¿Existe la vida después de la muerte? Según la científica Elizabeth Kübler-Ross sí existe. Esta psiquiatra suiza recabó miles de testimonios de personas que estuvieron clínicamente muertas y regresaron a la vida, descubre algunas de las historias más impactantes.
Experiencias extracorpóreas
Muchas personas que han estado al borde de la muerte aseguran haber vivido experiencias extracorpóreas en las cuales flotaban por encima de sus cuerpos y podían ver con todo lujo de detalles lo que sucedía en la habitación, otras tantas afirman haber estado en presencia de Dios, al que describen como una luz al final de un túnel, puente o pasaje.
Lo cierto es que la doctora Elizabeth Kübler-Ross se dedicó a estudiar los testimonios de miles de personas moribundas y sus conclusiones son sorprendentes, más aún tomando en cuenta que la doctora Kübler-Ross fue una de las científicas más respetadas de su época. Elizabeth se graduó en psiquiatría en los Estados Unidos y recibió a lo largo de su carrera más de 23 doctorados honoríficos.
La doctora Elizabeth Kübler-Ross se dedicó a estudiar miles de casos alrededor del mundo, siempre tomando en consideración aspectos como la edad, sexo, religión y raza. La paciente más joven en participar fue una pequeña de 2 años y la más anciana una señora de 97 años.
Los casos más impactantes
“El primer caso que me asombró fue el de una paciente de apellido Schwartz, que estuvo clínicamente muerta mientras se encontraba internada en un hospital. Ella se vio deslizarse lenta y tranquilamente fuera de su cuerpo físico y pronto flotó a una cierta distancia por encima de su cama. Nos contaba, con humor, cómo desde allí miraba su cuerpo extendido, que le parecía pálido y feo. Se encontraba extrañada y sorprendida, pero no asustada ni espantada. Nos contó cómo vio llegar al equipo de reanimación y nos explicó con detalle quién llegó primero y quién último. No sólo escuchó claramente cada palabra de la conversación, sino que pudo leer igualmente los pensamientos de cada uno. Tenía ganas de interpelarlos para decirles que no se dieran prisa puesto que se encontraba bien, pero pronto comprendió que los demás no la oían. La señora Schwartz decidió entonces detener sus esfuerzos y perdió su conciencia. Fue declarada muerta cuarenta y cinco minutos después de empezar la reanimación y dio signos de vida después, viviendo todavía un año y medio más. Su relato no fue el único. Mucha gente abandona su cuerpo en el transcurso de una reanimación o una intervención quirúrgica y observa, efectivamente, dicha intervención”.
La doctora explica que tuvo numerosos casos de pacientes que estuvieron envueltos en un accidente y pudieron describir con precisión cómo y quién los sacó del automóvil, así como también pudo ser testigo de personas que pudieron dar el número de matrícula del vehículo que los atropelló mientras el mismo se daba a la fuga y la víctima estaba clínicamente muerta.
Según la doctora Elizabeth la muerte no existe, es solo un proceso en el cual se deja el cuerpo, como la transformación de una mariposa cuando deja su capullo de seda. Afirma que los pacientes que tuvieron una experiencia cercana a la muerte no sienten ningún tipo de temor a morir, puesto que afirman que nunca antes se sintieron tan bien, sanos y en paz consigo mismos.
Otro de los casos más emblemáticos es el de una niña de 12 años que estuvo clínicamente muerta, al despertar le dijo a su padre que sintió cómo su hermano la abraza con profundo amor pero lo que la niña no podía entender es que no tenía ningún hermano, era hija única, fue entonces cuando su padre rompió en llanto y le confesó que de hecho sí había tenido un hermano, pero que el mismo había fallecido 3 meses antes de que ella naciera.
La doctora afirma que “en varios casos de colisiones frontales, donde algunos de los miembros de la familia morían en el acto y otros eran llevados a diferentes hospitales, me tocó ocuparme particularmente de los niños y sentarme a la cabecera de los que estaban en estado crítico. Yo sabía con certeza que estos moribundos no conocían ni cuántos ni quiénes de la familia ya habían muerto a consecuencia del accidente. En ese momento yo les preguntaba si estaban dispuestos y si eran capaces de compartir conmigo sus experiencias. Uno de esos niños moribundos me dijo una vez: «Todo va bien. Mi madre y Pedro me están esperando ya.» Yo ya sabía que su madre había muerto en el lugar del accidente, pero ignoraba que Pedro, su hermano, acababa de fallecer 10 minutos antes”.
Personas que sufrían de algún tipo de parálisis aseguraban poder bailar en esa otra vida, una niña con cáncer afirmó verse de nuevo con su hermosa cabellera. Muchos colegas de Elizabeth refutaban todas estas experiencias asegurando que simplemente se trataban de alucinaciones y de proyecciones del deseo provocadas por la falta de oxígeno en el cerebro; sin embargo, habían casos completamente inexplicables, en el que personas ciegas podían describir con precisión la habitación donde fueron tratadas:
“(…)algunos pacientes que sufrían de ceguera total nos contaron con detalle no sólo el aspecto de la habitación en la que se encontraban en aquel momento, sino que también fueron capaces de decirnos quién entró primero en la habitación para reanimarlos, además de describirnos con precisión el aspecto y la ropa de todos los que estaban presentes”.
¿Crees que existe la vida después de la muerte? ¿Conoces algún caso de personas que hayan pasado por esta experiencia?