Entre los rincones mágicos de España, que fascinan a lugareños y visitantes por igual, destaca la belleza de las Islas Canarias. Este archipiélago español, compuesto de islas volcánicas, se ha convertido en una referencia turística en el mundo entero. Pero entre sus playas de aguas cálidas, paisajes de ensueño y atractiva oferta gastronómica y cultural, también nos encontramos otras sorpresas de la naturaleza, como el imponente volcán Taide que corona Tenerife. Y es justo al interior de esta formación en donde, según la leyenda, encontramos el hogar de Guayota el maligno. La curiosidad humana es insaciable, y lo que no podemos responder con ciencia, pues lo hacemos con historias mitológicas. Hoy en Supercurioso te traemos todo sobre la leyenda de Guayota. Acompáñanos a conocer a este aterrador personaje.
El origen de la leyenda de Guayota
Antes de que en el siglo XV los europeos llegaran a las Islas Canarias y más adelante fueran conquistadas por la Corona de Castilla, los aborígenes de las islas tenía su propia mitología. Existió una religión aborigen canaria con unas creencias que conformaban un universo mágico religioso propio.
Muchas de ellas eran compartidas por los antiguos pobladores de la mayoría de las islas y, aunque fueron modificadas por el cristianismo, que portaron los conquistadores españoles, quedaron reseñadas en el trabajo de investigadores y apasionados de la historia. Es así como sabemos que es en Tenerife, el hogar de los guanches, donde nace la leyenda de Guayota el maligno.
Todo parte de la concepción del mundo que se habían forjado los aborígenes canarios. El origen del pueblo guanche se vincula con las tribus bereberes que vivieron en el norte de África. Sobre el estilo de vida de estos aborígenes es poco lo que ha sido salvado por la historia. Apenas algunos datos muy interesantes, como el hecho de que las momias guanche eran bastante similares a las egipcias.
Sin embargo, se sabe que, según su cultura y religión, creían en la existencia de un Dios creador, de un ser supremo que había formado al mundo y lo sustentaba. Y siendo así, tal como ocurre con la religión católica, también existía un ser que le hacía contraposición a la bondad y la fuerza creadora. Para los guanches se trataba de Guayota el maligno, quien con el tiempo se convirtió en protagonista de una de las más populares leyendas canarias.
Guayota o Guaiota es una palabra que los historiadores creen que deriva del término antiguo «wa-yewta» que significa «golpear» o «combatir» y de ahí hacen derivar el sentido que realmente tenía el nombre del dios, que era «el destructor».
La leyenda de Guayota cuenta que este oscuro ser vivía en las entrañas de la tierra, especialmente en el interior de los volcanes. Tenía en el Teide, el popular volcán de Tenerife, su principal morada. Los guanches llamaban al volcán, «Echeyde», y creía que en su interior se ubicaba el infierno. Era a Guayota el maligno a quienes eran atribuidas las erupciones volcánicas que arrasaban con las tierras, los cultivos y las personas.
¿Cómo se comportaba Guayota el maligno?
Según lo que cuenta la leyenda de Guayota, este demonio era el equivalente al diablo de los católicos. Al vivir en el interior del volcán, desplegaba su ira generando erupciones violentas.
Los guanches, para aminorar la ira del demonio, acostumbraban a realizar ofrendas que ayudaran a calmarlo y evitar la actividad del volcán, y que depositaban en cuevas en la base del Taide. Pero, cuando aquello era inevitable, los aborígenes tomaban otra medida: encendían hogueras por toda la isla. Con ello lograban que si Guayota salía del volcán durante su erupción, pensara que seguía en el infierno y no se detuviese mucho tiempo allí.
También se cuenta en la leyenda de Guayota el maligno, que el demonio era capaz de tomar la figura de un perro terrorífico, y se ayudaba para sus fechorías de otras entidades malignas menores, que en ocasiones también eran protectoras de cabras, ovejas y perros. Se llamaban Guañajé, Canajá y Jucancha y gobernaban fenómenos naturales como los terremotos o el viento.
La figura de Guayota el maligno es propia de los aborígenes de las Islas Canarias, pero entes demoníacos y mitológicos como este, también aparecen en otras islas volcánicas alrededor del mundo. Es por ejemplo el caso de la diosa Pelé, que para los nativos de Hawái vivía en el volcán Kilauea.
La leyenda de Guayota y la oscuridad del mundo
Y una de las leyendas canarias más populares vinculadas a Guayota el maligno, es la que lo responsabiliza por la oscuridad del mundo. La historia narra que el malévolo Guayota, consolidado como el dios del mal, el fuego y la destrucción, se atrevió a secuestrar y encerrar a Magec, el sol, dios de la luz y padre de las almas de los seres humanos, en el interior de Echeyde.
Una vez encerrado Magec en lo más profundo del volcán, el mundo quedó sumido en una profunda oscuridad. El mismo sol había sido recluido en el centro de la tierra.
Fue entonces cuando los hombres, desesperados por la ausencia de luz, fueron ante la presencia de Ahamán, el dios supremo. A él le rogaron su ayuda para devolver la luz al mundo. Entonces la leyenda de Guayota cuenta que se enfrentó en cruenta batalla en contra de Achamán, de la que salió derrotado.
Como castigo, el dios supremo encerró a Guayota en las profundidades del Teide y taponó el cráter para que no pudiera salir. Los guanches pensaban que el último tramo del cono del volcán que es de color blanco y que se conoce como «Pan de Azúcar» era ese tapón que impedía salir al demonio Guayota. Fue luego de la victoria de Achamán contra Guayota el maligno, que Magec pudo volver a las alturas, y entonces la luz y la alegría retornó al mundo, mientras el demonio quedó recluido en su propio infiero, respirando muy cerca del cráter.
Sin duda que la mitología está plagada de historias y leyendas fascinantes, que llevan nuestro asombro a su punto cúspide. ¿Alguna vez habías escuchado hablar sobre la leyenda de Guayota? ¿Imaginaste que un volcán podía ser concebido como el propio infierno en la tierra y el hogar del demonio? ¿Y qué sus erupciones eran un reflejo de la maldad? ¡Increíble! ¿Cierto?
Pues al parecer los seres humanos tenemos históricamente la necesidad de otorgar un lugar de bondad o de maldad exclusivas, con personajes en los que podamos depositar nuestra fe. Los demonios no son solo asunto de las religiones más populares, sino de las más variadas expresiones del folklore alrededor del mundo, y la leyenda de Guayota es muestra de ello. Si te interesa este fascinante tema, no te pierdas nuestro artículo sobre los nombres de los demonios más populares.