Todos, de pequeños, hemos tenido algún miedo. En ocasiones se trataba de un monstruo en nuestro armario o un fantasma colgado de la lámpara de techo. Incluso, a veces, eran los padres los que inventaban esas figuras terroríficas con el único objetivo de mantener a raya a los niños un poco traviesos. Por desgracia, hay ocasiones en que la realidad supera la ficción y lo que parecía tan inofensivo y fantasioso, termina siendo de carne y hueso, para el horror de todos. El hombre del saco real tiene nombre y se llama Cropsey.
Si nos situamos en Staten Island (Nueva York), a mediados del siglo XX, nos daremos cuenta de que era un lugar bastante aterrador para los niños pequeños. La leyenda urbana cuenta la historia de Cropsey, un asesino en serie cuyo objetivo eran niños y niñas de corta edad. Como suele ocurrir con las leyendas urbanas, existen muchas versiones de la misma historia. Sigue leyendo para conocer en qué coinciden y qué fue de este hombre del saco real.
Cropsey, el hombre del saco real, y Willowbrook
La mayoría de versiones sobre el hombre del saco real suelen discrepar en la manera que tenía Cropsey de matar; a veces aparecía empuñando un hacha afilada, otras llevaba un gancho en la mano y, en otras ocasiones, resultaba ser el cuidador de un campamento y tenía el cuerpo cubierto de desagradables cicatrices.
Aunque existen numerosas versiones, hay una característica que se repite en todas ellas y es su origen: la institución Willowbrook State School.
La institución Willowbrook State School se inauguró en 1947 y daba cobijo a niños con discapacidades intelectuales o físicas. Pronto se desbordó, ya que aunque en un principio, podía albergar a unos 4000 niños, llegó a contar, en 1965, con más de 6000.
Por este exceso de pacientes, el estado de quienes debían recibir cuidados por parte de la institución era deplorable: vivían en la miseria e incluso padecían enfermedades infecciosas como la hepatitis, para las que no recibían tratamiento alguno. Para empeorar la situación, se permitió hacer experimentos con ellos.
Robert Kennedy visitó la institución y quedó tan impresionado que la llamó «un pozo de serpientes». No en vano, era un lugar donde los pacientes tenían menos espacio personal que los presos en las cárceles. Afectado por ello, incluso a redactó un plan de mejoras pero no consiguió cambiar nada.
Willowbrook permaneció abierto más allá de los años 80, pero cerró sus puertas definitivamente en 1987. Esta institución nunca gozó de buena reputación entre los habitantes de Staten Island. Pero en realidad la institución, si bien era culpable de negligencia, nada tenía que ver con las historias de auténtico terror que se tejían a su alrededor. Se cree que el culpable de estos horrores estaba relacionado con Willowbrook, pero era un hombre que actuaba por su cuenta. El hombre del saco real, Cropsey, se llamaba Andre Rand y era uno de los empleados de la institución.
El hombre, el monstruo
Como te decíamos, el hombre del saco real tiene nombre y es Andre Rand, el conserje de Willowbrook. Rand se sentía tan ligado a la institución que incluso llegó a acampar en los bosques de alrededor, para permanecer cerca de ella.
En 1969 fue detenido por el asalto a una niña y fue encarcelado por 11 casos más de secuestro. Llegó a cumplir su condena, pero eso no le impidió, una vez en libertad, seguir escalando en sus atrocidades. Se denunció la desaparición de Jennifer Schweiger, de 12 años, el 9 de julio, y un testigo aseguró haber visto a Rand alejando a Schweiger de su casa, tomados de la mano. Ante estos testimonios, Rand finalmente confesó habérsela llevado. 35 días después de que fuera denunciada la desaparición de Jennifer, su cuerpo se encontró enterrado a poca profundidad, en los terrenos de Willowbrook.
Nunca se recibió castigo por el asesinato de Schweiger por falta de pruebas, pero sí fue condenado a 25 años de prisión por su secuestro. Se creyó que el caso de Jennifer no era el único y que seguramente el hombre del saco real era el responsable de otras desapariciones; Alice Pereia, de 5 años, desapareció en 1972 del vestíbulo del edificio de apartamentos de su familia, donde en ese momento Rand trabajaba como pintor. Holly Ann Hughes también fue secuestrada de manera similar, aunque en su caso, algunos testigos aseguraron haber visto a Rand con la niña en su coche. De manera similar, Tiahease Jackson, de 11 años, y Henry Gafforio, de 21, desaparecieron poco después de ser vistos con Rand o con un hombre que coincidía con la descripción de este.
De todas estas desapariciones, solo el caso de Jennifer Schweiger fue cerrado porque se encontró el cuerpo. Aun así, en 2004, Rand el hombre del saco real, fue condenado a otros 25 años de prisión por el secuestro de esos niños. Hasta 2037 no será posible que el hombre del asco real disfrute de la libertad condicional. Aunque realmente no haya seguridad de que Rand asesinara a todos esos niños, cabe decir que los indicios son tan claros, que vale la pena alejar al llamado hombre del saco real de las calles una buena temporada. ¿No crees?
¿Qué te ha parecido la historia del hombre del saco real? ¿Crees que es acertado el mote? Cuéntanos que miedos tenías tú de pequeño, ¿monstruos, espíritus, el hombre del saco…? Sin duda, a veces, la realidad supera en crueldad a nuestras peores pesadillas. Si conoces más historias parecidas, escríbenos un comentario y trataremos de investigar esos casos que te atemoricen y que suenen a pura ficción por la inquietud que nos remueve por dentro al saber de ellos.