Haboob o «viento fuerte» es una palabra que viene del árabe y que define este fenómeno atmosférico de gran impacto, donde la naturaleza, ruge y se alza en forma de pared andante, de monstruo que avanza cargado de polvo, arena y otros escombros, y que gusta hacer acto de presencia en escenarios áridos.
Puede que al pronunciar la palabra «Haboob» te venga a la mente países desérticos, escenarios árabes o africanos donde la aridez trae de vez en cuando a este monstruo que se levanta a varios kilómetros sobre el suelo. En absoluto. El Haboob también se suele formar en Estados Unidos, Nuevo México, en Australia o Japón. Puede que hasta tú mismo hayas visto en persona este aterrador fenómeno, no exento eso sí, de mucho peligro, pero también de una gran belleza.
Te invitamos hoy a saber más cosas sobre el Haboob.
El gigante de arena, Haboob
Hay algo que siempre llama la atención en el Haboob. Es difícil de prevenir, y dependiendo de dónde nos encontremos, se originará de una forma u otra. En Estados Unidos, por ejemplo, puede desencadenarse después de una simple tormenta. En Australia, por su parte, se alza por la presencia de un viento frío sobre una superficie árida o desértica. Sin embargo, en África lo suele desencadenar la violenta unión entre las masas de aire secas y húmedas tan habituales en este continente.
En lugar de Haboob, podemos llamarlas simples tormentas de arena o polvo, y basta que exista un escenario seco y arenoso para que de pronto, aparezca este gigante del color de la tierra en el horizonte, y que se han visto, por ejemplo, en numerosas ocasiones en los desiertos de Arizona o en Nuevo México. Y fascinan, no hay duda. La mayoría de las veces se inicia con una fase de tormenta previa donde surgen intensas corrientes descendentes a las que llaman «downburst», ahí donde al impactar con el suelo, levantan la arena o el polvo, hasta que poco a poco, van cogiendo más y más intensidad.
Son auténticas «paredes» de varios kilómetros de largo y alto que engullen todo lo que se encuentren a su paso, caminando, o avanzando a unos 50 Km/hora. Y no se ve nada. El horizonte queda recortado por esta especie de ola andante que vemos en la lejanía, ahí donde somos muy conscientes de que en pocos minutos, nos alcanzará.
En el 2011, por ejemplo, se desataron dos aterradoras tormentas de arena casi seguidas en Phoenix (Arizona), ocasionando graves problemas como cortes de energía, y el que los vuelos tuvieran que suspenderse. En estas ocasiones, Haboob, alcanzó casi un kilómetro de altura, trayendo vientos de 50 km por hora y ráfagas de 64 km/h. La visibilidad era casi nula, y para muchos habitantes de aquella zona, parecía sin duda el fin del mundo. La naturaleza, como ya sabes, nunca deja de asombrarnos y de aterrarnos, aunque hemos de admitir que la imágenes que nos suelen dejar este tipo de fenómenos son sin duda de una gran belleza.
Y ahora dinos ¿Has visto alguna vez un Haboob en persona? Si no es así, te invitamos a verlo en el siguiente vídeo, y a descubrir también el fenómeno de las trompetas del apocalipsis.