Los Hadzaa son una tribu primitiva que desarrolla su forma de vida ancestral en una región de Tanzania. Son cazadores-recolectores y a su vez, todo un curioso desafío para antropólogos y biólogos. Tal y como hemos señalado en el título de este artículo, esta tribu tiene como característica singular el cazar como los escualos, como los tiburones.
¿Nos hemos equivocado? Obviamente estamos en un escenario terrestre, no hay agua ni presas que se escapan haciendo mover sus aletas. No obstante, hay algo que los Hazdaa comparten con los tiburones, y de hecho, también con las abejas…
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El vuelo de Lévy
El vuelo de Lévy es un patrón matemático que define cómo algunas especies suelen moverse para conseguir determinados fines. A la hora de cazar para sobrevivir, lo más probable es que si fuéramos nosotros lo que haríamos en primer lugar sería analizar cuál es nuestra presa, qué costumbres tiene y dónde suele moverse.
No obstante, en el caso de la tribu de los Hadzaa sus métodos de supervivencia siguen un patrón entre el caos y la estrategia, y que los científicos consideran casi genético y ancestral, es decir, siguen una «estrategia primitiva» que esta población comparte a su vez con tiburones y abejas.
Los escualos, por ejemplo, siguen un patrón muy específico de movimiento para alcanzar a sus víctimas. Dan movimientos cortos a lo largo de distancias muy limitadas. Avanzan y vuelven de forma repetitiva para sondear al azar. Más tarde, esta primera estrategia repetitiva y escenificada en una zona en concreto, da paso ya a movimientos más largos, a desplazase a una distancia más extensa. Esto, es lo que se conoce como Ley de Lévy.
Podríamos decir que esta fórmula enmarca también las teorías del caos, y a fenómenos como el análisis de terremotos, las matemáticas financieras, o la astrología. Es decir, hay en primer lugar unos cortos movimientos que se inician al azar para después, ejecutar actividades o fenómenos más largos de forma estudiada. Algo que solemos observar en las abejas y en los maravillosos tiburones. Seguro que los habrás visto en algún documental. Suelen moverse de forma rítmica, aquí y allá en distancias muy cortas analizando mediante sus afinados sensores, o ampollas de Lorenzini. Más tarde, si nada capta su interés, se marcharán ya en una dirección «prefijada».
Con los Hazdaa ocurre lo mismo. Nosotros, por ejemplo, construiríamos trampas, controlaríamos un territorio determinado de caza e iríamos cada día a esa zona. Esta tribu, por su parte, cada día ejecuta una mezcla de trayectorias largas y movimientos al azar muy cortos. Y lo hacen tanto para cazar como para buscar frutas, semillas o plantas. ¿Significa esto que lo hacen mal? ¿Que su técnica es ineficaz? En absoluto. Los científicos nos dicen que este movimiento a pesar de no estar asociado a las capacidades cognitivas, es en realidad una ley fundamental para estudiar un área con distribución desconocida de los recursos.
Es decir, nunca sabemos qué va a ocurrir en este territorio donde viven los Hazdaa. Las presas a cazar pueden surgir en cualquier punto y en cualquier momento, así que lo ideal, es combinar el azar puntual con las distancias largas estudiadas y prefijadas en busca de nuevos puntos de interés.
Puede que a simple vista todo esto no te parezca nada especial, pero en realidad, es algo muy efectivo para moverse por este tipo de medios, y que a su vez, nos demostraría que disponemos de un gen que compartimos con especies como los tiburones o las abejas. Algo tan curioso como fantástico, no hay duda.
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