Fueron muchos los exploradores que buscaron incansablemente esta mítica ciudad, un reino en donde el oro era tan abundante que cubría cada espacio de la misma. ¿Existió alguna ciudad con estas características? ¿Cómo se originó la leyenda de El Dorado?
La leyenda de El Dorado
El origen de la leyenda de El Dorado se remonta al año 1530, cuando un indio le reveló a los conquistadores españoles de la existencia de una ciudad con abundantes reservas de oro, específicamente les contó sobre los rituales que realizaba el cacique Guatavita, despertando el interés y la codicia de los españoles, quienes rápidamente comenzaron la búsqueda de este reino.
La historia comienza cuando el conquistador Gonzalo Jiménez de Quesada, descubre al pueblo indígena de los Muiscas, quienes habitaron el altiplano cundiboyacense y el sur del departamento de Santander, en Colombia.
Los rituales de un supuesto cacique dorado que cubría su cuerpo con polvo de oro y luego se lanzaba al agua de la laguna Guatavita, como un honor a los dioses, fue cobrando cada vez más fuerza. De hecho, los hombres de Sebastián de Belalcázar, explorador y conquistador español, fueron quienes llevaron los rumores de un supuesto “Indio dorado” y “Rey dorado” hasta la ciudad de Quito.
Pronto, la leyenda de El Dorado cobraría vida y más fuerza que nunca. El primer hombre enviado por la corona española para encontrar este mítico reino fue Don Ángel Guerra, quien pese a los esfuerzos y constantes recorridos por el Amabaya no pudo encontrar a tan famosa ciudad.
En el año 1540, partieron desde Cuzco, Don Francisco de Orellana y Don Gonzalo Pizarro en busca de El Dorado. Dos años después regresa a Quito Gonzalo Pizarro, quien además de no haber encontrado a la ciudad de oro. Tanto él como sus hombres pasaron por toda clase de penurias y calamidades: picaduras de insectos, mordeduras de reptiles, enfermedades tropicales y hambre. Exploraciones desde Santa Marta (Colombia) y Coro (Venezuela) también salieron en la búsqueda de esta ciudad de ensueño sin resultado alguno.
Walter Raleigh fue el primer explorador inglés en emprender la búsqueda de El Dorado, navegó por el río Orinoco, que actualmente pertenece a Venezuela y hacia el interior llegó a encontrar algunos objetos de oro; sin embargo, nunca encontró la famosa ciudad de oro.
Las lagunas sagradas
Cuando los exploradores llegaban a la sabana de Bogotá, pronto se daban cuenta que la ciudad de oro no existía, a pesar de ello se apropiaban de los tesoros de las poblaciones muiscas. Luego escucharon los rumores, por parte de los indios que capturaban, sobre los tesoros que guardaba la laguna de Guatavita.
Estas historias llevaron a los exploradores a hacer varios intentos para desaguar la laguna. Hernán Pérez de Quesada fue el primero en drenar la laguna, al hacerlo consiguió el equivalente a tres o cuatro mil pesos de oro. En el año 1652 un importante mercader de Bogotá, llamado Sepúlveda, obtuvo el permiso por parte del rey Felipe IV para realizar una nueva búsqueda, de este drenaje sólo obtuvieron una valiosa esmeralda. Finalmente, una compañía inglesa procedió a desaguar completamente la laguna, además de unas cuantas capas de lodo, encontraron algunas esmeraldas y objetos de cerámica.
La laguna Siecha también fue parcialmente drenada por los señores Joaquín y Bernardino Tovar en 1856, que descubrieron varias esmeraldas y algunas piezas de oro. El último intento para desaguar a la laguna Siecha fue en 1870, cuando Crowther y Enrique Urdaneta perforaron más de 187 metros de roca, pero cuando apenas faltaban escasos 3 metros para terminar el túnel, ambos hombres murieron asfixiados por las emanaciones del lodo y el olor de la pólvora utilizada para la excavación.
Sin duda alguna, una de las leyendas más famosas alrededor del mundo que todavía hoy en día causa intriga, ¿llegó a existir este mítico reino? El Dorado, ¿leyenda o verdad?