Según los expertos en el área, todo el mundo puede explicarse con matemáticas. Más aun, todo el universo puede ser explicado con matemáticas. Se trata de un campo vastísimo e interesantísimo del saber humano, siempre que se sepa apreciar de tal manera. Sin duda, son muchas las curiosidades matemáticas que nos sorprenden a diario, sobre todo por la estrecha relación que los números, una abstracción creada por el ser humano, guardan con la naturaleza que nos rodea y de la que hemos intentado aprender. Y una de las curiosidades que más nos ha llamado la atención en Supercurioso es la secuencia de Fibonacci, una pequeña fórmula que se encuentra tan presente en la naturaleza que nos impresiona. ¿Sabes qué es la sucesión de Fibonacci? Acompáñanos a descubrirlo.
¿Qué es la sucesión de Fibonacci?
Ahora bien, ¿qué es la sucesión de Fibonacci? Si alguna vez has oído hablar de esta pequeña ecuación matemática entonces probablemente ya sabes lo asombroso que resulta pensar en que exista una fórmula capaz de aplicarse a tantas cosas. De hecho, se dice que esta fórmula puede llegar a definir el propio universo, aunque quizá se trate de una exageración. Después de todo, los científicos, investigadores y creadores del área de las ciencias duras también tienen alma de poeta, y les gusta dota de desmesurada hermosura algo tan rígido, abstracto y serio como los números. Pese a ello, te podemos asegurar que las particularidades de esta fórmula van mucho más allá de la rigidez de un plano o una calculadora, ya que se trata de un constructo majestuoso que inspira a artistas, arquitectos y que se encuentra muy presente en la naturaleza.
Pero, ¿de qué se trata esta famosa fórmula? Y, ¿por qué se ha vuelto tan famosa? Pues bien, para entenderlo primero tenemos que ponernos un poco en contexto y conocer la historia de la sucesión de Fibonacci.
1. Una fórmula hindú aplicada a la naturaleza
Usualmente la secuencia de Fibonacci se le atribuye a Leonardo de Pisa, un matemático italiano que, a su vez, era hijo de otro importante matemático de este país. A Leonardo de Pisa se le conocía como hijo de Boanccio o como Fibonacci, de donde viene el nombre de la secuencia que hoy en día podemos encontrar en todas partes (aunque no nos demos cuenta). Esta fórmula, no obstante, no es de autoría del pensador italiano; nada más lejos de la realidad. La verdad es que esta fórmula ya se encontraba en diversos textos hindúes cuando Leonardo de Pisa la «redescubrió». Entonces, ¿por qué se le atribuye a él? Pues porque si bien él no la creó, sí fue él quien le dio la aplicación adecuada.
Y es que Leonardo de Pisa fue el primero en aplicar esta fórmula en la naturaleza, y este fue el punto verdaderamente revelador de la fórmula, pues mientras mejor la examinaban los distintos matemáticos, más notaban que esta abstracción matemática se encuentra en todos lados en el mundo natural, y que, por lo tanto, lejos de ser una pura abstracción se trataba de una manera matemática de representar importantes rasgos del mundo. Descubierta a principios del siglo XIII de nuestra era, este ha sido uno de los aportes principales que se han hecho a la matemática, e incluso en la actualidad la sucesión de Fibonacci se ha mantenido como una fórmula vigente y relevante.
2. ¿Qué es la sucesión de Fibonacci y de qué trata?
Aunque las matemáticas a veces nos asusten un poco, la verdad es que la sucesión Fibonacci es fácil de entender y divertida de descubrir. No, no tiene excesivas complicaciones, simplemente se trata de una sucesión matemática infinita basada en números naturales que se suman de dos en dos a partir de 0 y 1. Un ejemplo de la secuencia de Fibonacci sería más o menos así: 0, 1, 1, 2, 3, 4, 5, 8, 13, 21, 34. O, para explicarlo mejor: 0+1=1 ; 1+1=2 ; 1+2=3; 2+3=5 ; 3+5=8, y así sucesivamente en una secuencia que se puede extender hasta el infinito. Pues bien, esto es relativamente sencillo de entender, lo verdaderamente complicado es ver cuál es su aplicación en la vida real.
Pues bien, ya vimos qué es la sucesión de Fibonacci, pero, ¿por qué Fibonacci la aplicó en la naturaleza. La primera aproximación que este matemático italiano tuvo con esta fórmula fue por los conejos. ¿Conejos? Sí, conejos. Fibonacci quería saber qué ocurriría si una pareja de conejos, que al mes ya están listo para procrear, tuvieran una nueva pareja de conejos cada mes, y al mes siguiente otra, y así sucesivamente, de manera que las nuevas parejas también tuvieran, a su vez, nuevas crías al mes. De esta manera Fibonacci aplicó esta sucesión a la naturaleza, y vio que fue útil para responder a muchas preguntas. Leonardo de Pisa fue, sin duda, una de esas grandes mentes matemáticas.
3. Aplicaciones de la sucesión de Fibonacci
Ya hemos visto qué es la sucesión de Fibonacci y de qué trata, pero ahora nos toca develar la razón por la que realmente es sorprendente: su aplicación al mundo real. Y es que esta fórmula sirve para mucho más que contar conejos, ya que es, de hecho, la expresión matemática de muchas cosas que encontramos en el mundo real. ¿Coincidencia o la expresión de un mundo netamente matemático? Vamos a verlo.
Lo realmente singular de este principio matemático es lo común de su presencia en las múltiples cosas del universo. Miremos algunos pocos ejemplos al respecto para notarlo: los girasoles, por ejemplo, suelen tener 55 espirales en un sentido, y 89 en el otro o, en todo caso, pueden tener 89 de un lado y 144 del otro. A simple vista esto no parece nada sorprendente, pero si hacemos las cuentas según la secuencia de Fibonacci, entonces nos daremos cuenta de que encaja perfectamente. El caso de los girasoles no es ni de cerca un hecho aislado, todo lo contrario, estos ejemplos los podemos ver en muchos lados de la naturaleza.
Las margaritas también representan a su manera esta misma fórmula matemática. Por ejemplo, sus semillas vienen de 21 y 34 espirales. Las piñas son otro gran ejemplo, ya que sus espirales centrales se suceden en 21 y 34 espirales, al igual que lo vimos en las semillas de las margaritas. Un ejemplo más, para que notemos lo frecuente que es, son las conchas de los moluscos, pues en ellas vemos también una sucesión perfecta que cumple con esta fórmula matemática.
También en el cuerpo humano se cumplen los números de la sucesión de Fibonacci: la relación de nuestra altura y la altura desde nuestro ombligo, la distancia que hay de nuestros hombros hasta nuestros dedos o la relación entre las articulaciones de nuestras manos y pies, todo esto parece haber sido diseñado por esta perfecta fórmula matemática. Artistas como Leonardo da Vinci y Miguel Ángel, de hecho, se interesaron bastante en este concepto, y de ahí que en sus más grandes obras se cumpla esta disposición entre la altura y la anchura de las personas y los objetos. E incluso algunos músicos, como Mozart y Beethoven, utilizaron esta fórmula para componer algunas de sus mejores sonatas.
Increíble, ¿no crees? ¿Qué te ha parecido nuestro artículo sobre qué es la sucesión de Fibonacci? ¿Conocías esta fórmula que se encuentra en muchas partes de la naturaleza? ¿A qué crees que se deba? Déjanos tu opinión en los comentarios, ¡estaremos deseando leerte!