Estados Unidos cuenta con una variedad de casos escalofriantes que prueban la naturaleza irracional del ser humano y cada uno de ellos refleja en cierto modo el conflicto que se encuentra latente en esta sociedad incluso en la actual. Con esto no podemos decir que sea una constante, pero sin duda la violencia y la agresión están instauradas en el inconsciente colectivo. Conoce el caso de la adolescente Sylvia Likens y el sufrimiento que tuvo que enfrentar.

El peor error de los Likens

Lebanon, Indiana, 1965, la familia Likens se encuentra atravesando por una difícil situación económica, Lester y Betty, padres de las jóvenes Sylvia de 16 años y Jennifer de 15, toman una decisión que cambiaría las vidas de los cuatro para siempre. Con el fin de recaudar más dinero, deciden integrarse a una compañía circense e ir de gira con ésta. El problema aparece cuando tienen que decidir con quien podrían dejar a sus hijas.

dinero

La familia era muy devota, cada domingo iban a la Iglesia Evangélica de Indianápolis. En ésta conocen a  Gertrude Baniszewski, madre soltera, y a sus siete hijos Paula, Stephanie, John, Marie, Shirley, James y Dennis. Tras pocos momentos de convivencia, las chicas Likens entablan amistad con dos de las hijas menores de Baniszewski, por lo que los padres de Sylvia y Jennifer comienzan a confiar en éstas y en toda su familia. El tiempo se agotaba y los Likens debían buscar a alguien para que cuidara a sus hijas, fue entonces cuando Gertrude aprovechó la tensión para hacer una oferta que ellos no pudieron rechazar. El trato constaba en que ella daría refugio y alimento a las chicas, siempre y cuando un cheque por 20 dólares llegara a su casa cada semana. La propuesta había caído del cielo, las niñas se sentían arropadas por esa familia y sus padres aliviados, de este modo partieron dejando a sus hijas con una mujer que habían conocido apenas hacía unos días.

El sufrimiento de Sylvia Likens comienza prematuramente

Con sólo 7 días bajo la tutela de Gertrude, los conflictos con las niñas Likens comenzaron debido a que el pago esperado se atrasó un día. La señora Baniszewski, frustrada e irracional, decide castigar a las adolescentes en el sótano de su casa. Llena de ira Gertrude exige a las niñas que se desnuden para golpearlas con un tablón de madera. Sylvia al intentar defender a su hermana que sufría de poliomielitis, pidió a Gertrude que impusiera el cruel castigo sólo a ella. La mujer accedió.

A partir de este momento, el miedo de las niñas era día a día más fuerte, temiendo por sus vidas y sin poder huir a ningún lado. Los padres, quienes visitaban esporádicamente a sus hijas, no tenían idea de lo que estaba pasando, pues Gertrude había amenazado a las niñas afirmando que si llegaban a comentar lo que sucedía a sus padres, ella las asesinaría en cuanto tuviera la oportunidad.

habitación tortura

La amistad de las Likens con las hijas de Gertrude se vio comprometida de igual manera y sobre todo con Paula, la mayor, por conflictos aparentemente causados por un chico. A partir de esta desunión, Paula decide contar a su madre que Sylvia era una prostituta y que se acostaba con cualquier hombre que se atravesara en su camino. Las represalias se volvieron diarias haciendo que Sylvia permaneciera en el sótano recibiendo constantes maltratos.

En una escalofriante descarga de ira, Gertrude introdujo una botella de refresco de vidrio en la vagina de Sylvia, lo hizo con tal fuerza que ésta terminó por romperse en el interior ocasionándole desgarres profundos.

Presión social

En la cúspide del mal estado de Sylvia, las vicisitudes seguían presentándose, cuando uno de los chicos de Gertrude, John, comenzó a invitar amigos del vecindario a observar los abusos y maltratos ejercidos sobre la chica, incluso algunos fueron partícipes en este juego mórbido de agresión. Los jóvenes apagaban cigarrillos en la piel de Likens y se dice que además la violaban.

dolor

Coy Hubbard, novio de Stephanie Baniszewski, se involucró en el ilícito al arrojar a la chica al sótano en un fallido intento de escape, ocasionándole una hemorragia cerebral. A su vez el joven Richard Hobbes, amigo de la familia, colaboró con la tortura bajo la instrucción de Gertrude grabando en el vientre de Sylvia: “Soy una prostituta y orgullosa de serlo

Sin atención médica, limpieza ni cuidados, Sylvia Likens estaba en condiciones críticas; su hermana Jennifer, quien había estado observando la persistente tortura, entró en un fuerte estado de shock pues sabía que su hermana podía morir y ella no tenía los medios para ayudarla. Vivía amenazada e intimidada por cada uno de los integrantes de aquella familia, había pasado días sin comer.

Calma y paz al fin

El 26 de Octubre de 1965, muere Sylvia Likens a causa de la acumulación de infecciones en múltiples heridas sin cuidar en su cuerpo, desnutrición y la hemorragia cerebral que se había desatado días atrás.

no huida

Gertrude Baniszewski llamó a la policía argumentando que la joven había caído por las escaleras hacia el sótano. Sin embargo al llegar al lugar del crimen el estado del cuerpo de Likens era tan deplorable e impactante que la atención mediática se incrementó con fuerza, las autoridades declararon que este había sido el peor caso de abuso y maltrato físico en la historia de Indiana. La joven Jennifer Likens al ser rescatada rápidamente afirmó: “Sáquenme de aquí y les diré todo” de este modo comenzó el juicio en contra de la familia Baniszewski.

La sentencia

Gertrude fue condenada a cadena perpetua, saliendo en 1985 bajo libertad condicional, murió de cáncer de pulmón a los 60 años. Ella negó hasta el momento de su muerte cada uno de los hechos de los que se le acusaba, afirmaba que vándalos y demás chicos del vecindario hirieron a la joven sin que ella pudiera impedirlo, pues estaba muy enferma y no podía moverse. Su hija Paula fue declarada culpable por homicidio en segundo grado y estuvo presa hasta 1973. John Baniszewski fue encarcelado a los 13 años de edad, siendo el más joven en la historia del Reformatorio Estatal de Indiana, y al salir se volvió clérigo. Richard Hobbes y Coy Hubbard fueron encontrados culpables por complicidad y ambos fueron ingresados en el Reformatorio Estatal; Hobbes murió a los 21 años de edad de cáncer pulmonar, por su parte Hubbard vivió una vida criminal tras dejar el reformatorio, visitando la prisión frecuentemente.

prisión

Algunos testigos vecinos de los Baniszewski, afirmaron que los desgarradores gritos de la joven Sylvia se escuchaban a diario. No obstante, muchos decidieron no intervenir, puesto que era usual escuchar gritos tras las fuertes reprimendas que Gertrude administraba hacia sus propios hijos.

El impacto de este tortuoso homicidio alcanzó el cine con la película “An american crime” estelarizada por Ellen Paige y Catherine Keener, la cual relata la historia de manera fehaciente. A su vez existe un libro del autor Jack Ketchum, cuyos personajes y trama están basados en este el caso de Sylvia Likens. La adaptación de este libro se llevó a la pantalla grande bajo el nombre “The girl next door” (no confundir con la comedia del mismo nombre).

Sin duda una prueba más de la brutalidad de la que puede ser capaz un ser humano tras seguir los delirios de una mente trastornada sobre una inocente.

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