La falta de conocimiento provocaba que las sociedades antiguas temieran profundamente todo lo que fuera diferente. En la Edad Media, la homosexualidad y la fluidez de género no era algo que realmente se discutiera y por esa razón, aquellas personas que se salían de la norma terminaban siendo duramente juzgadas. Tal fue el caso de Rolandina Ronchaia, un hermafrodita de la Edad Media que sufrió un doloroso final por ser diferente. Descubre su historia.
Rolandina Ronchaia, un hermafrodita de la Edad Media brutalmente juzgado
El hermafroditismo es el término utilizado en la biología para definir a los organismos que poseen a la vez órganos reproductivos usualmente asociados a los dos sexos: femenino y masculinos. En pocas palabras, son los seres vivos que tienen un aparato mixto capaz de producir gametos masculinos y femeninos.
El término proviene de la figura de la mitología griega, Hermafrodito, un hijo de la relación adúltera de Afrodita y Hermes. Sintiéndose culpable por su engaño, Afrodita abandonó al bebé en el monte Ida, donde fue criado por ninfas. Ya convertido en un joven de excepcional belleza, Hermafrodito fue seducido por Salmácide, una ninfa de un lago en el que nadaba desnudo. Salmácide se aferró a su cuerpo y le rogó a los dioses que nunca pudieran ser separados. Así, los dioses los fusionaron en uno solo, con ambos sexos.
Esta condición poco común era aún más desconocida durante la Edad Media, una época donde además había muy poca, o ninguna, cultura sobre la homosexualidad y por este motivo Rolandino Ronchaia sufrió severamente.
Rolandino Ronchaia era un hermafrodita que vivió en Venecia en el siglo XIV. Aunque nació con un pene, Ronchaia desarrolló pechos llenos y tenía una apariencia muy femenina. Fue socializado como un hombre, de manera que en la adultez, contrajo matrimonio con una mujer normal, pero esta unión se vino abajo porque no conseguía tener una erección y consumarlo. Después de que su esposa lo dejara, Ronchaia se mudó a la casa de un pariente en Padua.
Tentado por sus rasgos femeninos, otro invitado sedujo a Ronchaia y mantuvo relaciones sexuales con él. A partir de ese momento, Ronchaia decidió empezar a vivir como mujer. Cambió su nombre a Rolandina, regresó a Venecia y trabajó como prostituta. En Venecia, Ronchaia atrajo a un gran número de clientes, ninguno de los cuales sabía que era un hombre.
Desafortunadamente, Ronchaia atrajo también los ojos de las autoridades de la ciudad. Fue llevado a juicio por una acusación de sodomía, y aunque las autoridades eran conscientes de su condición, Ronchaia fue condenado a ser quemado vivo. Un final terriblemente trágico, fundamentado en la ignorancia del ser humano.
¿Qué te ha parecido esta historia de este hermafrodita de la Edad Media?
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Imágenes: Wikimedia Commons