La malaria es una enfermedad transmitida por los mosquitos; sin embargo, éstos tan solo son portadores del parasito que causa la enfermedad. ¿Es posible rastrear el verdadero origen de ésta?, ¿cómo y cuándo migró de las especies animales a la humana? Para poder hacerle frente a este mortífero padecimiento que todavía hoy en día causa más de medio millón de muertes al año es crucial hacerle seguimiento a su origen.
El SORPRENDENTE origen de la malaria
Un grupo de científicos descubrió que la forma más letal de la malaria proviene de los gorilas. En este sentido, los investigadores descubrieron, a través de unas muestras fecales del animal, que el parásito P. falciparum, que ataca al ser humano era sumamente parecido a uno de los tres parásitos presente en las heces del gorila.
Este descubrimiento anuló suposiciones anteriores que apuntaban hacia los chimpancés como los primeros portadores de la malaria. Se estableció formalmente a los gorilas como la especie animal portadora del parásito que genera la enfermedad.
En conclusión, un zancudo picó a un gorila infectado y luego ese mismo zancudo picó a un humano, posteriormente la enfermedad se propagó rápidamente a toda nuestra especie. Pero, ¿cuándo ocurrió la migración de la enfermedad a los seres humanos? Para poder descubrirlo debieron estudiar los trazos del Plasmodium del gorila, para lo cual necesitaban varias muestras de sangre y así poder determinar las secuencias del genoma y el momento de la transmisión.
El único problema para poder determinar el momento de la transmisión de la enfermedad era el obtener las muestras de sangre de gorilas salvajes. En su defecto, el grupo de científicos estudió la sangre de los chimpancés, la cual, afortunadamente también posee tres clases de Plasmodium.
El resultado de la investigación publicado en la revista Nature Communications arrojó que la transmisión de la enfermedad es reciente. Los especialistas explican que la misma debió ocurrir hace aproximadamente 10.000 años, ya que si hubiese sido antes el parásito humano presentaría una mayor diversidad de mutaciones, tal como lo presentaba las muestras del chimpancé. En este sentido, uno de los coautores del estudió, Paul Sharp, explica:
“Descubrir que estos chimpancés tienen mucha más diversidad genética es algo que enfatiza la poca diversidad que tienen los parásitos humanos”
Este descubrimiento representa un gran avance en el estudio de la malaria, enfermedad que cobra un aproximado de 500.000 vidas cada año. Conocer su origen y momento de transmisión es vital para poder entenderla y hacerle frente de formas más efectivas.
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