Cuando decimos que la Coca-cola mexicana tiene un sabor diferente y especial, nuestros seguidores de este país sabrán sin duda a qué nos referimos.
Todo mexicano que resida en Estados Unidos conocerá de sobra su existencia, de hecho, restaurantes de vanguardia como el «Nomofuku Noodle» de Nueva York, suele servir sus botellines a un precio de 5 dólares. Algo caras, no cabe duda, pero él responsable de este local se defendió en twitter de la siguiente forma: Coca-Cola mexicana = difícil de obtener en NYC + cuesta $.
Claro y conciso. Ahora bien, pero ¿a qué se debe que la Coca-Cola elaborada en México sea diferente y más apreciada por muchos consumidores? Te lo explicamos a continuación.
¿Por qué tiene tanto éxito la coca-cola mexicana en Estados Unidos?
Las voces más críticas suelen decir que consumir la Coca-Cola de México es una forma de reivindicar su cultura, y si muchos hispanos se inclinan a elegirla a ella también en lugar de la que se fabrica y embotella en territorio norteamericano, se debe más que nada a la nostalgia.
No obstante, no se trata de nada de esto. La Coca-Cola de México o la «MexiCoke» se elabora con azúcar de caña, mientras que la de Estados Unidos, se hace con jarabe de maíz. Son dos edulcorantes, y como tal, no debería notarse la diferencia, pero la hay, o al menos así lo indican muchos consumidores.
La compañía con base en Atlanta afirma que el sabor no cambia, que nada es distinto en el producto final, pero hay todo un movimiento social que ensalza la MexiCoke porque cuando uno la bebe, nota una sensación «más natural».
Ahora bien, puede que te preguntes la razón por la cual unos y otros están en la actualidad produciendo el refresco más famoso del mundo, con edulcorantes distintos. Bien, para entender el origen debemos coger la máquina del tiempo e ir hasta la década de los 80. Fue en esta época cuando EEUU empezó a otorgar numerosos subsidios a los productores de maíz, consiguiendo que sus derivados fueran más económicos, en especial «el sirope de maíz». Con ello, se potenciaba más el sabor y se reducían costes.
También hemos de tener en cuenta la competición que ha existido siempre en materia de azúcar entre México y Estados Unidos, y si algo tenía claro el primero es que no iba a permitir que entrara al país jarabe o sirope de maiz, llegado de territorio norteamericano para elaborar la Coca-Cola. México tenía su propio azúcar, y lo mejor era elaborar el famoso refresco con azúcar de caña y no sirope. Así pues, a finales de los 90 se intentó aplicar un impuesto adicional a la entrada del sirope de maíz, pero la OMC, organización mundial del comercio, vetó este intento, esta tasa sobre el producto americano.
Hasta 2005 la bebida se conseguía mediante importaciones de intermediarios. Ahora bien, el salto cualitativo se dio a finales de ese año, cuando Arca Continental, la embotelladora de Coca-Cola en México, se decidió finalmente a exportarla a distribuidores al norte de la frontera. ¿Por qué no? El éxito no tardaría en llegar, de hecho, se sabe que su crecimiento es imparable.
A ello hemos de añadirle un elemento más: El refresco se comercializa en las clásicas botellas de vidrio, algo que hoy en día ya no es tan común, puesto que estamos acostumbrados a beber coca-cola en latas. Para muchos, lo que se intenta explotar así es «la nostalgia» en la mayoría de hispanos que residen en suelo norteamericano. Para otros, no es más que una reacción al sistema a través de la marca más conocida, no obstante, lo único que parece quedar claro es lo siguiente:
La MexiCoke tiene un precio más alto y se vende, los consumidores la aprecian y su éxito crece. ¿Se deberá entonces a ese sabor más natural del azúcar de caña?
No dudes en dejarnos tus opiniones, en decirnos si la has probado y si de verdad, notas la diferencia.