Piercing, palabra que proviene del inglés pero que, en realidad, tiene una larga tradición cultural. El hecho de perforar una parte de nuestro cuerpo es una moda incomprensible para muchos, pero para otros es algo más. Es parte de una identidad, de un modo de expresión y de encontrarse bien con uno mismo con ese pequeño piercing en el labio, en la nariz o en un pezón.
Hay quien va más allá de esos dos piercings más bien discretos y elige que su cuerpo sea toda una expresión. Todo un mapa de perforaciones decoradas donde mostrar algo que, de hecho, es tan viejo como nuestra propia cultura.
Hoy, en Supercurioso, te invitamos a dar un pequeño repaso al fenómeno del piercing.
Cuando agujerear el cuerpo no responde sólo a una moda
Es probable que te vengan a la mente numerosas tribus que utilizan el piercing como parte de su identidad. Hoy en día lo relacionamos, efectivamente, o bien como un resquicio cultural o como una moda que muchos asocian con el dolor y con la incomprensión. «¿Cómo puede alguien perforarse la lengua o un pezón?» Ésta es, sin duda, una de las expresiones más escuchadas.
Pero si hacemos una pequeña retrospectiva alrededor del fenómeno del piercing, estamos seguros de que muchos quedarían sorprendidos. Para ello, podemos basarnos en dos libros bastante interesantes: «Piercing» de Ryu Murakami y «The Piercing Bible: The Definitive Guide». Veamos pues los aspectos más interesantes sobre su historia:
- En occidente, y sobre todo a lo largo del siglo XX, ha quedado culturalmente aceptado que las mujeres lleven los lóbulos de las orejas agujereados. Cuando nace una niña es habitual que de inmediato se le hagan las perforaciones, para que pueda lucir sus pendientes.
- En la antigua Roma, era habitual que los centuriones de la guardia del César llevaran aros en los pezones. Era un signo de valentía y virilidad. Y no sólo eso, resultaban útiles porque así podían colgar en ellos las cortas capas que usaban. Curioso ¿verdad?
- El llevar aros en los pezones no fue algo exclusivo de Roma. También algunas mujeres de la época victoriana los llevaban para aumentar el volumen de sus pezones.
- Muchos piratas y hombres de mar, tenían como costumbre ponerse un aro en la oreja cada vez que pasaban la linea del Ecuador.
- ¿Y qué hay del piercing en el ombligo? Entre la realeza egipcia era habitual, de hecho el lucir un ombligo bonito decorado con un aro era algo muy atractivo para ellos.
- En la India, las abuelas suelen perforar la nariz de sus nietas. Dependiendo de la etnia a la que pertenezcan, se hará en el lado derecho o el izquierdo.
- En Papua Nueva Guinea, Polinesia, África, India, era habitual que los hombres llevaran un aro en el centro de sus fosas nasales. Era un signo de fuerza y se llamaba Septum. A día de hoy, se sigue utilizándose, aunque más con finalidad estética.
- Respecto al piercing en la lengua, te interesará saber que se disponen de registros muy antiguos en los cuales, esta práctica formaba parte de un ritual de los antiguos Aztecas y Mayas. Era una forma de entrar en contacto con los dioses (imagen inferior).
Y ahora dinos ¿Llevas algún piercing? ¿En qué lugar? Recuerda, si te ha gustado este artículo, conoce también la historia de los tatuajes.