La muerte es un suceso que, sin importar las circunstancias o elementos involucrados, siempre contendrá cierto misticismo y preguntas sin resolver. Cuando la muerte envuelve a un personaje famoso o figura pública, en ocasiones, el evento suele convertirse en luto global y más cuando se trata de un personaje religioso. Tal es el caso del papa Juan Pablo I. Adéntrate a conocer la historia de su misterioso fallecimiento
Albino Luciani, devoto de Dios
El papa Juan Pablo I (Nombre secular Albino Luciani) nace el 17 de Octubre de 1912 en Canale d´Agordo, una localidad al norte de Italia, en el seno de una familia desafortunada y de escasos recursos que sufre diversos periodos de crisis, entre ellos la Primera Guerra Mundial, la muerte de uno de sus hermanos y de su madre. Cuando su padre vuelve a casarse con una mujer muy devota, Luciani decide tomar y seguir este camino de religiosidad ya que había encontrado su vocación.
Para el año de 1923, Luciani había entrado al seminario de su localidad, posteriormente es ascendido a subdiánico (rango inferior al clérigo) en Belluno, un seminario Gregoriano. Tras escalar diversos peldaños en su camino al vaticano, es nombrado cardenal por el papa Pablo VI en 1973.
El 26 de Agosto de 1978, Luciani es nombrado como el 263° papa de la Iglesia Católica, adoptando el nombre compuesto por el de sus antecesores, siendo el primero en mezclar dos nombres para este puesto.
El periodo en el Vaticano
Juan Pablo I, es conocido por tener el cónclave más breve de la historia del Vaticano. No obstante, las anécdotas que se recuerdan de su persona explican que era un hombre humilde y de gran corazón, debido a había otorgado un lado más “humano” y sencillo al oficio papal, rechazando condecoraciones y expresiones de “superioridad” ante sus fieles, siendo obligado a seguir los procedimientos por los cardenales y sus ayudantes. Había elegido como lema la palabra “Humildad” y es recordado también por su frase “Dios es padre y, más aún, es madre” refiriéndose a un versículo del libro de Isaías en el que se alude que Dios jamás olvida a sus hijos.
Uno de sus objetivos era emitir una especie de carta generalizada a todas las iglesias del mundo consolidando algunas reformas para el Concilio Vaticano II, documento que tenía como objetivo promover la fe Católica, lograr una renovación moral en la vida de los fieles católicos, adaptar las disciplinas eclesiásticas a las necesidades de nuestros tiempos y generar una relación íntima con otras religiones, sobre todo en medio oriente. Así mismo logró llevar a cabo, gracias a una de sus reformas, la devolución del 1% de las ganancias para destinarlas a Iglesias del tercer mundo, generando así ciertas controversias.
Fue mal visto por los críticos de la época que cuestionaban su profesionalidad comparándolo con los ilustres discursos de sus antecesores, sin embargo estos comentarios se verían opacados por el cariño que la gente depositó en este papa afirmando que daba un sentido más realista, cercano y amable a sus discursos. Su repentina muerte ha conducido a diversas teorías conspirativas que involucran tratados y perspectivas diferentes a las de la Iglesia Católica.
Muerte y Conspiración en el Vaticano
El 29 de Septiembre de 1978 se da a conocer la noticia de que el papa Juan Pablo I fue encontrado muerto en su habitación a los 33 días de haber aceptado el puesto en la Ciudad del Vaticano. La incongruencia en los argumentos que se dieron ante los medios sobre cómo fue hallado muerto dispararon diversas teorías sobre una posible conspiración de los cardenales en el Vaticano que habían hecho movimientos bancarios de una de las cuentas de Luciani sin su autorización, además de no tener por bien vista su personalidad y carácter afable.
Se dice que el cuerpo de Luciani fue encontrado por una de las monjas dedicadas al servicio doméstico esa mañana. Sin embargo, la testigo habría cambiado las versiones del hallazgo en dos ocasiones, aseverando en un primer momento que encontró el cuerpo en el baño de su habitación tras haber vomitado, posteriormente referiría que el cuerpo yacía en su cama con algunos documentos en sus manos tras sufrir de un paro cardiaco.
Las preguntas comenzaron a surgir debido a que se dice que el papa gozaba de buena salud por lo que era improbable que un paro cardíaco terminara con su vida de forma fulminante, es así como inicia la sospecha de que quizá fue envenenado, llegando a culpar incluso a los altos jerarcas de la iglesia católica. La situación se complica debido a que, como se acostumbra, no se realiza la autopsia oficial y de forma apresurada se procede al entierro de su cuerpo en las grutas del Vaticano.
El legado de Luciani
El breve periodo de Juan Pablo I como pontífice dejó huella en los fieles que lo conocerían a partir de su muerte como el “Papa de la sonrisa“ o “la sonrisa de Dios” debido a que según algunas fuentes el cadáver de Luciani presentaba una ligera sonrisa al ser encontrado. Así mismo es recordado incluso en la película “El Padrino II” donde se muestra una escena en la que un secretario del Vaticano lleva al papa un té que “lo hará conciliar el sueño” y se recuesta tranquilamente para que posteriormente una monja entre a la habitación descubriendo que ha muerto.
Además existen diversas novelas que afirman y analizan los hechos que llevaron a la muerte del pontífice gracias a un envenenamiento entre ellos están: “El día de la cuenta” del español Jesús López Sáez, “En el nombre de Dios” del investigador David Yallop y “Como un ladrón. La muerte del papa Juan Pablo I” de John Cornwell, a quien se le permitió realizar la investigación dentro del Vaticano como una forma de explicar las causas de su muerte producidas por exceso de trabajo, estrés y la acumulación de diversas enfermedades, versión que según muchos, es falsa.
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