El amor es un sentimiento universal, ligado al ser humano, que no sabe nada ni de barreras geográficas ni de tiempos cronológicos. Como forma parte de una búsqueda común de todo ser humano, es lógico que haya habido hechizos de amor a lo largo de la historia en prácticamente todas las culturas.
Se han asociado con la magia blanca y la magia negra, se han criticado, perseguido, condenado, pero los conjuros de amor han permanecido hasta llegar a nuestros días. Aunque, ¿sabes cómo atraer el amor según nuestros antepasados?
Hechizos de amor en la historia
Como ya hemos dicho, son muchas las culturas que han creído y creen en los conjuros de amor. En este post vamos a dilucidar algo más sobre los rituales para el amor de algunas civilizaciones antiguas, como la egipcia y la griega. Y es que, muy a menudo, las antiguas religiones politeístas contaban con una o varias deidades dedicadas especialmente al arte de la seducción y el amor.
Conjuros de amor en el Antiguo Egipto
A finales del siglo XIX, los arqueólogos Bernard Grenfell y Arthur Hunt encontraron una serie de papiros en la antigua ciudad de Oxirrinco, en Egipto. Entre todos estos nuevos hallazgos, se encontraban dos ejemplares que, hasta ahora, habían pasado desapercibidos en las vitrinas de los museos. Sin embargo, recientemente han sido analizados minuciosamente por Franco Maltomini, investigador y traductor de la Universidad de Udine, en Italia. La sorpresa de este académico fue descubrir que lo que tenía ante sus ojos eran nada menos que unos conjuros de amor, sometimiento y sexo, fechados en el siglo III DC.
Uno de los hechizos de amor que el italiano investigó, está destinado a quemar el corazón de una mujer, mientras que el otro conjuro pretende someter a un hombre. En ambos casos, el académico se cercioró de que no se define el nombre de la «víctima» a enamorar; en vez de eso, hay un espacio en blanco para que el interesado incluya el nombre de la persona a la que quiere dirigir el conjuro. Es decir, no es tan distinto a los hechizos de amor que se pueden encontrar hoy en día en blogs digitales. Con la salvedad de que entonces se transmitían estos conocimientos mágicos a través de rollos de papiro.
Así comienza uno de los conjuros de amor que Maltomini tradujo:
“Yo os imploro, tierra y aguas, por el demonio que mora en vosotros y (yo imploro) la fortuna de este baño para que, mientras que resplandecéis y ardéis y os quemáis, así queméis a (nombre de la mujer) a quien (el nombre de la madre) portó, hasta que ella venga a mí…”
En este caso, Maltomini señala que este hechizo de amor no corresponde ni a un cristiano ni a un egicpio, sino a un gnóstico. Pero hay que recalcar que los egipcios también practicaban rituales para el amor a través de la adoración a Hathor.
Mitología egipcia y rituales para el amor: Hathor
Hathor era representada como una mujer con cabeza de vaca, o en su defecto, como una mujer con cuernos de vaca y la esfera solar entre ellos. Era la diosa de la alegría, la vida, la danza, las festividades, la maternidad y, especialmente, del amor. Las sacerdotisas de Hathor iniciaban a los jóvenes esposos en las artes del amor, pues Hathor también era la diosa de los placeres sexuales.
Hoy en día, aún se practican hechizos de amor mediante la invocación a esta diosa, de igual modo que se hacen conjuros dirigidos a Afrodita, la diosa griega de la belleza y el amor.
Los griegos y los hechizos de amor: ¿Eran Magia blanca o magia negra?
El uso de los hechizos de amor estuvo muy presente en la civilización egipcia, tradición que continuarían otras culturas, como la griega. Sabemos por papiros que datan entre los siglos IV A.C. y III A.C, que la tradición mágica griega incluía amuletos, oráculos, maldiciones, pociones e, incluso, magia negra como la nigromancia. Y, por supuesto, hechizos de amor.
Para los griegos, existían cuatro tipos de amor: Ágape, que es un amor incondicional que, en teoría, todo el mundo debería procurar hacia todos los seres humanos; Fileo, que es el amor de la amistad; Storgé, o el amor familiar; y Eros, es decir, el amor erótico, carnal.
Christopher Faraone explica que la magia era muy importante en Grecia, y por ello era habitual el uso de hechizos de amor. En algunos de estos conjuros de amor, se ordenaba a los espíritus que impidieran a la víctima disfrutar de su día a día para, finalmente, arrastrarla hasta los brazos del sujeto que lanzó el hechizo.
Con este tipo de conjuros de amor, se invocaba al dios Eros (Cupido para los romanos). Esta deidad era la responsable de la atracción sexual, el amor y el sexo. Aunque no era la única figura a la que se podía adorar para atraer el amor. Los griegos también veneraban a la diosa del amor y la belleza, Afrodita -Venus para los romanos-. Pero Afrodita no era una protectora del amor romántico, tal y como lo podemos entender, sino que velaba por el amor pasional, la lujuria y el sexo.
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