Seguramente muchos de nosotros hayamos sido víctimas de una estafa, en mayor o menor escala, a lo largo de nuestra vida, desde comprar por Internet algo que no es exactamente igual a lo que llega por correo a colaborar en alguna actividad que jamás se realizó. Todos podemos caer en la trampa de desaprensivos que se aprovechan de los demás, pero parece que hay compañías que por su magnitud están fuera del alcance de los malhechores y no es así. Descubre lo que les ocurrió a Google y Facebook víctimas de un estafador. Perdieron 100 millones de $.
Google y Facebook víctimas de un estafador
En marzo de 2017 saltó a los medios de comunicación que dos importantes compañías estadounidenses habían sido estafadas por el método del «phishing» desde Lituania, pero no se dijo qué empresas habían sido las afectadas. Hace unos días se supo que las perjudicadas eran Google y Facebook y que las pérdidas ascendían a 100 millones de dólares aproximadamente.
El método utilizado para estafar a Google y Facebook fue el «phishing». El «phishing» es uno de los sistemas más utilizados por los delincuentes cibernéticos y consiste en la suplantación de la identidad de una persona o empresa para conseguir información confidencial de manera fraudulenta; contraseñas, información bancaria y de tarjetas de crédito son los datos más buscados. El «phisher» emite una comunicación electrónica que aparenta ser totalmente oficial para que la víctima no dude en facilitar los datos que se le solicitan y una vez los tiene procede a sustraerle su dinero.
Google y Facebook fueron estafadas por este sistema, durante dos años, por un hombre de la Europa del Este. El Departamento de Justicia de los EE.UU. ha confirmado que el acusado de la estafa se llama Evaldas Rimasauskas, tiene 48 años y al parecer llevó a cabo su delito entre 2013 y 2015, suplantando a un fabricante asiático. Rimasauskas emitía facturas falsas como si fueran una empresa taiwanesa llamada Quanta Computer, que trabajaba además de con Google y Facebook con Apple y Amazon y con la que tienen realmente transacciones que comportan millones de dólares de facturación. Envió los correos con las facturas a los departamentos de contabilidad de Facebook y Google, que habrían pagado grandes sumas antes de darse cuenta de la estafa. Ambas compañías, cuando lo detectaron, lo denunciaron a las autoridades y al parecer recuperaron prácticamente todo el dinero «robado».
Como veis, los humanos «corrientes» no somos los únicos que picamos ante estos estafadores cibernéticos que cada día sofistican más sus técnicas para engañar al prójimo. Si te ha interesado este artículo, quizá quieras leer: