primera de El Hierro. Tiempo después, fue restaurante. Y en 1975 se le hizo la última gran reforma, convirtiéndose en un hotel, completamente integrado a la belleza del paisaje. Se reforzó la estructura para soportar tormentas y se modificó la decoración, agregando elementos del entorno como piedras de lava y leños, que suman al encanto de su imagen.
El remoto hotel de la Isla del Hierro
Llegar hasta el hotel más pequeño del mundo es toda una aventura. Se sitúa en el rincón más lejano de la isla de el Hierro, un escenario volcánico bordeando el océano Atlántico, ahí donde se alza un embarcadero rocoso y escarpado. Se trata de una zona donde suelen merodear muy a menudo un tipo de lagartos autóctonos y especialmente grandes, una especie tan antigua como peculiar.
El contexto, como puedes percibir no tiene desperdicio. El edificio era antiguamente una casa de pescadores y luego un despacho de aduanas que acabó en desuso por la decadencia del comercio marítimo con América. Una construcción que una mujer decidió renovar para ofrecerle una nueva finalidad. ¿Por qué no? Era un escenario idóneo para crear un alojamiento, el hotel más pequeño del mundo.
Algo curioso que también debes tener en cuenta en caso de desear visitar este rincón de la isla del Hierro, es que la decoración del hotel es totalmente ecológica. Se han utilizado materiales reciclados de buques o barcos naufragados. Además, en las paredes podrás encontrar ojos de buey, brújulas, cartas marinas, hasta un traje de buzo con escafandra incluida. ¿Te va tentando la idea?
La verdad es que son muy pocos los que se aventuran a llegar hasta aquí y pasar una noche en el hotel más pequeño del mundo, acompañados por el Atlántico gris ronroneando eternamente ante las ventanas. Solo el mar y uno mismo. Se trata de una aventura solo para audaces, que bien vale la pena vivir, al menos una vez.
Las habitaciones son muy sencillas, tanto que uno puede llegar a pensar que se encuentra en un camarote de un barco. Techos de madera, instrumentos marinos, nada de televisor, teléfono y sin cobertura para Internet… Y lo más interesante: dispone de una terraza desde donde poder lanzar la caña de pescar. ¿Qué más puedes necesitar en el hotel más pequeño del mundo? Tú… ¿Te animarías a conocerlo? Déjanos tus opiniones en un comentario. ¡Estaremos encantados de leerte!