En una ocasión te hablamos de «¿Cómo escapar de una tribu caníbal?«, esta vez nos adentramos en un territorio todavía más oscuro. Queremos presentarte a un criminal, a un asesino en serie estadounidense que posiblemente no conocías y que te helará la sangre. Si eres impresionable, te recomendamos que no sigas leyendo o realices una lectura diagonal, ya que los detalles sobre la vida y acciones de este monstruo son espeluznantes. No obstante, a veces es necesario conocer lo peor de la humanidad para asegurarnos de que jamás se vuelva a repetir.

«El vampiro de Brooklyn», el peor caso caníbal de la historia

El nombre Albert Fish te parecerá de lo más anodino, no obstante es el nombre de uno de los peores asesinos en serie y caníbal, que ha pisado los Estados Unidos y, si me permites, el mundo.

Fish nació en una familia peculiar en la que su padre llevaba 43 años a su madre. Cuando el cabeza de familia murió, la madre de Fish, que era el pequeño de 4 hermanos, lo envió a un orfanato. Al parecer, allí fue maltratado a menudo y fue donde se dio cuenta de que sentía placer al experimentar dolor.

Albert Fish, 1903
Albert Fish, 1903

Sus posteriores macabros actos asolarían especialmente la zona de Nueva York a principios del siglo XX.

Origen del canibalismo de Fish

Fish confesó en una carta que su gusto por la carne humana surgió tras conocer al  capitán John Davis. Este hombre viajó de San Francisco a Hong Kong a bordo del Tacoma, un barco de vapor, en 1894. Al llegar a Hong Kong, bajó a tierra y se emborrachó con sus compañeros. El tiempo pasó y cuando regresaron al Tacoma, éste había partido sin ellos para continuar su recorrido. John Davis y sus compañeros tuvieron que quedarse en Hong Kong, una región entonces asolada por una terrible hambruna.

Hong Kong 1894

Al parecer, la necesidad de comida era tal, que los más humildes se veían obligados a vender a sus hijos de menos de 12 años como comida. Por eso, en aquella época ningún niño menor de 14 años podía pasear seguro por la calle. Al parecer, John Davis se aficionó a la carne humana durante ese periodo y decidió contar su experiencia a Fish, cuyo carácter enfermizo y obsesivo interpretó aquello como algo que imitar. De hecho, Fish también confesó que Davis, al volver a Estados Unidos, secuestró a dos jóvenes para seguir con su recién adquirido canibalismo. Un auténtico monstruo al que Fish decidiría emular.

Primeros crímenes

Al cumplir los 20 años se trasladó a N.Y., donde empezó a realizar sus crímenes, por el momento de cariz sexual. Esta terrible costumbre continuó incluso después de casarse con una mujer más joven que él, con la que tuvo 6 hijos.

El hambre sádica de Fish era insaciable. Confesó que mientras ejerció de pintor de casas, durante el año 1898, llegó a «coleccionar» 100 víctimas infantiles de sus abominables fijaciones.

Niños con su profesora en una escuela de Queensland, 1898
Niños con su profesora en una escuela de Queensland, 1898

Poco después, Fish conoció a un hombre con el que iniciaría una relación en secreto, que le introdujo en el mundo de la disección. Lo que más fascinó al desequilibrado Fish fue la castración. Este hecho se cree que fue el que supuso el estímulo definitivo en su obsesión por la carne humana.

Ataques conocidos y un intento de secuestro

Fish mantuvo una relación sadommasoquista con un joven de 19 años, con discapacidad intelectual, en 1910. Su nombre era Thomas Kedden, de Wilmington (Delaware). Hay quien plantea la posibilidad de que se tratase de una relación consentida, pero el hecho de que en una carta Fish confesara que seccionó por la mitad el miembro viril del chico, hace pensar que no fue el caso.

9 años después del anterior ataque, acuchillaba a un joven en Georgetown.

Quizás el caso que más llamó la atención tras su captura y que fue recordado por quienes lo vivieron, fue el de la familia Kiell, que consiguió evitar el secuestro de su hija pequeña. En 1924, Fish se acercó a una granja de Staten Island, donde Beatrice Kiell, de 8 años, se hallaba jugando sola. ¿Qué hizo Fish? Ofrecerle dinero para que le echase una mano en su búsqueda de ruibarbo no muy lejos de allí. La niña, inocente, accedió. Por suerte, la providencia quiso que su madre llegara en aquel momento y apartara a la pequeña Beatrice de Fish. ¿Se detuvo Fish? En absoluto, un poco más tarde regresó a la granja y se escondió en el granero donde pretendía pasar la noche, seguramente esperando un momento ideal para llevarse a Beatrice. De nuevo, la suerte quiso que el padre de la niña encontrara a Fish y lo echara de una vez por todas. Años más tarde, los Kiell se darían cuenta de lo afortunados que habían sido al conseguir que Fish dejará en paz a Beatrice.

El caso de Grace Budd

Fish se las apañó para convencer a una familia muy humilde de N.Y. de que él conseguiría un trabajo para el cabeza de familia y solucionaría sus dificultades económicas. ¿Cuáles eran sus verdaderas intenciones? Secuestrar y asesinar a la hermana de Budd, Grace, de 10 años, a quien asesinó y devoró.

¿Cómo encontraron a Fish? Porque en 1934, pasados 6 años, decidió enviar una carta anónima a los señores Budd, padres de la joven Grace (de cuyo rapto y desaparición se había culpado a un tal Charles Edward Hope). En esta carta, que no mostraremos aquí por su crudeza, Fish confesaba su crímen y su actos caníbales. Si a pesar de todo sigues teniendo curiosidad por leerla, puedes hacerlo aquí.

pluma

Otros crímenes de Fish

El número de crímenes de Fish es altísimo. Este asesino en serie confesó haber acabado con la vida de otros niños, que permanecían desaparecidos o cuyo homicidio restaba sin resolver y de haber practicado también canibalismo.

Ejecución de Fish

Fish fue juzgado y ejecutado en 1935. Los médicos que lo trataron encontraron tantas manifestaciones de demencia en este asesino que no supieron a cuál achacar sus acciones. Fish murió en la silla eléctrica un 11 de Marzo en Nueva York. Al parecer, antes de que lo ejecutaran aseguró que aún no sabía porque se hallaba en esa circunstancia.

Silla eléctrica
Silla eléctrica

Una historia que nos remueve las entrañas y que hace que deseemos que este tipo de crímenes y padecimientos no vuelvan a repetirse.

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