La leyenda de Rómulo y Remo es la primera gran leyenda de Roma, y versa sobre su fundación, por allá en el año 753 antes de Cristo, antes de que el mundo fuera mundo, redondo, conformado por varios continentes, cuando los Griegos se creían el centro del universo y los romanos apenas gateaban, para luego destronarlos. Es, sin duda, la leyenda más importante de Roma, y versa sobre dos hermanos, nietos de Numitor, quien era descendiente de un héroe troyano y legítimo rey, según se cuenta, de la ciudad de Alba Longa. Pero Numitor tenía un hermano, Amulio, y, como suele pasar en estas tramoyas familiares, Numitor fue destronado por Amulio.
Amulio, para asegurarse de que nadie le viniera a reclamar el trono luego, condenó a la hija de Numitor, Rea Silvia, a ser sacerdotisa y, por lo tanto, una virgen perenne, incapaz de dejar tras de sí descendencia. Sin embargo, la historia lo demuestra, estas tácticas de reyes que destronan reyes suelen dejar siempre un cabo suelto, y de ese cabo suelto, en este caso la propia hija de Numitor, además de los dioses, surge una revuelta, una revolución que cambia el curso de la historia y que, en esta anécdota, termina por fundar Roma. En Supercurioso queremos ver junto a ti qué ocurrió.
La leyenda de Rómulo y Remo
Según cuenta la leyenda, Rómulo y Remo son hijos de Marte, el dios de la guerra romano, quien, furioso contra Amulio, engendró en Rea Silvia a sus dos cachorros. Para salvarlos, Rea Silva tuvo que abandonar a sus hijos en el río Tíber, en una canasta, en la que las aguas los llevaron a encallar cerca del océano. Ahí los encontro Luperca, una loba que se acercaba a beber del río, y esta misma los sacó de la canasta, los llevó a su guarida y ahí alimentó a los hijos de Marte, y los crió, hasta que fueron nuevamente encontrados por un pastor. De ahí la tan afamada leyenda de los niños que habían sido resguardados por una loba.
El resto es historia los bebés crecieron y conocieron su verdadera identidad, luego, juntando sus fuerzas con las de Numitor, su abuelo, fueron a darle un golpe a Amulio, quien fue destronado, tras lo cual Numitor fue restituido como rey de Alba Longa. Pero la leyenda de Rómulo y Remo no llegó hasta ahí, sino que se hicieron grandes por otra de sus hazañas: la fundación de Roma.
1. La Fundación de Roma
Una vez restituido Numitor como rey de Alba Longa, los hermanos decidieron fundar su propia ciudad, y escogieron para su fundación el punto del Tíber donde la loba los había encontrado y amamantado. Sin embargo, esta idea desembocó en disputa, pues, siendo gemelos, ninguno era propiamente el primogénito, y, por lo tanto, no sabían según quién debían nombrar la ciudad ni, mucho menos, quién debía ser el primero en gobernar la nueva polis. La leyenda de Rómulo y Remo, en este punto, es un poco confusa, pero lo que ocurre luego es que, tras la fundación de Roma y la disputa de los hermanos, que nunca lograron ponerse de acuerdo, Remo es asesinado y Rómulo se convirtió en el rey indiscutible, alcanzándole a ponerle a la ciudad Roma, en su honor.
2. El Rapto de las Sabinas
El Rapto de las Sabinas es otra parte de la leyenda de Rómulo y Remo, o, mejor dicho, la leyenda de Rómulo, pues para entonces Remo ya reposaba bajo tierra. Es una historia casi jocosa, pues tras la fundación de Roma, Romulo notó que en su ciudad abundaban los hombres, pero faltaban las mujeres, y que, de seguir todo de esa manera, su ciudad no podía sino perecer, al no tener descendencia que dejar.
Por ello, Rómulo planificó una gran fiesta, a la que invitó a sus amigos, Los Sabinos, un pueblo grande de un reino cercano, y los emborrachó, festejo con ellos, en medio de juegos y un gran festival, hasta que llegó el momento y todos los guardias de Roma salieron, desarmaron a los mareados sabinos, y se llevaron a sus mujeres para abastecer al pueblo romano.
Aquello hubiese terminado en disputa y guerra, si no hubiese ocurrido que las mujeres sabinas, muchas de ellas, se enamoraran de sus captores, poniéndose ellas mismas, en el día de la batalla, entre los soldados romanos y los guerreros sabinos, para evitar la confrontación. Para saber más, lee nuestro artículo sobre El rapto de las Sabinas.
La leyenda de Rómulo y Remo concluye con la muerte de Rómulo, en medio de una poderosa ventisca, en la que se dice que se desvaneció. Nadie lo volvió a ver, dicen. La leyenda de Rómulo y Remo es, entre otras cosas, una fascinante historia, en la que lo mitológico y lo real se funden en uno solo: un ejemplo de cómo un hombre puede convertirse en mito, en lo propiamente irreal, dentro del imaginario colectivo de las personas.
Es una historia que nos dice medias verdades (como dato curioso, algunos historiadores asocian la palabra «lobo» a la palabra «puta», de hecho, de esa misma similitud viene la palabra «lupanares», lo que hace pensar a algunos teóricos que Rómulo y Remo en verdad fueron amamantados por prostitutas, convertidas en lobas dentro del mito), y que está embelesada con fascinantes escenas, y que en el fondo confunden la realidad con lo mitológico.
Quizá nunca lleguemos a saber la verdadera historia de Rómulo y Remo, quién habrá sido su verdadero padre, cómo habrán sobrevivido, cómo habrá muerto Remo, son incógnitas que quedan para la historia, y que seguirán alimentando nuestra imaginación durante siglos: nos quedamos solo con la leyenda de Rómulo y Remo.