¿Puedes creerlo? Ya existe una flor espacial, una hermosa zinnia de llamativos pétalos anaranjados. Pero a pesar de su belleza, no fue ése el motivo por el cual escogieron este tipo de flor. Aquí en Supercurioso te decimos cómo y por qué.
La flor espacial: la primera flor crecida en el espacio
En la Estación Espacial Internacional se desarrollan varias líneas de investigación, como es lógico suponer dada la inmensa inversión económica y de otro tipo de recursos. Allí, desde mayo del 2014, se instaló un módulo de crecimiento vegetal, llamado Veggie, donde los astronautas han estado experimentando con algunos vegetales –lechuga romana roja, para ser precisos–.
La idea es aprender de cultivos, de jardinería, pero no como un hobby para pasar el rato allá arriba, sino para estudiar el comportamiento de los cultivos en el espacio, de cara a un eventual viaje a Marte.
La primera cosecha espacial fue de lechuga, y tuvo sus problemas. Por ejemplo, algunas se dañaron por falta de riego, lo cual se tomó como lección aprendida para la siguiente siembra, en donde se hicieron ajustes tanto en el riego como en la cosecha. El éxito fue indiscutible, y los astronautas pudieron saborear en el espacio un plato de ensalada fresca.
Lo siguiente que sembraron fue zinnia, un lote de esta elegante planta de la familia asteraceae, sobre todo por sus propiedades; los conocimientos adquiridos por los astronautas de la Estación Espacial son importantísimos, pues podrían ayudar eventualmente a lograr de forma exitosa el crecimiento de frutas en las plantas en un entorno por completo ajeno al espacio y atmósfera terrestres.
Además, la zinnia es mucho más sensible a características de la luz y a variables ambientales que la lechuga, y tiene un período de crecimiento más largo –entre 60 y 80 días– lo cual significa que es una planta más difícil de cultivar; y lograr que la flor espacial haya florecido es todo un avance, volviéndola precursora del tomate.
Sin embargo, nuestra bella flor espacial ha tenido sus contratiempos: a sus hojas les salió moho debido a una gran humedad, rizándose e inclinándose, y eso se conoce como epistania, que es cuando la raíz de una planta está inundada.
La comunicación entre la Estación y la Tierra facilitó el ajuste de agua, y Scott Kelly, uno de los astronautas, erigido en el jardinero oficial, ha cuidado de la siembra y logró una recuperación perfecta con la modificación en la cantidad de aire del ventilador y la desinfección de las plantas.
Fue él quien fotografió la zinnia, orgulloso de la primera flor espacial. Aunque es preciso decir que ya los rusos, en 1982, habían hecho florecer un ejemplar de arabidopsis, de hermosas flores blancas.
Sin embargo, la zinnia, esta última flor espacial, representa un paso más hacia un futuro cada vez más lejos de la ciencia ficción y más cerca de la realidad: el momento en que la humanidad tenga que abandonar la Tierra y hacer de otros planetas su hogar.
¿Qué opinión tienes tú al respecto? ¿Crees que estamos en un peligro inminente y que debemos utilizar todos nuestros conocimientos agrícolas para sobrevivir en otro lugar del universo?
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