“Caras vemos, cerebros no sabemos”…el refrán, por reformado que esté, quizá te suene familiar. Con ello queremos sugerirte que detrás de un rostro amable y de una personalidad afable, podría esconderse un cerebro con características singulares con las que se pudieran desentrañar los más oscuros secretos.
Sobre este órgano vital y sus conexiones con ciertas emociones, impulsos y el amor, se han realizado estudios científicos interesantes. De hecho, en Supercurioso ya te hemos hablado sobre el tema. Y según un grupo de expertos, el cerebro de un psicópata asesino posee algunas particularidades que pudieran dar razones sobre su comportamiento antisocial.
Así es como funciona el cerebro de un psicópata asesino
Los psicópatas forman parte del 4% de la población mundial, y si juzgamos a partir de las noticias, no es osado decir que el porcentaje pudiera ser un poco más elevado. Quienes padecen de este trastorno son descritos como personas carentes de empatía. Se les dificulta conectar emocionalmente con otros y no conocen límites… si está en ellos cometer un crimen, como asesinar, lo harán sin sufrir arrepentimiento. Son impulsivos y les invade una frialdad con la que les es innato herir, engañar y manipular.
Sin embargo, también existen psicópatas no violentos, cuya condición podría pasar inadvertida ante nuestros ojos pero no para el equipo científico que realizó esta investigación. Los expertos reclutaron a ambos grupos: 14 criminales psicópatas y 20 psicópatas pasivos, para estudiar la actividad cerebral en los dos casos y constituir diferencias.
El análisis se enfocó especialmente en un área llamada cuerpo estriado -perteneciente al sistema de recompensas-, pues un estudio anterior probó que, alteraciones en esta fracción del cerebro, se asocian con conductas agresivas e impulsivas.
Para activar la zona en cuestión, los expertos sometieron a los participantes a un juego en el que había dinero involucrado. Al comienzo de cada ronda, ellos observaban un círculo verde o uno rojo, los cuales indicaban si el reto tendría premio monetario o no. Además también veían un botón blanco que debía ser presionado tan rápido como fuese posible para que otros concursantes no se adelantaran a responder.
En su curso, los investigadores detallaron la actividad en el cuerpo estriado de cada jugador con resonancias magnéticas y determinaron que no hubo diferencias entre ambos grupos. Pero sí notaron que otra región, la corteza prefrontal dorsomedial, se mostraba más activa en los psicópatas violentos. Este hallazgo podría explicar por qué hay psicópatas que comenten delitos y otros son más controlados, ya que se trata de una parte del cerebro que está fuertemente vinculada con la inhibición y el control de los impulsos.
En resumen, los psicópatas con tendencias criminales son incapaces de controlar sus estímulos por esta anormalidad con la conexión entre el cuerpo estriado y la corteza prefrontal dorsomedial. En cambio, el otro grupo aunque su naturaleza psicopática pudiera incitarlos a comportarse de manera errática, tienen la habilidad de dominar sus emociones. Y la misma distinción podría aplicarse fuera del marco de la psicopatía.
Por lo mismo, los autores establecen que este resultado “nos ayuda a entender por qué algunas personas actúan de acuerdo a su personalidad impulsiva antisocial, mientras que otros son capaces de comportarse de forma adaptativa a pesar de las urgencias relacionadas con la recompensa.”
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