Esta es una de esas historias que nos encanta compartir contigo. Estamos en China, y los protagonistas de esta noticia que debería compartirse en todo el mundo, son dos amigos que hacen frente a esas visicitudes que de vez en cuando, trae la vida sin que sepamos muy bien por qué. Sus nombres son Jia Haixia y Jia Wenqi, y entre los dos han plantado ya más de 10.000 árboles.

¿Su finalidad? Ofrecer prosperidad, ofrecer vida a terrenos yermos para que de esta forma, la población obtenga nuevas oportunidades. Porque si hay algo que conocen en piel propia estos amigos, es que el destino puede ser cruel en ocasiones, pero todos merecemos aportar nuestro granito de arena e iniciar una nueva vida con energía y determinación, sea cual sea nuestra situación.

Tú serás mis ojos, yo seré tus manos

Haixia y Wenqi tienen 53 años y son grandes amigos. No obstante, su amistad no se remonta a la infancia, ni a la universidad, ni a vivir en la misma calle o el mismo edificio. Su vínculo se establece por esa fatalidad que, de un día para otro, cambió sus vidas.

Son amigos desde hace 14 años, cuando se encontraron en un centro de empleo rellenando una solicitud para personas con invalidez. Para comprender mejor la realidad de estos dos hombres empezaremos por Haixia. Nació con cataratas congénitas y, si bien es cierto que hasta no hace mucho pudo llevar una vida normal siendo ciego solo de un ojo, en el 2000, tras un accidente laboral acabó perdiendo la visión del otro. Su mundo quedó suspendido en las tinieblas para siempre.

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Wenqi, por su parte, hace mucho que ha integrado su estado, su limitación, su invalidez. Con sólo tres años y tras un accidente, perdió los dos brazos. Aquel encuentro en la oficina de empleo creó una unión especial entre ellos, no sólo eran conscientes de que juntos formaban una gran persona bastante productiva a nivel laboral, sino que además, ambos adoran la naturaleza.

Debían hacer algo, debían dar ejemplo y demostrarse primero a sí mismos y luego al mundo, que podían ser útiles y dejar un hermoso legado a la naturaleza y a sus propios vecinos. ¿Imaginas qué hicieron Wenqi y Haixa? Compraron 3 acres de terreno, o mejor dicho, lo «arrendaron», porque no podemos olvidar que esta historia acontece en China. Así pues, día tras día y mes tras mes, han conseguido plantar ya más de 10.000 árboles.

«Tú eres mis ojos y yo soy tus brazos», ése es el lema, ésa es su fuerza y la magia que está dando forma a un nuevo espacio verde que será el futuro de los vecinos.

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Se levantan muy temprano cada día, haga frío o calor. Wenqi deja que las mangas inservibles de sus camisas sean esa «cuerda» que guía a su amigo ciego en el transcurso de su misión. Verlos cada mañana es todo un ejemplo de valentía, de ilusión.

Para llegar a su terreno, deben cruzar un río, así que Wenqi carga sobre sus espaldas a Haixa y avanzan poco a poco. Más tarde buscan esquejes, y para ello, Wenqi le indica a su compañero dónde alcanzarlos, y éste. los va cogiendo. Es una tarea compleja que requiere tiempo, paciencia y mucha dedicación, de ahí que lleven ya 7 años cumpliendo este sueño que por supuesto, no tendrá fin, y que llevarán a cabo hasta que no tengan fuerzas, hasta que uno ya no pueda ser el guía del otro.

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Una historia maravillosa que nos han conmovido. ¿Estás de acuerdo? Esperemos encontrar más como esta para compartirla contigo. Y recuerda, si te ha gustado este artículo te recomendamos leer también la de Iris Grace, la increíble niña pintora con autismo.