Jessica Cox es una de esas mujeres que crean tendencia y que son todo un ejemplo de superación, y fortaleza interior. No tiene brazos, eso es algo que ya habrás visto en las imágenes, no obstante, estamos seguros de que en la imágen que encabeza este artículo hay dos aspectos que te han llamado aún más la atención.
Su sonrisa, y el avión que hay a su espalda. Jessica es piloto y una mujer feliz. No necesita alas para volar… Y eso, es algo que no todos podemos decir. ¿Te gustaría saber cómo lo hace?
Jessica Cox, una mujer que toca el cielo con sus pies
En efecto, sus pies son sus manos y su herramienta para moverse por carretera y guiar los mandos de las avionetas en las que sobrevuela los cielos de todo el mundo. Ahora bien… ¿cuál es su historia? ¿qué ha hecho que esta atractiva mujer de 32 años no tenga brazos?
No, no fue algo traumático. Jessica nació así. Fue una extraña enfermedad genética la que determinó que naciera de esta forma, sin brazos pero con mucha fuerza y determinación. A día de hoy vive en Tucson, Arizona, y por si no fuera bastante con haber obtenido su licencia de vuelo y su carnet de piloto, esta mujer cuenta también con su licencia de conducir, su certificado como buceadora y… ¡Es cinturón negro!
Podríamos decir sin equivocarnos que el haber nacido con esta limitación física fue un aspecto sobre el cual luchar cada día para ser igual al resto, o más aún, demostrar «al resto del mundo» que una minusvalía física no nos hace minusválidos para disfrutar y sacar el máximo partido de la vida.
Con este espíritu tampoco te extrañará que a día de hoy Jessica se gane la vida dando discursos motivacionales y ayudando a personas que como ella, tienen alguna limitación física que pone ciertas barreras en su día a día. Cuando acude a estas reuniones, o a los centros en que hay alumnos con alguna discapacidad, suele hablar de cómo fue su vida.
A pesar de las burlas del primer día cuando entró a su primera clase de Taekwondo, y de las dudas de sus compañeros al ver a una niña sin brazos, no dudó en hacer oídos sordos y dar fuerza y flexibilidad a sus piernas. ¿La razón? Tenía muy claro que esos pies debían convertirse en sus manos, así que hizo de las burlas su rabia, y del escepticismo de los demás su motivante para demostrarles que se equivocaban. Que ella era capaz de todo.
Y así fue. Con 14 años consiguió su cinturón negro. Ahora bien… ¿terminó aquí su camino? ¿Fue el momento en que pudo hacer de sus pies sus manos, y de su habilidad su forma de libertad? En absoluto. Quedaba aún fortalecer su mente y aprender estrategias para esos días en que el desánimo llamaba a su puerta. Llegado el momento se licenció en Psicología.
Es una buena oradora y una persona que por encima de todo… adora volar. Nadie es tan libre como allí arriba, en la soledad de la cabina viendo la inmensidad de ese mundo acostumbrado a poner barreras ajenas. En el cielo y con su avión, Jessica no necesita manos, porque tiene alas, porque sus pies son sus armas y porque se vale por sí misma.
¿Siguiente reto en la vida de Jessica Cox? El paracaidismo. Y recuerda, si te ha gustado este artículo descubre también a la madre más joven del mundo.¡Solo 5 años!