En Supercurioso te hemos hablado en varias ocasiones de artistas y obras curiosas, entre ellos el cuadro «The Hands Resist Him» (Bill Stoneham), considerado embrujado, y el maestro Leonardo Da Vinci. Esta vez nos acercamos al artista Michael Grab y a su asombroso trabajo.
Muchos hemos intentado de chicos jugar a equilibrar objetos: poniendo la escoba de manera vertical sobre el empeine o sobre la palma de la mano, tratando de evitar que se caiga; o, saliendo de la cuestión lúdica, cuando en la escuela nos mandaban a hacer balanzas caseras…. Sea el caso que fuere, hemos tenido la necesidad de recurrir a la escasa o nula precisión de nuestras improvisadas medidas y dubitativo pulso para acometer dicha empresa, en su mayoría de veces fallida.
Pero, ¿qué pasa cuando la necesidad de hacer algo diferente traspasa las fronteras de lo común, y el equilibrio, que, como es obvio, es el tema de este artículo, es llevado a niveles e interpretaciones que escapan de la cotidianidad? Este es el caso de un artista que decidió equilibrar piedras.
Michael Grab y el Gravity glue, el arte de equilibrar piedras
Michael Grab es un artista canadiense de treinta años que ha desarrollado —con mucha influencia de cierto arte antiguo de pegado natural de piedras— una técnica de equilibrio pétreo a la que él mismo ha denominado Gravity glue. Es, justamente, en ‘pegar’ piedras y armar grandes construcciones con estas en lo que consiste su arte.
Para entender un poco más en qué consiste el pegado de piedras en el que se basó Grab, mencionemos algunas construcciones y el método generalizado que se usó. El pegado natural de las piedras ha estado presente en muchas edificaciones de culturas antiguas. Tenemos Naveta des Tudons, en Europa; la Gran muralla China, en Asia; Machu Picchu y Teotihuacan, en América; entre otras muchas. Consiste, aunque no para todos los casos, en encontrar puntos de unión que permitan que una piedra encaje con otra sin la necesidad de ningún adhesivo artificial como el cemento o el barro. Así, se necesitan tres puntos de contacto para ubicarlas en posición vertical (cuando se trata de este estado) y hacer que mientras una se equilibra sobre otra, aquella sirva también como base para la siguiente.
En el caso específico del Gravity glue, no importa mucho el tipo de piedra ni el tamaño de esta (claro que debe poder ser manipulable), lo que importa es cuánta paciencia se tiene para pasarse un buen rato intentando unir ángulos aparentemente imposibles. Podría parecer un trabajo bastante estresante y sin ningún propósito, pero Grab afirma que, por el contrario, lo ayuda a relajarse mucho y es en esta labor en la que él puede encontrarse consigo mismo: así como tiene que encontrar el punto exacto en que cada piedra se unirá con otra, en el proceso de meditación que se genera a lo largo de las horas que se pasa construyendo sus obras debe encontrar su propio punto de equilibrio interno. No estamos ante nada improvisado, eso queda claro.
En la actualidad, hay muchos artistas que han adoptado esta técnica, pero aquello que hace diferente a Grab es el nivel de complejidad que alcanza su arte. No solo trata de equilibrar las piedras, sino que encuentra los ángulos más inverosímiles y trata en lo posible (aunque esta palabra se hace obsoleta en sus manos) de no usar la base natural de las piedras. Sin duda, una verdadera manifestación artística.
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Imágenes: http://www.gravityglue.com/