La religión y el culto a los dioses constituyó una parte fundamental de la vida en las antiguas sociedades Orientales. Los templos necesitaban mucho dinero y muchas manos para mantener su pompa y esplendor y de ahí surgió la figura de las Hieródulas, las prostitutas de los dioses.
Hieródulas, prostituirse para los dioses
La palabra «hieródulo/a» nos ha llegado desde el griego antiguo y significa «esclavo del templo» o «esclavo sagrado». Hasta nosotros ha llegado el nombre que a estas personas les dieron los griegos, pero su función surgió en los cultos orientales especialmente de Asia menor, Siria o Fenicia. Eran hombres y mujeres dedicados como esclavos a esos dioses. Podían ser realmente esclavos y trabajar la tierra o dedicarse a las tareas manuales más bajas relacionadas con los templos, o personas libres que voluntariamente se entregaban al templo en una relación de esclavitud para dedicar su vida a los dioses. A este último grupo pertenecían las hieródulas, mujeres que se prostituían y el dinero conseguido era ofrecido al templo al que pertenecían.
Los templos babilónicos tenían gran cantidad de hieródulos y los reyes entregaban al servicio de los dioses a muchos enemigos capturados y hechos esclavos. También en Babilionia era costumbre enviar a los hijos varones durante un tiempo para servir como esclavo sagrado y a las hijas, para que sacrificasen su castidad como ofrenda a los dioses, hasta el momento de contraer matrimonio. La idea que subyacía a este hecho parecer estar relacionada con la costumbre de ofrecer a los dioses los primeros frutos de cada cosecha.
El culto a la diosa Ishtar, símbolo de la fertilidad y el amor, unía sexo y buenas cosechas. En sus templos, un numeroso grupo de sacerdotisas hieródulas bajo la creencia de que todas las formas de fertilidad estaban relacionadas, mantenían relaciones sexuales con los que acudían al templo a rogar por sus cosechas o su ganado. Creían que el sexo realizado según unos determinados rituales sería agradable a la diosa, que los bendeciría con la abundancia. El fiel después de su relación con la hieródula debía dejar un tributo en el templo.
En Grecia, las hieródulas únicamente estuvieron adscritas al templo de Afrodita, ya que esta diosa tenía un origen oriental y mantenía muchos de los ritos provenientes de esas culturas. En el templo de esta diosa en Corinto habían más de un millar de prostitutas (heteras) hieródulas trabajando para la diosa y al parecer arruinando a muchos hombres que acudían al culto.
Si te ha interesado este artículo, quizá quieras leer:
– La normalizada prostitución en la Grecia Clásica
– Las Qiyän, prostitutas de lujo en Al-Ándalus
Imagen: Rama