Marte no es el único cuerpo celeste de la Vía Láctea que se está estudiando detalladamente con la esperanza de poder enviar una misión tripulada que nos abra camino en la creación de bases permanentes extraterrestres, pues nuestro satélite natural, la Luna, es el otro candidato para esta aventura. Es por esto que los científicos tratan de averiguar todos los fenómenos naturales que se puedan producir, como por ejemplo los terremotos lunares, para estar preparados y prevenirlos en la medida de lo posible.
¿Hay terremotos en la Luna?
Dentro de los fenómenos naturales que pueden tener lugar en la Luna se encuentran los terremotos o mejor dicho Lunamotos, son sacudidas de mayor o menor intensidad que se advierten en la superficie del satélite y que de hecho se están documentando desde que la misión Apolo de los 70 instalase los primeros sismógrafos, los 12, 14, 15 y 16, colocados alrededor del lugar de aterrizaje de la nave. Estos receptores captan las variaciones que se producen en el terreno y lo trasmiten a la Tierra vía radio.
Los sismógrafos lunares son estos curiosos aparatitos que están ofreciendo información privilegiada a los 16 científicos planetarios que se encargan de examinar estos datos. Gracias a ellos han podido establecer que en la Luna existen varios tipos de terremotos, algunos de ellos artificiales, originados por la caída de un asteroide o incluso provocados, pero no provocados por los selenitas ni nada por el estilo sino, por nosotros los terrícolas con los impactos controlados para estudiar los efectos. Luego, estarían los lunamotos de origen natural y dentro de esta categoría, varios tipos.
El primero de los terremotos en la Luna que ocurren de forma natural sería el Lunamoto profundo con un origen que puede estar situado a una distancia de entre 700 y 1000 km bajo la superficie pudiendo alcanzar una intensidad de hasta 5.5º en la escala Richter. Se ha sabido que se producen con cierta periodicidad, coincidiendo esta con las semanas cuando la luna atraviesa el perigeo, debido a las mareas producidas por la atracción gravitacional con la Tierra.
Después tendríamos los de baja intensidad o superficiales, son los que se producen más cercanas a la corteza a tan solo unos 700 km son, como decíamos, más débiles con unos 2º de la escala Richter y estos se deberían principalmente a los cambios de temperatura originados por la exposición periódica al Sol que expandería y contraería la roca provocando así el movimento de la misma.
Estos lunamotos se producen en puntos bien concretos que se encuentran cercanos a los mares lunares, con una frecuencia de 4 por semana. Así que ya tienen buena pista de dónde poder instalar una base lunar.
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