Besar… ese momento en el que parece que el mundo exterior se desdibuja, y solo quedan dos en el universo. Pocas cosas nos conectan más que un beso, con toda su carga de romance y sensualidad. Si bien los besos tienen beneficios, no todo es bueno en este intercambio. En ocasiones ese momento de encuentro y pasión puede convertirse en todo un problema. ¿Has escuchado hablar de la enfermedad del beso? Pues, aunque mientras besamos liberamos endorfinas y nos sentimos felices, también podemos enfermarnos. Hoy en Supercurioso te contamos sobre qué es la mononucleosis. ¿Nos acompañas?

¿Qué es la enfermedad del beso?

mononucleosis

Entre los datos curiosos de los besos, nos encontramos con algunos verdaderamente interesantes. Por ejemplo, se sabe que en cada beso que comparten dos personas se movilizan entre diez millones y un billón de bacterias en ambas direcciones. Ahora, esto no es del todo malo. El 20% de estas bacterias son únicas de cada persona, por lo que el hecho de compartirlas ayudaría a fortalecer nuestro sistema inmunitario.

Ahora bien, esto no impide que se desarrolle la llamada enfermedad del beso. La mononucleosis es en esencia una enfermedad infecciosa provocada por un virus de nombre peculiar: Epstein-Barr. Se trata de un tipo de herpes que transmitimos, a través de la saliva, de humano a humano. Bien es cierto que podemos adquirirla también cuando por ejemplo compartimos un refresco, pero la infección llega básicamente a través de nuestros besos.

¿Y qué sentimos si de pronto la enfermedad del beso entra en nuestro interior? Solemos padecer cansancio, fiebre alta, dolor de garganta e incluso algunas erupciones en el cuerpo. Es curioso saber que si por ejemplo tienes entre 9 y 16 años la enfermedad se evidenciará entre una y tres semanas después de que te la hayan transmitido, pero si eres ya un adulto, tarda al menos ocho semanas en incubarse. Por lo general, según los médicos, la solemos pasar confundiendo sus síntomas con una gripe. Solo un análisis de sangre determina claramente que en nuestro organismo tenemos el virus Epstein-Barr, o lo que los ingleses llaman la «Kissing disease»

1. ¿Cuáles son los síntomas de la mononucleosis?

Enfermedad del beso

La mononucleosis es una enfermedad benigna y que generalmente se resuelve por sí misma. Los especialistas coinciden en que es mejor atravesarla durante la infancia, aunque esto no garantiza que no se repita en la adultez. Al ser transmitida por gotas de saliva, la manera más directa de contagio es un beso, pero también es muy común que los niños se contagien compartiendo juguetes, cubiertos o vasos. Ahora bien, más allá del cansancio y del dolor de garganta, ¿qué otros síntomas más específicos pueden alertarnos de que tenemos la enfermedad del beso? Veamos.

  • La enfermedad del beso puede confundirse con una amigdalitis aguda, pues pueden generarse anginas, acompañadas de fiebre y dolor de garganta.
  • También puede venir acompañada de falta de apetito y sensación de cansancio extremo, conocido como astenia.
  • Puede generar la hinchazón de los ganglios linfáticos en el cuello y las axilas.
  • También es frecuente que la persona padezca de dolor de cabeza, y en algunos casos también se presenta un sarpullido en la piel.
  • En casos más graves, puede generar inflamación del bazo o del hígado.

2. ¿Tiene cura?

No. Lamentablemente y de momento no hay cura para la mononucleosis. No hay más remedio que pasar esa semana febril posterior a ese beso trágico que nos transmitió el malévolo virus. Otro aspecto a tener en cuenta es que este virus se quedará instalado en nuestro organismo durante toda la vida, pero de modo inactivo. Pero ¿la enfermedad del beso puede aparecer de nuevo? Te preguntarás. Puede ocurrir, sí, pero solo si tus defensas bajan de un modo exagerado o padeces algún problema en tu sistema inmunitario. ¿Un remedio? Consume mucha fruta y vitamina C para fortalecer tu inmunidad. No cuesta nada.

Como dato a tener en cuenta, es común que hayamos pasado la enfermedad del beso entre los 15 y los 30 años de edad, siendo más común entre los 14 y los 18. Es decir, esos años en que uno ya practica habitualmente este sano ejercicio. Pero eso sí, no pienses en absoluto que los besos son peligrosos debido a este travieso virus. Nada más lejos de la realidad. Pocos actos son más saludables para nuestro organismo que los besos. Son una dosis maravillosa de endorfinas, reducen el estrés, alivian los dolores y cuidan de tu corazón. No lo dudes, la enfermedad del beso apenas dura una semana y es como un rito de paso hacia todo ese mundo de sanas bondades.

3. ¿Cómo tratar la enfermedad del beso?

mononucleosis

Si sabes que te has contagiado de mononucleosis, no te preocupes, estarás bien en algunos días. Al tratarse de un virus, es importante que sepas que los antibióticos para tratar infecciones de garganta, como la Amoxicilina, no harán mayor efecto. El tratamiento de la enfermedad del beso se enfoca entonces en combatir los síntomas que presente cada paciente. Si tienes, por ejemplo, fiebre y malestar general, lo ideal será que te sea administrado paracetamol. También es importante que te tomes un tiempo de descanso, que no te obligues a comer sin no sientes apetito, pero que sí te mantengas hidratado con agua y demás líquidos.

Si tu sintomatología asociada a la mononucleosis se complica al punto de generarse un dolor abdominal intenso, manchas rojas en la piel o vómitos persistentes, es importante que vayas a consulta médica. Sin embargo, la realidad es que los casos de complicaciones son muy pocos. Cuando esto sucede, el paciente puede sufrir de complicaciones hepáticas como la propia hepatitis o la ictericia. En casos más raros aún, se puede generar anemia, inflamación del músculo cardíaco y problemas del sistema nervioso como la meningitis, encefalitis y síndrome de Guillain-Barré. Pero ten presente que, como te decíamos, son casos aislados y bastante raros.

En definitiva, la enfermedad del beso es uno de esos pequeños sacrificios que bien vale la pena asumir para disfrutar de las maravillas de besar y compartir esa sensación con el ser querido. Y es que, tal como decía el gran poeta Pablo Neruda en una de las más geniales frases sobre los besos, estos son un lenguaje tan potente y audaz, que «En un beso, sabrás todo lo que he callado.»