Dicen que el rostro de la desconocida del Sena, evoca sosiego, tranquilidad y un encanto casi embriagador. Nadie conoce su nombre, ni siquiera su historia. Tampoco se puede asegurar que el relato que ha trascendido de ella a lo largo de todo este tiempo sea realmente cierto, lo único que sí sabemos es que ella, es la mujer más besada del mundo.
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La belleza de la joven ahogada en el Sena
Puede resultar escabroso, pero dicen que nunca ha existido cadáver más bello que el de esa mujer. Esta historia tiene su origen en algún momento impreciso de finales del siglo XIX, cuando apareció en el Sena el cuerpo sin vida de una muchacha. Las autoridades no supieron qué hacer para averiguar su origen o cuál era su nombre. Nadie había denunciado ninguna desaparición, no había ningún testigo de lo sucedido y sólo contaban con el silencioso cuerpo sin vida de una muchacha de entre 15 o 20 años, que nadie reclamaba.
No tuvieron otra idea más que exponerla durante unos días en la funeraria de París, esperando que alguien la reconociera, pero no fue así. No vino nadie. Y a lo largo de todas esas horas, el patólogo que cuidó de su cuerpo, no pudo evitar quedar fascinado por la serenidad de la expresión de la joven. Había tanta calma y tanta belleza, que acabó pidiendo a un escultor que sacara el molde en yeso de las facciones de la chica.
Y entonces, surgió la leyenda. Nadie reclamó el cuerpo, así que acabó siendo enterrada en una fosa común, no obstante, quedó su cara, su belleza, su enigma impreso en aquella máscara… La llamaron «La Mona Lisa ahogada», porque compartía con la famosa obra de Da Vinci esa sonrisa plácida que dibujaba mil y un enigmas. Sin saber muy bien cómo, empezaron a hacerse copias y copias de aquella máscara, de aquel rostro, llegando a todos los rincones de Francia. Y posteriormente… a toda Europa.
Fue inspiración para multitud de libros, poemas y obras de arte. Vladimir Nabokob, por ejemplo, llegó a obsesionarse con ella, de modo que en poco tiempo, acabó cruzando más y más fronteras hasta ser ese rostro que todo salón de moda o casa distinguida que se preciara tenía ya colgado en la pared.
La historia de la misteriosa muchacha del Sena no hubiera ido más allá de una simple moda, si a mediados del siglo XX, Pete Sefar, pionero de la medicina de emergencias, pensara que para enseñar a sus alumnos la técnica de RCP (reanimación cardiopulmonar) iba a necesitar un muñeco con el cual, simular dicha maniobra vital. Para crear dicho muñeco confió en un famoso juguetero noruego, Asmund Laerdal. Debía ser un maniquí muy especial, pensó el artista, y debía tener una imagen amable y femenina para que las prácticas fueran más agradables para los alumnos.
Fue entonces cuando recordó aquel rostro que colgaba en la casa de sus abuelos. Aquel rostro tan sereno de mujer que tanto le llamaba la atención de niño. Era la «desconocida del Sena», ella fue la inspiración para crear el famoso muñeco con el que más de 300 millones de personas, han sido entrenadas desde entonces. La llamaron Resusci Anne y es, como puedes imaginar, la mujer más besada del mundo.
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